No todos los ETF son iguales: valoración de la eficiencia

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Foto cedida

El tamaño del mercado ETF se ha incrementado de forma considerable en los últimos años. Actualmente, solo en Europa, los inversores pueden elegir entre 1.324 productos (que representan un importe de 331.000 millones de dólares en activos gestionados).

Esta creciente popularidad ha determinado en consecuencia mayores exigencias a los proveedores – los inversores quieren ser capaces de valorar con exactitud la rentabilidad obtenida por sus ETF, mientras que las nuevas directrices del ESMA se han centrado con mayor atención sobre cómo se comportan los ETF y sobre su capacidad para satisfacer las necesidades de los inversores.

Como resultado, los emisores de ETF se han visto obligados a reconsiderar (y potencialmente mejorar) la información proporcionada sobre las desviaciones y los errores de seguimiento esperados de sus fondos.

Los métodos tradicionales de selección de fondos no son adecuados

A primera vista, se podría asumir que todos los ETF que replican un mismo índice son sustancialmente iguales. Sin embargo, es una idea equivocada y, en la práctica, sus rentabilidades varían.

Tal circunstancia genera mayores desafíos para los inversores – ¿Cómo pueden saber qué producto es mejor para ellos?

La situación se complica aún más porque las herramientas de análisis empleadas para realizar la selección activa de fondos no son adecuadas para seleccionar los ETF. Simplificando, la selección activa de fondos se basa en un criterio fundamental – el ratio de información, que es la relación entre el exceso de rentabilidad (alpha) y la volatilidad del error de seguimiento (TE). Este indicador mide la rentabilidad relativa de un fondo con respecto a su índice de referencia, teniendo en cuenta el riesgo relativo asumido en comparación con el índice en cuestión.

Sin embargo, los ETF replican un índice, determinando que los excesos de rentabilidad y los TE sean muy pequeños. Como resultado, los ratios de información pueden ser en consecuencia extremadamente sensibles y potencialmente imprecisos. Un producto con un error de seguimiento muy bajo podría perfectamente, y de forma errónea, ser descartado debido a su reducido ratio de información, a pesar de lograr una excelente replicación del índice.

De manera similar, un producto con un déficit de rentabilidad muy pequeño y con un TE muy reducido podría ser descartado debido a su ratio de rentabilidad negativo, mientras que otro producto con un exceso de rentabilidad marginal podría mantenerse incluso con un alto error de seguimiento.

Desarrollo de un nuevo sistema de medida de la rentabilidad real de los ETF

En esencia, los inversores necesitan comprender y ser capaces de responder a tres preguntas clave a la hora de seleccionar un ETF:

  • ¿Puede un ETF superar la rentabilidad de su índice?
  • ¿Minimiza el ETF el tracking error contra el índice?
  • ¿Minimiza el ETF el coste de trading (oferta/ demanda o diferencial de liquidez)?

No obstante (y tal y como se ha ilustrado antes), si las herramientas tradicionales de selección de fondos, tales como los ratios de información, no son totalmente fiables para responder a estas preguntas, ¿cómo pueden los inversores valorar de otra forma los beneficios (y las desventajas) de un ETF? 

Se necesita claramente un nuevo enfoque holístico para estimar con precisión la rentabilidad de los ETF y proporcionar a los inversores unos criterios objetivos y fiables a la hora de seleccionar un producto.

Al final, los tres indicadores de rentabilidad más importantes para los inversores son la rentabilidad relativa con respecto al índice de referencia (desviación de seguimiento), los diferenciales de liquidez, la volatilidad del error de seguimiento. También habrá que considerar la medida del Valor en Riesgo (‘Value-At-Risk’ o VaR) para proporcionar una valoración precisa.

En nuestra opinión, el mejor Indicador de Eficiencia de un ETF combina la desviación de seguimiento, el error de seguimiento y una medida clave de liquidez del mercado secundario en un solo dato (ilustrado por la fórmula siguiente). Un indicador así proporcionaría a los inversores una valoración en términos de probabilidad y fácil de entender de la rentabilidad futura con respecto al índice.

Indicador de Eficiencia ETF= Desviación de seguimiento - Diferencial de liquidez - 1,65*x Error de seguimiento

Clasificación de los ETF en términos de eficiencia

La ventaja específica de esta metodología del Indicador de Eficiencia no reside en realidad en su capacidad para valorar de forma precisa la rentabilidad futura con respecto a un índice, aunque tal valoración sea extremadamente útil por sí misma. Más bien, es su capacidad para permitir una fácil y rápida comparación de los productos ETF con respecto a un mismo índice.

Para ilustrarlo, hemos aplicado la metodología del Indicador de Eficiencia ETF a 50 ETF que replican diez índices de referencia principales, utilizando datos diarios durante un período de un año (31 de mayo de 2012 – 31 de mayo de 2013).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Podemos observar a partir del cuadro anterior que existen claras diferencias entre los distintos productos ETF que replican un mismo índice. Estas diferencias podrían no haber sido muy aparentes si los hubiésemos analizado considerando los ratios de información u otros métodos tradicionales de selección de fondos. Sin embargo, sí habría tenido un impacto significativo sobre la composición de una cartera de inversión.  Así pues, la  aplicación de la metodología del Indicador de Eficiencia ETF no solo permite identificar estas diferencias, sino que además ofrece a los inversores la posibilidad de realizar una fácil comparación entre estos y otros productos disponibles en el segmento de los ETF.