Mario y los alemanes

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Arca

La inyección de dinero fresco hará bajar aún más las tasas de interés, devaluará el euro y mejorará en alguna medida los maltrechos balances de la banca europea, si esta logra que el dinero inyectado se transforme en créditos al sector productivo, lo que no necesariamente sucederá si nos atenemos a los resultados de programas similares en EE.UU, Japón e Inglaterra.

El gran éxito de Draghi ha sido hasta ahora el lograr el visto bueno de los alemanes al programa de inyección de liquidez, ya que al fin y al cabo el temor de estos últimos a cualquier cosa que huela a desequilibrio e indisciplina en el manejo de las cuentas públicas puede tocar por momentos niveles de irracionalidad. Para los alemanes comprar papeles soberanos de Grecia o Portugal es premiar a los indisciplinados.

Draghi le dio la vuelta al tema logrando un acuerdo donde los bancos centrales de los países vendedores de deuda soberana se comprometen, en caso de que dicha deuda haga un default, a absorber la pérdida de 4 de cada 5 euros no pagados, el euro restante lo asumiría el sistema de bancos centrales en conjunto. El Quantitative Easing recién lanzado por Draghi, es sólo una de las medidas a tomar para intentar reactivar la Eurozona.

El mismo debería estar acompañado por el plan de inversión anunciado semanas atrás por la Comisión Europea y una reducción de la rigidez de los mercados laborales nacionales que permita adaptar el tamaño de la nómina de las empresas a las condiciones económicas imperantes en cada momento.

Una de las consecuencias no deseadas del llamado Estado del Bienestar es que aquellas piezas de legislación que hacen más estables los empleos también encarecen los despidos, creando restricciones a nuevas contrataciones. El plan de Draghi extenderá sus efectos al mercado de deuda denominada en dólares creando una barrera a la subida de las tasas de interés que la Reserva Federal de EE.UU. quisiera comenzar a realizar en la segunda mitad del 2015.

Con un dólar que se fortalece a diario y tasas de retorno superiores a sus homólogos soberanos de la Eurozona, los treasuries siguen siendo una opción que los inversionistas que poseen euros deberán considerar en los próximos meses. El mercado accionario de EE.UU. captará parte de esta liquidez, que actuará como una bocanada de aire fresco frente a los sinsabores que le ha causado la industria petrolera desde junio de 2014.

En otro orden de ideas, el mercado de renta fija venezolana denominada en dólares reaccionó muy fríamente al acto de rendición de cuentas anual del Presidente Maduro correspondiente al 2014. Pocos anuncios y menos detalles dejaron a muchos participantes de este mercado con la sensación de que no se produjeron piezas de información que les obligasen a revisar expectativas formadas en semanas previas. Mientras los precios del crudo no toquen fondo tampoco lo harán los de la deuda venezolana.