Mesa redonda: Por qué los ETF están ganando peso en las carteras de los inversores institucionales españoles (II)

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Foto: Máximo García

BlackRock ha realizado por segundo año consecutivo una encuesta con Funds People sobre el uso que hacen los inversores españoles de los ETF. El estudio, elaborado a partir de las respuestas de 30 inversores institucionales (representativos de más del 70% del patrimonio en fondos españoles) y 35 entidades del segmento de distribución (principalmente bancas privadas y EAFI), nació con la vocación de monitorizar el uso y la adopción de los fondos cotizados por parte de los inversores profesionales en España. Con motivo de ello, la entidad ha organizado una mesa redonda en la que Pedro Martínez Sánchez, responsable de gestión pasiva de InverCaixa, Alberto Gómez-Reino, responsable de Asset Allocation Institucional en BBVA AM, David Cienfuegos, director de inversiones de Towers Watson y Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio de BlackRock Iberia, han debatido sobre cuáles son los motivos por los que los ETF están ganando peso en las carteras de los inversores institucionales.

Según Martínez Sánchez, los ETF cada vez tienen una relevancia mayor en la construcción de las carteras de los fondos mixtos, utilizándose incluso para la parte ‘core’. El responsable de gestión pasiva de InverCaixa enumera hasta seis factores que explican esta tendencia. “El primero es porque la gama de ETF es cada vez más amplia y diversificada desde el punto de vista geográfico, sectorial o de factores (momentum, value, dividendo, mínima volatilidad…). En segundo lugar está la liquidez que ofrecen, la cual es muy importante. Cuando compras un ETF estás comprando y vendiendo el bechmark, lo cual tiene más liquidez que un fondo de gestión activa, que puede tener parte de la cartera activos más ilíquidos y difíciles de vender en caso de que fuese necesario. A esto hay que añadir la liquidez añadida que ofrecen los ETF en el mercado secundario, lo que en la práctica supone una liquidez reforzada”, explica.

El tercer aspecto que destaca el experto es el coste, que hace que el vehículo sea cada vez más eficiente. En cuarto lugar cita la mayor receptividad por parte de los equipos de control en los ETF, porque “tienen una mayor transparencia y porque actualizan las posiciones de una forma más regular que los fondos de gestión activa”. En quinto Martínez Sánchez destaca la sencillez y claridad desde el punto de vista comercial. “Es muy fácil explicarle a un cliente lo que es un ETF”. En último término, el experto pone encima de la mesa un informe realizado por S&P que evidencia que sólo el 10% de los fondos de gestión activa consiguen batir al índice a largo plazo. “En algunos mercados, como el americano, este porcentaje es incluso más bajo. En este contexto, tiene sentido que el ETF –producto más eficiente en costes, líquido y transparente-, se incorpore a las carteras junto con aquellas estrategias de gestión activa que demuestren ser capaces de ofrecer mejores resultados que el índice a largo plazo”.

En el caso de los fondos de pensiones, la potencial utilización del ETF es muy variada, revela Alberto Gómez-Reino. El responsable de Asset Allocation Institucional en BBVA AM señala que, en lo que respecta a los planes de pensiones individuales –productos retail dirigidos a una red comercial y desde donde el inicio existe una política de inversión muy bien definida- el gestor puede decidir dentro de su universo de activos disponibles cómo usarlos. “En este caso, el abanico es muy amplio y los ETF se utilizan como una herramienta ‘core’ para replicar el benchmark, para realizar apuestas tácticas o para gestionar las entradas y las salidas de liquidez”. En la entidad recurren a los ETF para cubrir todas las posibilidades tanto para renta variable como renta fija, sin hacer diferenciación por clase de activo. En el mundo de empleo las cosas son distintas, ya que los clientes definen su mandato de una forma mucho más específica y la interlocución con ellos es mucho mayor.

“Hay algunos clientes que no quieren fondos de terceros y prefieren ETF o al revés. También los hay que permiten la combinación de ambos. La variedad de construcción es más ‘ad hoc’ y dirigida entre el cliente y nosotros”. Independientemente de la tipología de cliente, Gómez-Reina aprecia una evolución. “El ETF no es un vehículo de inversión nuevo, pero la adopción es progresiva. Hace 10 años hablábamos de carteras con una diversificación mucho menor, en la que había que hacer una labor de formación muy importante, no solo en tipología de mercado sino en los ‘building blocks’ que podíamos utilizar para implementarla. Este es un caso en el que la entrada natural de los ETF se da vía renta variable pero va permeando a otras clases de activo. En pensiones, para nosotros es muy importante el tamaño de los vehículos subyacentes por las necesidades legales de diversificación. El crecimiento de la industria amplía las posibilidades de utilizar los ETF. En los últimos años se ha visto un fuerte crecimiento en la parte de renta fija donde, al existir vehículos más grandes, nos permiten poder utilizarlo”.

Los cambios percibidos en la última década a los que se refiere Gómez-Reino se han reflejado de una manera muy clara en la composición del top 500 de las gestoras de fondos más grandes del mundo. Tal y como recuerda David Cienfuegos, director de inversiones de Towers Watson en España, hace diez años el ranking de las mayores gestoras del mundo estaba copado por entidades de gestión activa. “Si haces ese análisis a día de hoy, se aprecia una combinación que no existía entonces entre gestión activa y gestión pasiva. Eso ya es un cambio de mentalidad basado en que, de media, la gestión activa no consigue batir a la gestión pasiva en gran parte por las comisiones que cobra. Todos somos conscientes de ello. Eso no significa que no exista valor en la gestión activa. Es difícil de encontrar, hay que dedicarle esfuerzo, recursos y tiempo. Aquellos que lo hacen tienen más probabilidad de conseguirlo que aquellos que no le dedican ese tiempo y eligen cualquier producto de gestión activa”.

Aunque la gestión activa sigue siendo preponderante, Cienfuegos recuerda que la gestión pasiva ha crecido de forma muy significativa en los últimos tres años, a un ritmo muy superior que la gestión activa. Poniéndolo en el contexto de los clientes institucionales con los que trabajan en Towers Watson en España, en torno al 15% de las carteras gestionadas por sus clientes está en ETF. “Históricamente venían de una exposición más a renta variable para la diversificación de la cartera a nivel internacional, pero en el último año hemos visto un aumento muy significativo en el uso de ETF de renta fija sobre crédito, deuda emergente… Son tendencias que se van ampliando. Hay una gran diferencia por tipo de cliente institucional. Dentro de los fondos de pensiones, por ejemplo, hay algunos que están gestionados al 100% por ETF y otros que no tienen normalmente ETF en cartera, pero los utilizan de forma táctica”.