¿Podrían morir de éxito los ETF de smart beta?

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FutUndBeidl, Flickr, Creative Commons

Primero fue la gestión activa. Luego, la gestión pasiva. Y por último llegaron las estrategias de smart beta, que aplican los principios de la gestión pasiva pero enfatizan ciertos factores de inversión –como la baja volatilidad, el valor, la calidad, el tamaño o el momento– que, según sus defensores, les permiten obtener mejores resultados que la simple réplica de un índice.

Estas estrategias han ganado bastante popularidad en los últimos años, multiplicando por 500% el patrimonio gestionado desde 2008 hasta superar los 615.000 millones de dólares en diciembre de 2015, según datos de Morningstar citados por Financial Times. Y parece que esta tendencia continuará en 2016: “Hasta el 16 de mayo han entrado 79.000 millones de dólares en ETF, de los cuales 18.500 se han dirigido a estrategias de smart beta. Esto supone que casi uno de cada cuatro dólares de los flujos a ETF de 2016 se han invertido en ETF de smart beta. El año pasado la proporción era uno de cada diez dólares”, explica Aitor Jauregui, responsable de Desarrollo de Negocio para España, Portugal y Andorra de BlackRock (leer más).

Este éxito ha animado a un número creciente de gestoras a lanzar nuevos productos de smart beta basados en factores de inversión cada vez más sofisticados. La estadounidense Research Affiliates fue una de las primeras firmas en desarrollar este tipo de estrategias. Sin embargo, Rob Arnott, fundador y presidente de la empresa, ha ganado notoriedad en los últimos meses por sus fuertes críticas a la nueva generación de estrategias de smart beta, que tilda directamente de “sinsentido”.

La clave está en las valoraciones

De acuerdo con un estudio publicado recientemente por Research Affiliates que se centra en el comportamiento de ocho factores de inversión y ocho estrategias de smart beta, “a lo largo de los últimos cincuenta años, casi todos los factores y estrategias analizados muestran una relación negativa entre las valoraciones iniciales y su rentabilidad durante los cinco años siguientes”.

“Las valoraciones son importantes. Nuestro estudio demuestra que son importantes en todos los mercados, tanto el estadounidense como otros mercados desarrollados y emergentes, y que son importantes para las diversas estrategias y factores, al igual que resultan importantes a la hora de seleccionar gestoras, fondos y acciones individuales. Las valoraciones son importantes porque predicen la rentabilidad futura”, afirman los autores.

Teniendo en cuenta que “en la actualidad, las valoraciones de muchos de los factores y estrategias de smart beta más populares superan con creces sus medias históricas”, parece inevitable que generen rentabilidades más bajas en el futuro próximo.

En opinión de Arnott –uno de los coautores del estudio– gran parte del buen comportamiento que han registrado estas estrategias últimamente se explica por el aumento de las valoraciones más que por los factores de inversión subyacentes. “Este espejismo de alfa crea unas expectativas poco realistas para los inversores, que se sienten decepcionados cuando no se cumplen y deciden cambiar de estrategia, normalmente pagando un alto coste”.