Manuel Arroyo: “Los ratios de Sharpe van a seguir cayendo”

arroyo

El inversor se va a tener que acostumbrar a obtener menores rentabilidades asumiendo mayores volatilidades. No es un mensaje nuevo. Las gestoras lo han venido repitiendo hasta la saciedad a lo largo de los últimos tiempos. La diferencia ahora estriba en que este discurso se está empezando a materializar sobre el papel. Lo refleja claramente la evolución que está registrando la cartera mixta de J.P.Morgan AM, cuya rentabilidad está siendo cada vez más exigua. No se trata de una cartera gestionada, sino de una cartera hipotética compuesta en un 40% por renta variable, en un 45% por activos de renta fija y el resto en hedge funds (5%), REITS (5%) y liquidez (5%), cuya finalidad es hacer el seguimiento de su evolución para tomar la temperatura al mercado. “Históricamente, esta cartera ha ofrecido un retorno del 6,1% con una volatilidad del 12%. En el primer trimestre de 2016, la rentabilidad ha sido del -0,6%, con una volatilidad superior”, revela Manuel Arroyo, director de Análisis y Estrategia de J.P.Morgan AM para Iberia.

De cara al futuro, el experto reconoce esperar un entorno de caída de las rentabilidades y subida de las volatilidades, en el que los retornos ajustados por riesgo serán más exiguos. “Las volatilidades se van a mantener altas y los retornos bajos. Eso significa que los ratios de Sharpe serán mucho más bajos. Estos vienen de niveles especialmente elevados. Las bolsas lo habían hecho muy bien con volatilidades muy contenidas. Fue un entorno en el que muchos gestores lo hicieron bien. Ahora estamos apreciando que esos ratios de Sharpe están cayendo y lo van a seguir haciendo. En definitiva, anticipamos para los próximos trimestres un entorno muy complicado para gestionar carteras”. Este escenario está provocando efectos sobre el mercado totalmente inesperados, que han cogido por sorpresa a muchos inversores. También a J.P.Morgan AM. Arroyo cita, por ejemplo, el comportamiento del mercado de deuda pública en el primer trimestre del año.

“Teníamos claro que iba a ser un año complicado, pero no nos esperábamos que el inversor se fuese a refugiar en la deuda pública de países desarrollados. Es algo que pocos anticipaban. Tampoco que la volatilidad hubiese sido tan alta como al final ha resultado ser. Preveíamos que sería un entorno volátil, pero no tanto”. Esta ha aumentado considerablemente tanto en renta variable como renta fija. Puesta en perspectiva, Arroyo subraya que estos repuntes no están siendo como los vividos en el pasado en momentos de severa recesión o fuerte corrección del mercado. En renta fija, en 2007-2008 se produjo un repunte muy importante en la volatilidad de los bonos del Tesoro de EE.UU. Hoy esto todavía no lo hemos visto. En renta variable, a cierre del primer trimestre, habíamos tenido ya 26 días con rentabilidades superiores al 1% o al -1%, lo que anualizado significaría que este año tendríamos más de 100. Si se compara con otros años, el 2016 sería un año con mucho movimiento. Es otra forma de mirar la volatilidad”.

Dos cambios importantes en el posicionamiento

El equipo de multiactivos de la gestora, que refleja cuál es la visión de la casa con respecto a las distintas clases de activo a un horizonte de 12-18 meses, ha realizado en los últimos meses dos variaciones importantes en el posicionamiento. El más importante ha sido modificar el presupuesto del riesgo, reduciendo el peso de la renta variable e incrementando el del high yield. “Tras la ampliación de diferenciales que vimos durante el verano hemos aumentado el peso en las carteras de la deuda de alto rendimiento, comprando tanto bonos estadounidenses como europeos”, indica Lucía Gutiérrez-Mellado, subdirectora de Estrategia de J.P.Morgan AM para Iberia. El segundo cambio ha sido en renta variable japonesa, donde estuvieron mucho tiempo positivos y ahora infraponderados ante las dudas que les suscitan los efectos de la política monetaria. También han reducido sensiblemente su infraponderación a los mercados emergentes, si bien su gran apuesta siguen siendo los desarrollados, sobre todo Estados Unidos.