Más piezas del rompecabezas

Hace un par de semanas este reporte trataba sobre algunas piezas de información que permitían empezar a dar forma al paisaje de inversión en títulos denominados en dólares durante el 2014. En esta emisión continuaremos con el ejercicio de vislumbrar que nos espera en el nuevo año incorporando las siguientes nuevas piezas al rompecabezas:
 
Finalmente en enero comenzará el desmontaje del programa QE:
 
En la última reunión del presente año del comité de operaciones de mercados abiertos de la Reserva Federal, denominado FOMC por sus siglas en inglés, se acordó reducir en 10 millardos mensuales la compra de treasuries de corto plazo e hipotecas que tenía como propósito inyectar liquidez al sistema, para mantener bajas las tasas de interés con el objeto de estimular la recuperación económica de EE.UU. Esta reducción no implica una subida de las tasas de interés, ni tampoco una reducción abrupta de las fuentes de fondo baratos, pues aun en su desmontaje la FED comprará alrededor de 600 millardos de dólares de los mencionados títulos en el 2014, fondos que seguirán estimulando la subida de precios de los activos de riesgo (acciones y bonos de alto rendimiento).
 
La montaña rusa del mercado accionario de EE.UU.:
 
El consenso de los grandes bancos de inversión es que el mercado accionario podría subir hasta un 10% el próximo año, pero con una alta probabilidad de que hayan correcciones de hasta un 20% en el camino, las cuales propiciarían oportunidades de compra.
 
La volatilidad del mercado no sólo generará oportunidades de compra sino también cuestionamientos a la calidad del crecimiento de la economía de EE.UU. y a las políticas del FED, lo que a su vez podría dar respiros temporales a la subida de las tasas de rendimiento de los treasuries, por aquello de que son inversiones refugio.
 
2014 será un año complicado para los bonos de alto rendimiento denominados en dólares:
 
El 2013 fue calificado por los especialistas en bonos de alto rendimiento como el “año de cobrar cupones”, ya que dados los bajos niveles de las tasas de interés vigentes el pasado enero, no se vislumbraban ganancias de capital en estos papeles, producto de una subsiguiente caída de las tasas de interés. Por lo que se esperaba que el rendimiento viniese principalmente del cobro de cupones (intereses), lo que efectivamente sucedió, y lo que es muy infrecuente en la historia contemporánea de los llamados bonos basura.
 
Al comienzo del 2013 un título promedio de esta familia, se negociaba al 104,5% de su valor par, ofreciendo un rendimiento del 6,09% (con un spread de 531 puntos básicos por encima del treasury equivalente). En este momento el mismo título promedio se tranza a 103,4% de su valor par, y rinde 5,64% (con un spread de 411 puntos básicos por encima del treasury equivalente). Con una expectativa de moderada subida de las tasas de interés se espera, aunque con mucha volatilidad de precios en el camino, rendimientos similares o ligeramente menores.
 
De B2 a Caa1:
 
Las rebajas que Standard&Poor´s y Moody´s aplicaron a la calificación de la deuda soberna venezolana no causaron grandes sorpresas en los mercados. Cambios en las calificaciones crediticias, en la mayoría de los casos, no son más que el reconocimiento por escrito de situaciones ya muy conocidas por los formadores de opinión. Es evidente que la presión a la baja de los precios de la deuda soberana y de PDVSA se mantendrá mientras no se produzca un plan de reajuste económico creíble.
 
Una devaluación de la tasa de cambio oficial acompañada de una subida tímida del precio de la gasolina no serán suficientes para convencer a los mercados de que se está poniendo en orden la casa. A estos niveles de calificaciones crediticias las nuevas emisiones serán más costosas, y el universo de potenciales compradores se reducirá, porque a muchos inversionistas institucionales les está vedado comprar papeles en el segmento de inversión con posibles incumplimientos de pago.
 
Para muchos fue sorpresa que la prima de los CDS de la República a 10 años (póliza de seguro contra el riesgo de insolvencia de estos papeles) cayese de 1.270,32 puntos básicos en diciembre 2, a 1.112,43, el pasado 19, pese a las reducciones de calificaciones crediticias. Nuestra modesta explicación es que los resultados electorales redujeron incertidumbre sobre la estabilidad política del Presidente Maduro, y abrieron alguna esperanza sobre la implantación de correcciones a los males de la economía. Todavía faltan piezas para validar tal percepción.