No, no me gusta

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Pues no ha pasado nada. Aparentemente. Al final el consenso acertó y ganó el no. Un no momentáneo a no subir los tipos donde la Fed seguirá pendiente de los datos, los de los de su propia economía y casi primero los de China. Yellen dejó caer su declaración con un tono sombrío. Será la cuesta de enero, será el cambio de estación, quién sabe, pero tras reconocer que habían discutido la posibilidad de aumentar los tipos de interés hasta el último momento , parece que al final la debilidad de los emergentes y las presiones deflacionistas en el corto plazo han podido más.

Eso sí, la recuperación económica y el gasto de los consumidores son lo suficientemente fuertes como justificar una subida de tipos, advirtió. Octubre sigue siendo una posibilidad, o quizá diciembre, o ya si quien sabe. ¡Ay, Janet, maja, cómo te costará subir los tipos! Se acuerdan allá por el 2008 cuando su sucesor, Ben Bernanke, los bajó a los mínimos actuales para restaurar la estabilidad financiera. Siete años después se frenan las intenciones de la Fed porque eso podría acarrear desestabilidad financiera.  Ironías de la política monetaria.

En la unanimidad por mantener los tipos se desmarcó sólo uno de los miembros del FOMC, Jeffrey Lacker, presidente de la Fed de Richmond y partidario de elevarlos un cuarto de punto y hacerlo ya. Jeffrey chato, no estás sólo. Qué eras minoría, sí, pero de tu parte estaban, fundamentalmente, gestores de renta variable y aquellos que temían que al no subir los tipos la Fed lanzara el mensaje de “al loro, que no estamos tan bien”, levantando dudas de si está realmente el sistema financiero tan débil para no aguantar una subida de 25pb.  En fin, para los partidarios del sí queda el botón de “no me gusta” de Facebook. Contracampaña.

Aunque para contracampaña la que presentará el recién elegido líder de los laboristas británicos, Jeremy Corbyn. Aunque calificado como una amenaza para el futuro nacional por la prensa británica, la verdad es que tiene tirón: tres días después de ser elegido, el partido ya contaba con 30.000 personas que se habían dado de alta. Pero los medios lo tachan de suicidio político de los laboristas, salvo cataclismo político de aquí a 2020. ¿Serán sus ideas, su anticapitalismo, o el que no cante el Save the Queen? Serán, sí, pero ahí está su imagen luciendo corbata suelta y el botón de la camisa desabrochado en el aniversario de la Battle of Britain de esta semana: con tras tradiciones y el estilismo de un gentleman no se juega en la isla.

 

Como no se trata de asustar, recordemos que luego los espíritus revolucionarios tienden a quedarse pelín aguados. Y si no, miren a los griegos, ayer puro fervor y protesta y hoy con ánimo de concordia, no sólo con Europa sino entre ellos mismos (tampoco hay muchas más alternativas). El lunes cuando este blog llegue a sus teléfonos inteligentes, ya se conocerán los resultados. Hoy viernes las expectativas son que la cosa va de empate entre Syriza y Nueva Democracia, y que tendrían que pactar un gobierno de concentración del que no sería líder ninguno de los dos cabezas de cartel, sino el actual comisario europeo de inmigración, heleno él. Preguntado por el tema en una radio española un diputado griego del partido conservador, al señor en cuestión lo del acuerdo no era lo que más le entusiasmaba, porque realmente de lo que él quería hablar era, claro, de Pau Gasol en el partido contra Francia. “35 años y 40 puntos, qué proeza” repetía, mientras el entrevistador intentaba reconducirle al asunto electoral. A veces, hasta los políticos son gente normal. Tú no Pau, tú eres muy grande.

Buena semana,