Luis Bononato: “A veces no hay que estar en renta variable para batirla”

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Ni sigue una técnica cuantitativa concreta, ni aplica una conocida filosofía de inversión. Todo en el Global Allocation tiene marca Luis Bononato, un producto gestionado por Renta 4, que delega en Auriga Global Investors SV, donde trabaja el gestor desde hace casi un año. El gestor del fondo, en sus orígenes la sicav Valor Absoluto, es responsable de reflejar su visión de mercado en el vehículo desde hace más de 10 años con un destacado resultado cercano al 20% a tres años anualizado.

El gestor mezcla sus perspectivas a largo plazo con posiciones tácticas que pueden cambiar plenamente de un día para otro. Tiene una filosofía value por tipo de activo y su gestión consiste en mezclar posiciones al estilo de un hedge fund.

Actualmente, su apuesta estratégica pasa por no tener riesgo de crédito o renta variable, por tener exposición a oro, estar corto de deuda periférica y por invertir en la compañía americana Lockheed Martin Corporation.

Su objetivo es batir a las bolsas a largo plazo aunque, reconoce Bononato, “a veces no hay que estar en ella para batirla”. Por ello señala que el periodo mínimo de inversión en el fondo debe ser superior a los tres años. El gestor no realiza stock picking, destaca, sino que siempre hace uso de índices. Entre ellos, los más utilizados son el Eurostoxx 50, el Ibex 35, algunos sectoriales (especialmente los bancos por ir adelantados al ciclo) y a veces el S&P 500.

Tampoco le gusta hacer uso de posiciones cortas, aunque desde el verano tuvo claro “que iba a haber una corrección seria”. En este contexto, se posiciono corto en banco al principio de año y en BTP después del rally del mes de enero. Asimismo, no tiene una política de stop loss. “Si falla el argumento inicial, deshago la posición”, subraya el gestor.

En sus años de vida su mayor caída mensual fue de un 18% en verano de 2011 y su mayor subida cercana al 20% después del “whatever it takes” de Mario Dragghi. Su mayor error, admite, “pensar que la seguridad jurídica de los inversores era algo inmutable y no imaginar que las políticas de prelación de cobros en la deuda griega o algunos bonos españoles pudiera ir tan lejos”.