Pioneer: “La Reserva Federal subirá los tipos en junio y quizá sea una subida más elevada de lo esperado”

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Foto cedida

Michael Temple es el director del equipo de análisis de Crédito de EE.UU y cogestor de uno de los fondos estrella de Pioneer Investments, el Pioneer Funds- Strategic Income. Alguna de las novedades que presenta la cartera del fondo para afrontar este año es la visión pesimista sobre la evolución de la curva de tipos estadounidense. De hecho, Temple manifiesta que la premisa con la que se está trabajando es que la Reserva Federal sorprenda desagradablemente al mercado al subir los tipos en el segundo semestre: “La Fed subirá los tipos en junio y quizá sea una subida más elevada de lo esperado. El mercado no anticipa esa subida, de hecho el mercado de futuros de los fondos federales está descontando la primera para octubre o noviembre”.

Sin embargo, Temple asegura que “la Fed todavía tiene mucho margen de actuación por los niveles de inflación”. Considera que esta posible subida a mediados de año “es un riesgo, porque podría causar una distorsión todavía mayor del dólar frente a divisas emergentes”. Según sus cálculos, el primer incremento de los tipos de interés desde 2008 podría implicar un repunte de 100 puntos básicos a lo largo de la curva de tipos estadounidense de acuerdo con los precedentes históricos, siendo los tramos cortos (de 0 a 5 años) los más afectados. Calcula que el bono a diez años, que no se vería tan perjudicado, podría terminar 2015 entre el 2% y el 2,25%. La decisión que se ha tomado de cara al posicionamiento de la cartera ha consistido en infraponderar significativamente estos bonos y optar por una selección de renta fija soberana de otros países.

“La visión de la Fed está más centrada en la preocupación por el repunte de la inflación que por los precios del petróleo”, añade Temple. En este punto, matiza que “Estados Unidos se va a beneficiar de la caída de los precios del petróleo, pero Europa se va a beneficiar más, en combinación con el QE y la debilidad del euro”. Según sus cálculos, el PIB de la UE crecerá un 1,6% en 2015, que define como “modestamente optimista”. Para Estados Unidos calcula un crecimiento en torno al 3% para este año, apoyado en la recuperación del sector inmobiliario, la caída del precio del petróleo, la incipiente recuperación de la inflación salarial y en que –a pesar de esa hipotética subida- los tipos se mantendrán bajos durante mucho tiempo.

Temple alerta de un efecto cruzado: Europa va a beneficiarse de la caída del precio del petróleo, pero sus inversores van a poner rumbo al mercado estadounidense, debido a que las compras de deuda del BCE estrecharán todavía más los diferenciales y encarecerán la deuda europea. “Se va a producir una compresión de los diferenciales, también en la deuda corporativa, que va a provocar un aplanamiento de la curva. Prevemos flujos de Europa a Estados Unidos para aprovechar el diferencial entre ambos, lo que va a implicar un aplanamiento en la curva de los treasuries”, explica el gestor. De hecho, en la cartera también se refleja el diferencial de la deuda con grado de inversión y high yield de EE.UU. (donde están viendo algunas oportunidades en el sector energético) frente a Europa, y se ha reducido la exposición a high yield europeo. Desde la firma empezaron a constatar este vuelo hacia la calidad hacia octubre o noviembre del año pasado y sólo ahora están empezando a ver signos de estabilización.

Alerta emergente

“Si hay un riesgo en el entorno global, éste va a venir de los emergentes”, explica Temple. En Pioneer se muestran cautos, dando prioridad a la deuda soberana frente a la corporativa y con un enfoque más selectivo y centrado en la búsqueda de calidad. Se han mantenido especialmente lejos de las emisiones vinculadas a las materias primas. “El problema es que la mayoría del índice está compuesta por emisiones de compañías energéticas; es un desafío encontrar ahora buenos bonos corporativos emergentes”, constata el gestor. Adicionalmente, se han puesto cortos en divisas ligadas a commodities como es el caso del dólar australiano y el canadiense.

De hecho, a Temple le preocupa especialmente cómo puede afectar a los países en vías de desarrollo la caída de la demanda global de las materias primas, junto con otros problemas como la falta de transparencia o incluso la corrupción. Pone como ejemplo, por su actualidad, a la brasileña Petrobras: la mayor empresa de Brasil ha perdido dos tercios de su valor debido a los desfalcos, y corre riesgo de impago selectivo. “Hay muchos emisores emergentes que están afrontando los mismos problemas que Petrobras”, advierte el gestor. Éste realiza la siguiente reflexión: “El mercado es más fuerte que en los 90 y por eso no esperamos una crisis como la asiática. Pero sería ingenuo no esperar la quiebra potencial de un gran emisor, aunque no tendría efecto sistémico”.  

Su pronóstico para los precios del crudo es que el barril se moverá entre los 55 y los 65 dólares en los próximos 12 meses, para después estabilizarse en la horquilla entre 65 y 75 dólares en 2016. “Los precios no van a ser tan elevados como antes por el colapso de la oferta”, explica. De ahí que el equipo haya preferido centrar su selección de emisiones emergentes en torno a los países importadores de crudo y con superávit comercial, como son India, Indonesia y Filipinas. Temple se despide con otra advertencia: “Muchos países tendrán que afrontar en los próximos tres a cinco años problemas de exceso de inversión”.