“Los tipos de interés no van a subir en 2015”

Lionel-AESCHLIMANN
Cedida

“La crisis ha traído un cambio de paradigma. Cada vez es más difícil analizar los fundamentales de las compañías porque los banqueros centrales han tomado el poder. Es imposible analizar a las compañías sin tener a los bancos centrales en cuenta”. Con estas palabras ha empezado la rueda de prensa de Lionel Aeschlimann, socio del grupo Mirabaud. Aeschlimann ha presentado la visión global de mercado de la gestora suiza para 2015 y cómo van a articular sus estrategias en torno a esta visión a través de una apuesta decidida por la renta variable (incluyendo las inversiones en compañías de calidad con dividendos atractivos) en detrimento de la renta fija, donde aconsejan adoptar un enfoque más global y flexible.

En esta presentación ha destacado poderosamente una postura de Mirabaud en contra de la opinión generalizada del mercado: “No van a subir los tipos en 2015, ni siquiera en Estados Unidos. Tenemos muchas dudas sobre que la Reserva Federal suba los tipos en junio, como prevé el consenso, y creemos que cuando lo haga será una subida más abrupta de lo que espera la gente”, afirma Aeschlimann, que considera que, como pronto, se podría ver un retoque al alza en los tipos de interés estadounidenses a finales del año que viene.

Dicho esto, aclara que la firma sí prevé que se vaya a producir una desincronización entre Estados Unidos y Europa y Japón, debido a que el primero está más avanzando en el ciclo económico. No obstante, Aeschlimann insiste en que los tipos subirán más tarde porque “la Fed tiene mucho cuidado con las cifras”. Pone como ejemplo el mercado laboral estadounidense: sí es cierto que la tasa de desempleo ha bajado de forma considerable, pero sin embargo la ratio de participación (una de las métricas que vigila Janet Yellen atentamente) sigue baja, porque hay muchas personas que se han quedado fuera del mercado laboral y aún no han conseguido reinsertarse. Además, muchos de los nuevos puestos de empleo que se han creado son a tiempo parcial, y no se está observando una presión alcista sobre los sueldos.

A todo esto se ha de añadir, como indica el experto, que en 2015 se va a presenciar un cambio de asientos y de votos dentro del Comité Abierto de la Fed (FOMC), que dará como resultado un banco central más dovish y paciente con el mercado laboral (ver gráfico).

En términos generales, Aeschlimann subraya que Mirabaud se declara más optimista a nivel global de cara a 2015. Apelando a los casi 200 años de historia que atesora a la firma que representa, afirma que “hay que adaptarse a todo, mirar hacia delante y partir de la base de que las crisis pertenecen a la normalidad”. Así se puede comprender mejor el punto del que parten: sus previsiones apuntan a que el crecimiento mundial mejorará un poco con respecto a este año aunque se mantendrá débil; el experto tiene claro que “no van a volver las tasas de crecimiento que se vieron entre 2003 y 2007”. Su previsión para la recuperación estadounidense está en línea: prevén que se recupere su crecimiento, pero sin volver a las cifras previas a la quiebra de Lehman Brothers. Aeschlimann aclara en este punto en que en Mirabaud están positivos en renta variable estadounidense, aunque siendo muy cautos porque las valoraciones han subido mucho.

Desde la gestora también proyectan optimismo sobre Europa, donde creen que la situación va a seguir siendo complicada, pero que se va a estabilizar. “No da alegría, pero sí tranquilidad en comparación con lo que se decía hace dos años sobre Europa”, indica el representante de Mirabaud al respecto. En este punto Aeschlimann ha aprovechado para declarar su confianza en la recuperación española: “Sabemos que en 10 ó 15 años España va a ser un país fuerte en Europa”. Asimismo ha indicado que Antonio Hormigos, cogestor del Mirabaud Equities Spain, se está mostrando muy optimista con la recuperación económica (ha incrementado el peso del sector financiero en la cartera del fondo) y cree que el Ibex seguirá conservando potencial alcista en 2015.

La tercera región sobre la que proyecta optimismo la firma suiza, aunque en este caso más moderado, son los países emergentes. Aeschlimann señala que en general los fundamentales siguen siendo buenos y el perfil demográfico, favorable. “Incluso aunque crezcan a un ritmo más suave van a ser el motor del crecimiento mundial”, indica al respecto. No obstante, en términos estratégicos, reivindica la necesidad de diferenciación, no concebir los emergentes como un cajón de sastre. En la firma prefieren mantenerse alejados de países con problemas políticos, déficit y endeudamiento como Brasil, Turquía y Sudáfrica. En cambio, Asia concentra sus apuestas de largo plazo, con exposición a países como Indonesia, Corea del Sur o China.

El socio se detiene en esta última nación: “Somos más optimistas que el consenso porque los dirigentes chinos tienen un historial muy elevado de cumplir con lo que dicen. Y, aunque el PIB de China caiga al 7,9%, todavía es el doble de lo que va a crecer EE.UU.”. Eso sí, aclara que a la hora de invertir en el gigante asiático en Mirabaud siguen sus propias normas: “No miramos las cifras oficiales porque están manipuladas. Preferimos ver otros datos que reflejan mejor el ritmo de la economía como la circulación de trenes y camiones o el consumo de electricidad y materias primas”.

Cuidando del negocio

Lionel Aeschlimann también ha aprovechado su intervención para dedicar unas breves palabras sobre el negocio. En primer lugar, ha defendido la voluntad de Mirabaud de seguir siendo una boutique de fondos de inversión: “Queremos ser una boutique, no en el sentido de ser pequeños sino de estar especializados. No queremos convertirnos en un supermercado de fondos, nosotros fomentamos el intercambio de ideas y el talento”.

El socio de Mirabaud también reivindica el papel del gestor como motor esencial para hacer crecer el patrimonio de los clientes de la firma: “Vivimos en un ámbito pluridisciplinario en el que se tienen que observar variables que cambian constantemente. Los gestores tienen que tener fuerza, confianza en sí mismos, pero también mucha humildad para reconocer la verdad y admitir que se han equivocado”. Para lograr este difícil equilibrio de personalidad, el experto cree que es muy importante “crear un entorno adecuado para que los gestores tengan su tiempo, su espacio, su libertad para gestionar, no queremos que estén reunidos constantemente, y hay muy pocas capas jerárquicas”.