Podemos desvía la atención de los gestores extranjeros sobre España: el foco ya no es la economía sino la política

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Nathan Wind as Cochese, Flickr, Creative Commons

“¿Me permite que le haga una pregunta? ¿Qué opina del ascenso de Podemos en las encuestas? ¿Ha tocado techo? ¿Cree posible que pueda llegar a gobernar?” Estas son algunas de las preguntas que, de manera recurrente, están surgiendo en las reuniones que asiduamente mantienen los gestores extranjeros con clientes y periodistas. Lo paradójico es que, en contra de lo que viene siendo habitual, son los gestores los que hacen las preguntas y sus interlocutores los que las responden. No importa la clase de activo en la que invierta el gestor (renta variable, renta fija…) ni la estrategia que siga (top down, bottom up…). A todos les interesa saber cuál es el clima político que se respira en España. Principalmente, tratan de recopilar información que les permita entender la situación con el objetivo de formarse una opinión al respecto.

Lo que menos le gusta a un gestor de carteras es la volatilidad. Y la volatilidad la genera la incertidumbre. Acostumbrados a evaluar constantemente los potenciales riesgos que pudieran amenazar sus inversiones, el panorama político ha pasado a convertirse en uno de los principales factores a tener en cuenta a la hora de analizar el mercado europeo. La victoria de Syriza en Grecia ha sido decisiva para que los gestores se hayan empezado a tomar en serio la posibilidad de que se imponga en Europa una nueva realidad política, en la que los partidos tradicionales pierden peso frente a nuevas formaciones contrarias en su mayoría a la línea seguida hasta ahora por los gobernantes. Por razones de proximidad en el calendario electoral y congestionamiento de convocatorias (elecciones en Andalucía, autonómicas y municipales, catalanas y generales), España se ha convertido en centro de todas las miradas.

Lo que los gestores tratan de medir, fundamentalmente, es la probabilidad de que estos partidos puedan hacerse con las riendas del gobierno de un país. La mayoría asigna una probabilidad muy baja a que formaciones como Podemos puedan gobernar y ven a Grecia como un caso aislado. Uno de ellos es Jeffrey Taylor, director de renta variable europea de Invesco, quien cree que hacer paralelismos entre el escenario político español y el vivido por Grecia es erróneo. “El ganador de las elecciones en Grecia se lleva un extra de 50 escaños simplemente por tener un voto más que el segundo. En España esto no ocurre. La probabilidad que le damos a que Podemos logre la mayoría absoluta es del 0%. Lo que sí creo es que, a tenor de las encuestas, la nueva composición del Parlamento español arrojará un reparto de escaños más equilibrado que hará que la formación de mayorías se vuelva más complejo”.

Tampoco es comparable la situación económica en la que se encuentran ambos países ni las relaciones que mantienen cada uno con las instituciones europeas. “Está claro que ni la UE ni el resto de acreedores tienen ganas de seguir financiando a un país insolvente e inmaduro políticamente. No está muy claro si habrá una solución (en forma de reducción de la deuda griega en la zona euro) o si Grecia acabará decidiendo su salida. Para ambas partes, la salida del país podría ser preferible al statu quo actual, pero un divorcio supondría un reto para Grecia y el resto de países de la zona euro. Para estos últimos, estoy seguro de que una salida de Grecia resultará positiva a largo plazo y un factor que podría revitalizar la economía y la política. Sin embargo, también estoy convencido de que la salida resultaría caótica en un primer momento y provocaría caídas bruscas en los activos de riesgo”, asegura Teis Knuthsen, director de inversiones de Saxo Private Bank.

Según resaltan desde FRM, “el dominio alemán sobre la toma de decisiones en relación con el euro ha sido una ley de vida inmutable en los 15 años transcurridos desde la creación de la moneda única. Ahora, un posible peligro es que los alemanes puedan estar menos dispuestos a jugar si no controlan las reglas del juego, lo que representaría un hito importante en el debate europeo sobre la austeridad. “Siempre hemos sostenido que, en Europa, la política es más importante que la economía. La política ha mantenido unida a la eurozona, y es lo que finalmente podría destruirla”. Los expertos de la filial de Man son los que encuentran especialmente preocupante la victoria de Syriza, por el posible efecto dominó que pudiese tener sobre otros países, entre ellos España.

¿Qué sabe en realidad el gestor internacional de España?

En líneas generales, los gestores son conscientes del auge de Podemos y del papel más relevante que está teniendo la formación de Pablo Iglesias en la vida política española, pero desconocen detalles. Además de su ideología y el peso que ha ganado en las encuestas, poco más ha trascendido al exterior. La mayoría sigue viendo a Podemos como la respuesta del electorado a los planes de austeridad llevados a cabo en Europa pero, al igual que el ciudadano español no está al tanto del día a día de lo que ocurre en otro país, el extranjero tampoco conoce los motivos que han contribuido a colmar la paciencia de los electores españoles (corruptelas políticas, malversación de caudales públicos, incremento de los niveles de pobreza, desigualdad…), ni los detalles más sórdidos que han servido para agigantar su enfado (tarjetas black de Bankia, por ejemplo).

En consecuencia, la mayoría de los profesionales de la inversión extranjeros enmarcan el fenómeno Podemos dentro de la misma tendencia que se viene apreciando en otros países, como Francia (Frente Nacional), Reino Unido (UKIP), Italia (Movimiento 5 estrellas) o Irlanda (Sinn Féin). De hecho, algunos gestores reconocen sentir una mayor inquietud por lo que pueda suceder en los países del núcleo de Europa, que por lo acontecido en Grecia. “Para mí, el principal riesgo político en Europa lo representa la ultraderecha de Marine Le Pen”, reconoce Philippe Berthelot. El responsable de crédito de Natixis AM (Natixis Global AM) es otro de los profesionales de la industria que reserva parte del tiempo de sus reuniones para analizar el escenario político. Considera que la victoria de Syriza puede ser positiva si esto lleva a Europa a reaccionar y mostrar un mayor compromiso con las políticas más vinculadas al crecimiento.

Pero lo cierto es que el ajuste fiscal en Europa tiende a ir a menos, sobre todo en países como España, donde el margen para desarrollar políticas más expansivas ha aumentado. Aunque es cierto que el tema político ha restado espacio al otro gran asunto que, hasta el momento, se trataba en las reuniones (recuperación experimentada por la economía española y amplio nivel de reformas llevado a cabo por su gobierno frente a la inacción de otros países como Italia o Francia), los gestores siguen poniendo a España como ejemplo de alumno aventajado que, con sus políticas, ha conseguido situarse a la cabeza del crecimiento económico en Europa a la vez que reducir el déficit. A esto hay que añadir los positivos efectos que, no solo para España sino también para el resto de Europa, podría tener sobre el PIB el plan de compra de activos puesto en marcha por el BCE, la caída del precio del petróleo y la depreciación del euro, algo en lo que coinciden el grueso de expertos consultados.