Oddo Avenir Europe: todas las claves sobre cómo se gestiona y qué hace diferente a este fondo de bolsa europea

Pascal Riégis (Oddo)
Foto cedida

El Oddo Avenir Europe es uno de los fondos que en los últimos tres años han ofrecido unos mejores resultados por rentabilidad/riesgo dentro de su categoría, lo que le ha servido al producto para ganarse la calificación Consistentes Funds People. Se trata de una estrategia de renta variable europea que sigue un proceso muy diferente al de sus competidores, lo cual se traduce en una cartera en la que aparecen nombres que no suelen verse en otros productos de similares características. La mayoría son compañías de mediana capitalización y un tamaño medio de aproximadamente 6.500 millones de euros. El grueso (56%) está invertido en empresas con un tamaño superior a los 5.000 millones, mientras que otro 31% permanece en valores con una capitalización de entre los 1.000 y los 5.000 millones. También invierten en compañías con un tamaño inferior a los 1.000 millones, pero su peso en la cartera es muy residual (2%).

Se trata de una estrategia integrada dentro de una gama formada por tres productos: el Oddo Avenir Europe, el Oddo Avenir Euro y el Oddo Avenir. Todos se gestionan siguiendo la misma filosofía. La principal diferencia entre ellos estriba en que el primero centra su universo de inversión en el mercado paneuropeo, el segundo en la eurozona y el tercero en la bolsa francesa. De los tres, el que más patrimonio atesora es el Oddo Avenir Europe, con casi 3.000 millones en activos bajo gestión. Es uno de los buques insignias de Oddo BHF Asset Management. La estrategia es muy conocida en Francia, pero también está penetrando en España, donde cuenta con varios clientes. Ese es el motivo que ha traído a Madrid a Pascal Riégis, gestor principal de la estrategia y líder de un equipo cuyo trabajo pasa por identificar a las que denominan como las “value creators”, compañías que a largo plazo tienen el potencial para ofrecer una rentabilidad superior a la del índice.

Riégis es un firme convencido de que, a largo plazo, la renta variable ofrecerá una rentabilidad superior a la de cualquier otra clase de activo. “Pero, ¡ojo! No la inversión en cualquier clase de acciones”, alerta. Según su experiencia, sólo aquellas empresas que presenten una clara ventaja competitiva con respecto a sus competidores, sean innovadoras, con el potencial de ser globales y capaces de generar unos beneficios superiores serán los líderes globales del futuro y las mejores inversiones. El gestor pone ejemplos muy elocuentes que arroja la historia sobre la diferencia que puede entrañar en términos de rentabilidad estar o no en las compañías correctas. “Sika es una constructora que desde 1991 ha ofrecido una rentabilidad del 9.700%, frente al 976% que ha subido Lafarge, al 947% de Saint-Gobain o al 718% del Stoxx Europe 600. Lo ha conseguido gracias al hecho de haber financiado correctamente su crecimiento”.

Esa es la clase de compañías que tratan de identificar. Y lo hacen ante el convencimiento no sólo de que en el futuro generarán una rentabilidad muy superior a la de sus competidores, sino al hecho de que suponen la mejor manera de proteger el capital. “Cuando te equivocas a la hora de elegir una compañía y, además, no aciertas en el timing y entras en lo alto del ciclo, pueden pasar años hasta que recuperares tu inversión. No digo que esto sea una regla matemática y que eligiendo a las mejores siempre vayas a ganar más dinero a largo plazo, pero sí que las probabilidades de que esto suceda son mayores cuando eliges correctamente”, asevera. Para demostrar su afirmación, Riégis pone los ejemplos de Carrefour (431%) y Ahold (327%) –compañías que en los últimos 25 años han ofrecido una rentabilidad por debajo del Stoxx Europe 600 (718%)- frente a las generadas en el mismo periodo por L’Oreal (4.151%) y Nestlé (3.311%), marcas estas últimas que ve únicas y muy potentes en todos los mercados en los que están.

El proceso, paso a paso

El proceso de selección de compañías arranca con un filtro cuantitativo que aplican sobre un universo formado por 2.000 acciones con una capitalización comprendida entre los 150 y los 10.000 millones de euros, en el que, entre otros factores, analizan cuáles son las que tienen alcance internacional, así como las que cuentan con unos flujos de caja positivos y estables en el tiempo. Ese primer filtrado les permite eliminar 1.700 compañías aproximadamente. A partir de ahí comienza un análisis fundamental de los 300 valores restantes, en el que estudian la consistencia de la compañía, sus ventajas competitivas, la calidad de su equipo directivo, si aplica los criterios ESG… El tercer paso consiste en hacer una valoración a la compañía a través del descuento de flujo de caja basándose en dos escenarios: el mejor y el peor para la empresa. Las que hayan pasado todas las pruebas entran en una cartera formada habitualmente por entre 40 y 60 valores.

El equipo sigue una filosofía de stock picking que combina la inversión tanto en compañías cíclicas como defensivas, pero excluyendo del radar a un buen número de subsectores. “No todos los negocios son value creators. Nuestro objetivo es tener una cartera equilibrada entre compañías cíclicas y defensivas, eligiendo las mejores en cada una de ellas, si bien hay industrias en las que no invertimos. Dentro de las cíclicas no lo hacemos en petroleras, materiales básicos, aseguradoras, constructoras o aerolíneas. Sí invertimos en industriales (37% de la cartera) y compañías tecnológicas (15%). En lo que respecta a los sectores más defensivas, no estamos en operadoras de telecomunicaciones, utilities, retail, real estate, pero sí en sanidad (20%) y en aquellas empresas vinculadas al consumo (18%)”. De media, las compañías en las que invierten permanecen en cartera tres años.

“Sólo vendemos si el valor ha alcanzado su precio objetivo o si hemos cometido un error. Para tener éxito en el mundo de la inversión no necesitas ser un genio, pero sí evitar cometer grandes equivocaciones. Nuestro proceso se diferencia del de nuestros competidores en que nosotros trabajamos de manera muy disciplinada y siempre como un equipo, con el único propósito de buscar value creators. Es lo que hemos estado haciendo desde 2003, año en el que tomamos las riendas del fondo”, indica. Actualmente, en la cartera del Oddo Avenir Europe se pueden encontrar valores como Michelin (5,6% de la cartera), Safran (5,5%), Icon (5,2%), Mtu Aero Engines (4,7%) o Alstom (4,2%). Son las principales apuestas con las que aspiran a repetir los buenos resultados cosechados por el fondo en los últimos dos años (4,2 puntos de overperformance en 2016 y 5,8 puntos en 2014) y que le han servido al producto para ganarse las cinco estrellas Morningstar.