Nordea lleva al gimnasio su fondo de renta fija global más flexible

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La flexibilidad es el término al que ha recurrido Nordea para poner de manifiesto la importancia de este concepto tanto en lo que respecta a la salud como en la industria de gestión de activos. En lo que hace referencia al cuidado del cuerpo, la flexibilidad es clave para mantener un buen nivel físico, algo que, si se alcanza, ayuda también a la salud mental, condición indispensable para acertar en la toma de decisiones. Empleado en el mundo de la gestión de activos, la flexibilidad guarda relación con la capacidad de los gestores para moverse libremente por los mercados y construir estrategias que les permitan obtener retornos positivos independientemente de cuál sea el entorno, algo que ha adquirido una gran importancia en la renta fija. Es en esta clase de activo sobre la que fundamenta su estrategia el Nordea 1 – Flexible Fixed Income, producto lanzado por la gestora hace más de tres años con un objetivo de rentabilidad de Eonia + 2% y de volatilidad del 3%.

Se trata de una estrategia flexible de renta fija global, que se apoya en criterios de equilibrio de riesgo para conseguir la preservación de capital. El producto está gestionado por Karsten Bierre, del equipo multiactivos de Nordea y del Nordea 1 – Stable Return Fund, que aplicaron su receta y filosofía al universo de renta fija. La piedra angular del proceso de inversión de este producto con la calificación Blockbuster Funds People es la gestión del riesgo, que se gestiona en dos planos: el estratégico (largo plazo) y el táctico (corto plazo). Cristian Balteo, especialista de producto del equipo de multiactivos de Nordea, ha sido el encargado de explicar a sus clientes la estrategia que sigue un producto que atesora 3.000 millones de euros en activos bajo gestión. El lugar elegido para hacerlo ha sido un conocido gimnasio de Madrid, un entorno que en la entidad han considerado muy propicio para poner en práctica el concepto de la flexibilidad tanto desde un punto de vista físico (tras la presentación tuvo lugar una clase de body balance para los asistentes) como desde el prisma de la gestión de activos.

Según explica, el objetivo de los gestores es construir una cartera equilibrada con la que poder generar rentabilidades positivas en cualquier entorno de mercado. “El fondo está centrado en la rentabilidad que generan la duración y el crédito, no la rentabilidad total. Ponemos el énfasis en la prima de riesgo y no en las clases de activo. El riesgo resulta más sencillo de identificar cuando se parte de una prima de riesgo (ya que cada una se asocia únicamente a un riesgo) que cuando se parte de clases de activos (por ejemplo, los bonos corporativos depende tanto de los tipos de interés como del diferencial de crédito). Además, el análisis de las correlaciones, algo que nosotros seguimos muy de cerca puesto que estas no son estáticas y van cambiando, es más robusto para las primas de riesgo que para las clases de activo. En esencia, lo que queremos es saber qué primas de riesgo lo van a hacer bien cuando la economía lo hace bien y qué primas de riesgo lo van a hacer bien cuando la economía va mal”, afirma.

No obstante, eso no significa que el producto siga una estrategia top down. “Somos conscientes de que no podríamos generar valor de manera consistente en el tiempo con una visión de este tipo. De hecho, no es necesario predecir con exactitud la evolución macroeconómica para conseguir una rentabilidad total positiva en todas las fases del ciclo económico. En realidad, la clave está en seleccionar fuentes de retorno que generan rentabilidades positivas tanto en mercados alcistas como bajistas sin tener en cuenta ningún índice de referencia pero, sobre todo, en equilibrar el riesgo”, señala. Balteo pone un ejemplo. “Históricamente, la correlación entre el high yield y la deuda pública de EE.UU. ha sido negativa. Sin embargo, esa correlación se volvió positiva en 2014 y 2015. Para complementar y equilibrar esos riesgos, buscamos fórmulas que nos permitan equilibrar esos riesgos, como introduciendo estrategias largas y cortas en el mercado de divisas”, revela. El resultado es que, en periodos en los que los activos de más riesgo lo hacen bien, su contribución a la rentabilidad del fondo es mayor y, en fases en las que estos sufren, son los activos defensivos los que aportan rentabilidad.

Este año, el fondo ha arrojado todos los meses rentabilidades positivas. En tres ocasiones estas fueron superiores al 1%. Sólo en mayo registró un comportamiento negativo (-1%). “Se trata de una solución capaz de mejorar el perfil de rentabilidad/riesgo de cualquier cartera, como demuestra un ratio de Sharpe a tres años del 1,04, frente al 0,4 de la media de la categoría Morningstar de renta fija flexible global. Está diseñada para inversores que están en cuentas corrientes no remuneradas o en activos monetarios que ofrecen rentabilidades negativas, que no pueden o no quieren invertir más en renta variable, que buscan una cartera de riesgo limitado capaz de preservar el capital y, por encima de todo, para los que pueden asumir un poco más de riesgo a cambio de generar algo más de rentabilidad, ya que en la cartera también se pueden encontrar bonos high yield y deuda emergente”. En el cómputo global, el rating medio de los activos es de AA-, la duración de la cartera de 0,94 años y la rentabilidad a vencimiento del 1,22%.