Perspectivas sobre el estado de la deuda emergente

¿Qué factores explican las rentables históricas en deuda emergente en moneda local?

Siempre hemos dicho que se trata de clase de activos que precisa de crecimiento para comportarse bien.  En este sentido los últimos años los países emergentes han estado contribuyendo aproximadamente a la mitad del crecimiento del PIB mundial. Además durante una década aproximadamente este mercado ha sido alcista.  Así que habido combinación de factores que han ayudado a mercados emergentes. A ello se añade que los programas de facilitación cuantitativa de los bancos centrales han proporcionado soporte. Así que la inversión atrajo, por la rentabilidad a vencimiento y crecimiento del capital, incluso inversores que no conocían bien la clase de activos o no tenían un punto de vista estratégico al respecto. Incluso pensaron que la clase de activos podía ser refugio o segura, lo que generó gran cantidad de flujos de entrada, favoreciendo los aspectos técnicos. Más recientemente ha aumentado mucho la presión y el sentido de los flujos se ha dado la vuelta, al tiempo que se reducía el crecimiento económico, con fundamentales pobres, debido a la falta de reformas en estos países.

¿Cuáles han sido las rentabilidades históricas y más recientes en moneda local y en moneda fuerte?

En moneda fuerte las rentabilidades han sido negativas en cuatro de los últimos cinco años, lo que no tiene precedentes históricos desde que se tiene registros. En los últimos tres años las rentabilidades han sido mucho mejores en moneda fuerte, donde la rentabilidad fue negativa en 2013 en dólares, pero del 7% en 2014 y actualmente a comienzos de noviembre de 2015 cerca del 3% en el año.  Así que en términos absolutos las denominaciones en moneda fuerte se han comportado mejor y de manera más resistente.

¿Está una posible subida de tipos de interés de la Reserva Federal descontada en las valoraciones en moneda fuerte?

Hasta que no tenga lugar el evento no puedes tener la seguridad al 100% de que se ha descontado en los precios. Pero se viene hablando del ajuste desde 2013 y se ha generado mucha expectativa respecto cuando puede empezar esa subida de tipos. Dada la volatilidad desde entonces creemos que en gran parte puede estar descontado. Además hemos estudiado la sensibilidad de esta deuda en moneda fuerte a una subida de tipos de interés de EEUU y es relativamente limitada. En anteriores períodos en que habido subida de tipos de interés de la Reserva Federal el impacto en la rentabilidad en moneda fuerte no ha sido uno a uno. Así que efectivamente pensamos que en parte ha sido descontado y que la parte no descontada puede no tener un impacto dramático en esta clase de activos en moneda fuerte.

¿Qué principales posiciones u oportunidades tienen en cartera en términos de sensibilidad a variaciones de tipos de interés y divisas?

Actualmente tenemos mucho menor convicción en las divisas debido a pobres datos de exportaciones y fundamentales económicos débiles.  De manera que infra ponderamos gran parte de las divisas relacionadas con materias primas, como real brasileño, peso colombiano o rand sudafricano, además de monedas de otros países de forma más idiosincrática, en total de unos diez países. En duración en moneda local estamos concentrados en Asia, donde vemos más voluntad de recortar tipos de interés.  Sin embargo en América Latina ha habido subida de tipos de interés y pensamos que quizá no sea lo mejor dada la falta de crecimiento, a pesar de las elevadas tasa de inflación. Así que en esta región preferimos tener paciencia, a la espera de mejores oportunidades.  En moneda fuerte seguimos favoreciendo la deuda de países de menor correlación con la deuda del Tesoro de EEUU y de manera idiosincrática con los que cuentan con perspectivas económicas más positivas como Indonesia, Arabia Saudita y Marruecos, donde tenemos posiciones largas en sus bonos, que sobreponderamos. En otros países los diferenciales de rentabilidad a vencimiento respecto de la deuda del Tesoro de EEUU están ya ajustados y no vemos en perspectivas de mejora, como en Brasil, Chile o Malasia, en cuya deuda infraponderamos duración.