Materias primas: estamos ante una oportunidad única

Pablo Fernández-Peña, ejecutivo de ventas institucional de Robeco AM para España y Latinoamérica, destaca en este artículo la brecha existente entre la oferta de recursos naturales y su demanda, tras décadas de infra-inversión en capacidad productiva de recursos como el petróleo, el zinc, el cobre o el platino.

Durante las ultimas décadas hemos visto como las compañías dedicadas a la explotación de recursos naturales han mantenido el nivel de sus inversiones bajo mínimos. Una economía mundial enfocada hacia una industria de servicios y la crisis de liquidez de los últimos años ha propiciado que las inversiones en nuevos proyectos para el desarrollo de estos recursos haya sido mínima, deprimiendo la oferta de muchas de estas commodities. El desequilibrio entre oferta/demanda que se originará en los próximos años representa una oportunidad única en los mercados financieros.

Pero para poder entender mejor este desequilibrio intentemos poner cierta perspectiva histórica en cuanto a las evoluciones tanto de las inversiones del sector en el pasado como al precio de las commodities y sobre todo sus causas.

Si nos fijamos en anteriores mercados alcistas en los precios de las commodities, por ejemplo en abril del 2006, justo cuando experimentamos el ultimo ciclo de políticas restrictivas, la rentabilidad media de los recursos naturales en lo que llevábamos de año se encontraba en un -13,5%. Pasados dos años este mismo dato nos dejaba una nada desdeñable cifra de +85%. ¿A que se debió esto? ¿Es la situación actual comparable con la de entonces?

Viajemos algo más lejos en el tiempo para comprenderlo: el mundo acaba de salir de la segunda guerra mundial, los gobiernos de los distintos países están ocupados reconstruyendo sus economías y dirigiendo sus esfuerzos hacia una industria de servicios frente a la manufacturera. Este enfoque, que deja a las compañías dedicadas a la explotación de recursos de alguna forma fuera del crecimiento, sienta las bases para un periodo de tres décadas de mercado bajista para el precio de commodities.

Las compañías dedicadas a la explotación de recursos naturales apenas obtenían el coste de capital en sus cuentas durante este periodo, lo que significó que no se desarrollaron casi inversiones para la obtención y desarrollo de nuevas fuentes de recursos. Este largo periodo de mercado bajista tiene su culminación en el año 2001 con la entrada de China en la OMC. La participación china y el aumento en el precio de ciertas commodities justificaban nuevas inversiones para el sector, pero la crisis de crédito redujo de nuevo considerablemente la inversión en activos fijos y forzó la bancarrota de varias pequeñas compañías centradas en el desarrollo de una sola commodity.

Dicho de otra forma, el "débil" crecimiento económico que hemos experimentado en los últimos años, ha dilapidado cualquier tipo de inversión por parte de este tipo de compañías. Lo más normal y lo que todos debemos esperar, es que esta falta de inversión en la creación de nuevos proyectos tenga su impacto en los próximos 2-3 años independientemente de cual sea el nivel de inversión a partir de ahora. La inversión desde este punto no importa porque la oferta viene con un retraso sustancial con respecto a la demanda de muchos de los recursos naturales.

Se necesita tiempo para localizar nuevas fuentes de abastecimiento y desarrollarlos en activos productivos. El periodo de retraso entre en el "shock" de la demanda y la nueva oferta varía por commodity. Para el café por ejemplo este periodo ronda los 4 años, en el caso del cobre ¡puede llegar hasta la década!

Analicemos por otro lado también la demanda. Lejos de permanecer inmóvil, la demanda esta sufriendo cambios drásticos y su impacto lo veremos en los próximos años. La globalización, industrialización y urbanización están llevando a la convergencia entre los países en desarrollo y los desarrollados. Más de tres millones de emigrantes a la semana se están trasladando de las zonas rurales a las ciudades y se estima que en 2050 la población mundial se duplicará frente al dato actual. ¿Podemos calcular de alguna forma que impacto tendrán estos cambios demográficos y muchos otros en el abastecimiento de ciertos recursos naturales?

 

Este crecimiento se me antoja insostenible. Si miramos casos concretos, en el petróleo por ejemplo, hemos pasado de un 84% de la utilización de capacidad al 97% en tan solo una década. A esta velocidad, llegaremos al 100% de capacidad en tan solo 3 años. Pero el petróleo no es un caso aislado, el cobre, zinc y el platino, entre otros, sufrirán un fuerte impacto en sus precios para poder adaptar la demanda a la oferta existente lo que probablemente indique precios sustancialmente superiores a los actuales.

Todo este análisis nos lleva a pensar que nos encontramos ante una oportunidad única que con la experiencia adecuada nos puede llevar a beneficiarnos del impacto de este desequilibrio en los mercados de materias primas.