Porque no subió tipos la FED en gráficos

Jacobo_Arteaga
Funds People

Jueves 18 de Octubre, 20 horas hora española. En una de las conferencias de prensa más esperadas de la historia de la FED, Janet Yellen de riguroso negro, anuncia que el Comité de la Reserva Federal mantiene los tipos invariables. El motivo: “Las recientes condiciones económicas y financieras globales han puesto presión sobre la inflación…..esperamos ver evidencias sobre la mejoría en el mercado laboral”.

Durante la reunión de dos días previa a la rueda de prensa, se produjo un fuerte debate entre los miembros del comité, encaminado a calmar las ansias de la subida de tipos sin desconcertar al mercado y generando a su vez mensajes de prudencia que drenaran expectativas. Ya llevamos unos años con una corriente de excesiva transparencia informativa: Se anuncian por adelantado los inicios del QE, los finales del QE, las operaciones de Twist, las subidas de tipos… Hacer partícipe al mercado de los criterios que va formándose un regulador, no reduce la volatilidad de los mismos. El exceso de información hace que dicha volatilidad se transforme y se traslade en el espacio temporal, pero no se elimina. Queremos un regulador que regule, no que anticipe el rumbo de sus decisiones. Queremos un regulador que informe con claridad de los motivos que le impulsan a tomar decisiones, no que maneje ansias ni expectativas.

En la reunión de la FED en Jackson Hole a finales de agosto, el vicepresidente Fischer dijo que no había evidencias claras de presiones inflacionistas al alza en los últimos 24 meses. Una manera elegante y formal para no constatar que llevamos más de tres años evidenciando presiones bajistas que nada tienen que ver con las recientes condiciones económicas internacionales.

Muchos oficiales, analistas y medios de comunicación culpan las caídas del precio del petróleo como el motivo de dichas presiones bajistas. Eso deja de ser, “una forma elegante”, y pasa a ser una forma desconcertante de justificación que raya la falsedad o la ignorancia. Muchos de ellos saben, y algunos sorprendentemente desconocen, que cuando la FED habla de inflación, habla por defecto de inflación “Core” o subyacente y dicha magnitud elimina los precios de la energía y de los alimentos sin elaborar, para reducir la volatilidad de fluctuaciones de los precios.

En el siguiente gráfico podemos observar como la magnitud preferida de la FED denominada – Core PCE inflation, lleva cayendo desde enero de 2012 hasta el nivel actual del 1.24%, muy por debajo del objetivo de la FED del 2%. La inflación “PCE Headline” (Personal Consumption Expenditures) que si incluye energía y alimentación se encuentra en el 0,3% y también lleva más de tres años en caída libre, acentuada en los últimos 12 meses por el deterioro en el precio del crudo.

Hay dos motivos por los que la inflación subyacente está cayendo:

1) La partida de Bienes, que representa un 25% del consumo subyacente y un 17% del PIB, ha presentado síntomas deflacionarios durante los últimos 2.5 años. Bienes de consumo duradero como mobiliario doméstico, bienes de recreo, ordenadores, joyas y bienes de consumo no duradero como ropa y artículos de suministro doméstico han experimentado deflaciones de entre el 1.5 y el 8%. Y esas potentes fuerzas deflacionarias no son mencionadas por la FED en sus intervenciones.

2) La partida de Servicios, no menos importante, también genera fuerzas deflacionarias desde mediados del 2014.

La pregunta es: ¿Por qué la inflación no para de caer cuando la economía ha presentado una recuperación que dura ya más de seis años? El motivo es que dicha recuperación ha sido lenta y prolongada y el mercado laboral, no termina de crecer a un ritmo suficiente.

La FED no para de hablar desde hace años de un “improvement in he labour market”. Mirando el siguiente gráfico David Carbon de DBS se  pregunta: ¿Dónde está la mejoría de la que todo el mundo habla?

Sería más propio hablar de estabilidad que de mejoría. Es cierto que los 213.000 puestos de trabajo mensuales creados de media desde el 2011 han reducido la tasa de desempleo. Oficialmente la tasa de desempleo ha caído desde niveles del 10% a mediados del 2009 a niveles del 5,1% en la actualidad. Pero mucha de esa mejoría se debe a personas que salen de las listas del desempleo porque no encuentran trabajo.

Si analizamos el número de americanos con trabajo en la actualidad respecto al número de americanos en edad de trabajar el ratio es del 74%. Dicho ratio era del 76% pre-crisis del 2008 como podemos observar en el siguiente gráfico:

Se ha tardado más de cinco años en recuperar dos tercios del terreno perdido en la crisis de 2008. Esto es debido a lo comentado con anterioridad, la recuperación ha sido lenta y adicionalmente, la población en edad de trabajar ha ido aumentando. Pero lo que subyace de fondo es que para  que veamos presiones inflacionistas queda, a este ritmo de crecimiento, un tercio del camino por recorrer (2-3 años).

Otra cuestión a tratar es si el empleo generado es estructural o cíclico. No es lo mismo contratar operarios de fábricas e ingenieros (empleo estructural) que empleados de “burgers” y conserjes (empleo cíclico). Si eliminamos las partidas de empleo generado en restaurantes, el empleo temporal y el empleo generado en la industria de la salud (de la que ahora hablaremos), el panorama se vuelve todavía más sombrío.

 

Excluidos estos tres conceptos observamos que el número de americanos con empleo estructural en la actualidad respecto al número de americanos en edad de trabajar se sitúa en un 57%. Para volver al 61% pre-crisis  2008 queda un 62% de recorrido

 

 

¿Por qué excluimos empleos de la industria de la salud si son empleos estructurales? Porque no cayeron en la crisis del 2008. La población norteamericana está envejeciendo y a pesar de que se perdieron 8.5 millones de empleos en el 2008-2009, el empleo relacionado con la industria de la salud creció fuertemente. Si estamos valorando la salud del crecimiento de empleo estructural  actual respecto a la pre-crisis 2008 debemos eliminar este componente que sobrevalora la capacidad de recuperación del empleo en EE.UU en dicho período.

 

No hay duda de que en su conjunto el empleo está mejorando en EE.UU. Si el ritmo al cual mejora es el adecuado, es una cuestión más que discutible. Lo que resultaba un misterio era la ansiedad que mostraba la FED por  subir los tipos de interés en un contexto de lento crecimiento del mercado laboral y presiones deflacionistas persistentes. Ahora que tenían a quien echar la culpa (fuerzas deflacionarias añadidas provenientes del exterior y en concreto de China) hán encontrado la excusa para no tener que admitir que la economía americana no iba tan bien como nos insistían regularmente.