Preguntas pendientes sobre la crisis europea

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GerarStolk, Flickr Creative Commons

Aunque la última intervención del presidente del BCE, Mario Draghi, hace unas semanas parece haber traído cierta calma a la crisis europea, desde AXA IM se plantean siete preguntas abiertas cuyas respuestas todavía quedan por contestar. Estas son las cuestiones que desde la gestora exponen en uno de sus últimos comentarios de mercado:

1- ¿Van España e Italia pedir la ayuda del EFSF o el ESM y cuándo? Desde AXA IM consideran muy probable que esto suceda antes del final del tercer trimestre.

2- ¿Qué clase de programa será el que soliciten? Es probable que los países se decidan por pedir  paquetes de prevención, que están limitados al 10% del PIB nacional, lo que supondría 107.000 millones de euros para España y 158.000 millones para Italia.

3- ¿Supondrá esto entonces la salida del mercado de España e Italia? Los expertos de la gestora no lo creen pues se inclinan a pensar que el ESM comprará deuda a largo plazo mientras que los países podrán seguir emitiendo papel de corto y medio plazo.

4- ¿Adquirirá el BCE sólo deuda pública y de qué plazo? Podrían ser de tres años, en línea con los programas previos de LTRO implementados hace unos meses en Europa para los bancos. Respecto al tipo de deuda, Draghi dejó la puerta abierta a que el organismo europeo entre a comprar también emisiones del sector privado.

5- ¿Permitirá el BCE que el ESM tenga una licencia para operar como banco? Parece improbable.

6- ¿Serán las compras que lleve a cabo el BCE esterilizadas?

7- ¿Cómo se tratará el tema de la prelación de la deuda que se compre?

En las próximas semanas se podrían conocer las respuestas a la mayoría de estas preguntas. Mientras, desde AXA IM recomiendan en su asignación de activos sobreponderar la liquidez y el crédito, en tanto que prefieren infraponderar la renta variable y mantener una posición neutral en deuda pública.

Dentro de la renta variable, los únicos sectores en los que se muestran positivos en AXA IM son el energético y el técnológico, mientras que en regiones favorecen la asiática ex Japón.

En renta fija, dan luz verda a la deuda pública (de Estados Unidos y Europa central), al crédito privado y a los bonos ligados a la inflación de Estados Unidos.