“Preveo un año de rentabilidades cercanas a las tires, pero empezamos a ver señales en renta fija que nos hacen ser precavidos”

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Foto cedida

Lewis Aubrey-Johnson es el director de producto de renta fija de Invesco. Lleva trabajando junto con Paul Read y Paul Causer durante 14 años. Bajo su responsabilidad están fondos de primera línea de la gestora, como el Invesco Euro Corporate Bond y el Invesco Pan European High Income. En el caso del primero se trata de un fondo con 5 estrellas por parte de Morningstar, que el año pasado logró batir al índice y a su categoría con una rentabilidad del 3%. En el segundo caso, también se trata de un fondo al que la firma de análisis le ha otorgado la máxima nota y que en 2013 consiguió una rentabilidad del 12% en su clase acumulación, superando en casi seis puntos al mercado. En un entorno complicado para la renta fija, el experto ha querido dar su visión sobre esta clase de activo.

En su última visita a Madrid, Aubrey-Johnson asegura que en el equipo prevén un año muy similar al 2013 en grado de inversión y rentabilidades más ajustadas en el resto de la renta fija, si bien “empezamos a ver señales en el mercado de renta fija que nos hacen ser precavidos”. En este sentido, el experto estima que parte de la rentabilidad futura en el Invesco Pan European High Income provenga de la renta variable europea, en la que actualmente mantiene una exposición del 17% de la cartera. “El equipo está positivo en Bolsa europea. En estos momentos, nuestra exposición a este activo está en máximos históricos, principalmente por las atractivas valoraciones que ofrece. Asimismo, los dividendos que desembolsan muchas compañías centroeuropeas son muy superiores a las rentabilidades de sus propios bonos a largo plazo”, explica.

Una de las características más destacables del fondo es el fuerte posicionamiento que mantiene en liquidez. “Nuestro fondo está posicionado para poder obtener rentabilidad, pero con un elevado porcentaje de liquidez a la espera de poder utilizarla en una situación de estrés, cuando los precios son más atractivos”. En este sentido, Aubrey-Johnson le da una importancia crucial al porcentaje de la cartera que reservan en efectivo, que actualmente alcanza el 25% de la cartera. “Dada la gran experiencia del equipo gestor, sabemos que en momentos de mayor volatilidad, que los habrá, podremos aprovechar nuestra posición para comprar”, indica Aubrey-Johnson.

La otra característica destacada del Invesco Pan European High Income es la flexibilidad con la que se mueve la cartera. “Cuando un segmento de mercado se vuelve caro, vamos reduciendo paulatinamente su peso en la cartera. En 2013 ha pasado poco y no hemos tenido que hacer cambios muy significativos, pero esto es algo que sí hemos hecho en el pasado y lo que ha permitido que nuestra estrategia ofreciese un buen resultado”. De hecho, es el primero de su categoría a uno, tres y cinco años. A pesar de reconocer que el entorno actual en renta fija es complejo, el experto huye de catastrofismos.

En su opinión, la demanda por el cupón sigue siendo muy fuerte, a pesar que las tires se han ido reduciendo considerablemente con respecto a años pasados. “La rentabilidad esperada  en renta fija para 2014 vendrá vía cupón”, afirma. Dados los actuales diferenciales, Aubrey-Johnson ve difícil que exista revalorización vía precio en muchas áreas de mercado. “El estrechamiento de los diferenciales hace que sea más importante ser selectivos en la asunción de riesgos. Los activos históricamente más seguros, como los bonos del Tesoro americano y la deuda pública en general, ofrecen bajas rentabilidades, aunque siguen existiendo oportunidades en áreas del mercado de renta fija, como en el sector financiero y en algunos periféricos”.

A la hora de hablar de estrategia, el director de renta fija de Invesco centra su análisis en el Invesco Pan European High Income, un fondo en el que, según explica, ha despertado un mayor interés en los últimos tres meses que en los últimos cinco años. Por filosofía, es un fondo posicionado con baja duración, ya que prefiere asumir el riesgo por el lado del crédito que por el de la duración. De hecho, el mercado de high yield centra el 35% de la cartera. “En un entorno en el que se ha producido una elevada demanda de activos de deuda de alto rendimiento, las subordinadas bancarias siguen teniendo spreads superiores en un entorno de mejora gradual de la capitalización de los bancos, un proceso que va a continuar durante unos años".

En cuanto al high yield no financiero, la asignación que hace en la cartera es mucho menor (15%). “Aquí hay que ser muy selectivos”. A este respecto, el experto encuentra una fuente de rentabilidad en los bonos híbridos (activos muy similares a las subordinadas) de compañías de servicios públicos y operadoras de telecomunicaciones de primera línea europea, siempre que ofrezcan un binomio rentabilidad/riesgo atractivo. “Es el único segmento en el que hemos elevado exposición”. Según explica, el spread del high yield está en 350 puntos básicos y puede mantenerse en ese nivel durante un periodo largo de tiempo.

Respecto al ratio de default, el experto reconoce que es un aspecto al que no le da una excesiva importancia. “Es un indicador atrasado. El ratio de impago está en niveles bajos. Esto en sí mismo es muy positivo, pero no por ello se van a seguir contrayendo los spreads”, señala. En el caso de la deuda con grado de inversión, el default es del 0%. Pero este dato tiene truco, ya que las finanzas de una compañía van deteriorándose en paralelo a su calificación crediticia hasta el default. En el caso del high yield, el dato más significativo es que los niveles siguen moviéndose en zona de mínimos históricos, al no alcanzar siquiera el 3%.

En cuanto al otro gran riesgo que aprecia el inversor de renta fija, el de subida de tipos, Aubrey-Johnson considera que la recuperación económica es cíclica, no sólida, y no espera subida de los tipos hasta 2015. En el caso de Europa, por ejemplo, el experto considera que lo que no se ha solucionado todavía es el mecanismo de transmisión del sector financiero, algo que todavía no ha sido reparado. “El BCE mantiene una política monetaria muy restrictiva, sobre todo si se compara con la del resto de los bancos centrales. Tanto en Europa como en Estados Unidos el principal riesgo no es la inflación, sino la deflación. Esta ha pasado del 5% al 2% muy rápidamente y se puede ir todavía más abajo”, asegura.