Mi amigo el pirata

Lo mejor de la semana
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Lo mejor de la semana. Blog de María Folqué y Montserrat Formoso

Se acercan las elecciones y el resultado es incierto. Sí. En Islandia, el próximo domingo. Parece que el Partido Pirata podría hacerse con el poder. Un partido creado por activistas y hackers (¿pero cuántos hackers hay en Islandia?) que lleva en su programa electoral darle refugio a Edward Snowden, que debe estar como loco por cambiar el frescor de Moscú por la suave brisa templada de Reykjavik. 

Son malos tiempos para los políticos convencionales. En el caso islandés, el último primer ministro convencional elegido en las urnas, tenía unos ahorros poco convencionales en Panamá y alrededores y tuvo que irse. Su nombre y sus cantidades aparecían en varios de los 11,5 millones de documentos que una garganta muy profunda empezó a hacer llegar al reportero Bastian Obermayer del Suddeutsche Zeitung una noche de primavera de 2015. Como Bastian no podía sólo con los 2,6 terabytes de información, decidió abrir una colaboración con el consorcio internacional de investigación. 

Se calcula que una persona sola habría tardado unos 27 años en leer todos los papeles de Panamá. Demasiado. Y demasiado dinero evadido. El economista Gabriel Zucman ha calculado que a día de hoy hay unos 7,6 billones de dólares en paraísos fiscales, lo que representa un 8% de la riqueza de los hogares del mundo. En fin, a la hora de la verdad, los islandeses no están siendo tan transgresores al votar al Partido Pirata. Ya lo han hecho antes. Como todos.

Son malos tiempos para los políticos convencionales, sí, pero no para su convencionalismo político del dondedigodiego.  De eso algo sabe Theresa May. The Guardian ha publicado una grabación de la Primera Ministra en una conferencia a los banqueros de Goldman Sachs solo un mes antes de la celebración del referendum. Allí defendía la permanencia afirmando que dentro de la UE "hay ventajas definitivas para nosotros en términos económicos". 

Pero ahora tenemos un nuevo discurso que, tal como apunta Mark Leonard en Project Syndicate, más que causa es un síntoma del resurgir de una identidad nacional excluyente. Dirigido, puede, tanto a los que la alzaron al frente del gobierno como al "auténtico british" -raza blanca, clase trabajadora, mayor de 55 años- que parece sentirse minoritario en su país. En un artículo en The Economist, Jeremy Cliffe citaba que en 2070 la mayoría de la población de Reino Unido será racialmente no blanca. ¡Proteccionismo al porridge y el fish and chips ya! 

Y aunque se hayan quedado sin Marmite para desayunar, hoy los partidarios del brexit sacan pecho. El PIB de Reino Unido ha crecido un 0,5% en el tercer trimestre. Esto es, en los meses de junio a septiembre, y esto es también más del 0,3% que esperaban los analistas, y por su puesto, el ala dura del bremain que sostienen que la recesión aún está por venir...

En fin, mientras la retórica política amenaza con tirar de proteccionismo, ahí está la tecnología para hacer avanzar a la humanidad prescindiendo de los propios humanos. Ya tenemos el primer reparto de 45.000 latas de Budweiser con un camion autónomo. Quien fuera pirata.

Buena semana