Los mercados marcarán el crecimiento de las pensiones a corto pero no a largo plazo

"El crecimiento del patrimonio de los planes de pensiones vendrá más del mercado que de las aportaciones". Es una idea que empieza a oírse con fuerza en foros de expertos, como el recientemente organizado por Mercer sobre pensiones o la última conferencia de prensa de Inverco. Las cifras también corroboran esa afirmación: en los últimos 11 años los flujos de entradas netos (contando aportaciones y prestaciones) se han reducido en un 85%, desde los 7.000 millones de euros captados en el año 2000 hasta los poco más de 1.000 millones de 2011. Esa caída se ha dejado sentir en todos los sistemas: en los de empleo han bajado el 88%, pasando de 4.200 milones a apenas 500 millones en 2011, en los del sistema individual se han reducido en un 82%, desde 2.800 milloes a sólo 500 millones a cierre del año pasado, mientras los planes del sistema asociado han visto las aportaciones netas reducidas a cero en el mismo periodo, desde los 57 millones del año 2000, según datos de Inverco.

 

El balance es negativo por un doble efecto: en primer lugar, debido a la desaceleración de las aportaciones brutas de forma continuada desde 2007, en parte porque el crecimiento de la década pasada fruto de la externalización de los planes de pensiones de las empresas exigido por ley está agotado y también por razones financieras. Y en segundo término, porque han aumentado las prestaciones de forma continuada en los últimos tres años, debido a la llegada de la jubilación de muchos partícipes y también por las exigencias de liquidez ante la crisis. Por ello, las gestoras de pensiones españolas se hacen a la idea de que la realidad a corto plazo es que el crecimiento de los activos dependerá casi exclusivamente de los mercados, en un entorno de flujos netos muy planos, pero eso no significa que se resignen a una ausencia de flujos de entrada en el futuro.

 

Desde Aviva Gestión, José Caturla, su consejero delegado, cree que en el medio plazo la situación cambiará. “Es cierto que los volúmenes de los activos de los fondos de pensiones van creciendo y cogiendo peso, pero en mi opinión la necesidad de ahorro a largo plazo es algo que está muy claro y que la sociedad está asumiendo poco a poco. El hecho de que sean finalmente los fondos de pensiones los que acaben ganando la partida a otro tipo de seguros dependerá de varios factores, algunos endógenos (rentabilidades obtenidas, comisiones y costes en general, etc.) y otros exógenos, tales como la liquidez, el tratamiento fiscal de los productos, o en general el tratamiento diferenciado de los productos de ahorro a largo plazo”, comenta.

 

En la misma línea se posiciona José Antonio Cortés, responsable de la gestora de pensiones de GVC Gaesco. “El sector está atravesando su particular travesía del desierto actualmente y las entradas de dinero se reduden debido a la ausencia de liquidez y y a la incertidumbre, lo que obligará a centrar el crecimiento a largo plazo en las rentabilidades, principalmente en renta variable, pero a medio y largo plazo el producto tendrá que salir favorecido, con mecanismos alternativos de compensación tales como la mejora de la fiscalidad y la liquidez o el incentivo e incluso la obligación a la instauración de planes privados, sobre todo colectivos por parte de las empresas”, afirma. De hecho, en este último caso cree que debería ser obligatorio, incluso como forma de remuneración, en línea con lo que ocurre en EEUU con los planes 401k.

 

Algo en lo que está de acuerdo Elena Mesonero, responsable de inversiones institucionales en España de BNP Paribas. “En el crecimiento de los planes de empleo de las empresas medianas y grandes puede estar la clave del futuro a medio y largo plazo para las pensiones”, asegura, pues ve menos posibilidad de entrada en los fondso particulares.

 

Normalización
Rodrigo Galán Gallardo, consejero delegado de Ibercaja Pensión, cree también que la tendencia ha de cambiar a medio plazo, animada por mejoras fiscales que tendrá que impulsar la Administración para facilitar a las familias generar ingresos futuros que compensen unas prestaciones públicas en retroceso. “No se sostiene que las prestaciones públicas de la seguridad social se estén reduciendo como resultado de reformas y ajustes en el sistema y que este proceso no vaya acampañado por una potenciación de los sistemas de previsión privados”, indica.

 

También de cambio a largo plazo y normalización habla Carlos de la Peña Juanes, director financiero y de Inversiones de Rural Pensiones, afirmando que los planes se han visto inmersos en el ciclo económico y que hoy confluyen muchas variables que hacen más necesaria la rentabilidad para el crecimiento de los activos. “La tasa elevada de paro, la disminución de la renta disponible, la tradicional escasa tasa de ahorro en activos financieros en España, etc. han confluido en esta situación “anormal” pero pensamos que se va a tender a una normalización de la mayoría de las variables que han provocado esta tendencia y creemos que esta situación terminará con una mayor sensibilidad por parte de los ahorradores a largo plazo de realizar una mejor planificación de la jubilación, con mayores complementos a la misma, para lo que los fondos y planes de pensiones son un instrumento muy valioso y por el que se debe apostar”, explica.

 

Efecto demográfico y financiero
Los números hablan por sí solos. La reducción de las entradas por la crisis se une al aumento de las salidas debido al efecto demográfico y la llegada de la jubilación y también ante salidas extraordinarias debido al paro, multiplicadas en 2011. Y las gestoras lo han notado. “Las aportaciones se ven claramente afectadas por la situación económica actual y por el mal trato fiscal de este producto. Por otra parte, también es cierto que los fondos van adquiriendo la madurez, (empezaron en 1989) y va habiendo participes que van alcanzando la edad de jubilación. Sin embargo, el fuerte incremento de las salidas, desgraciadamente se está produciendo por el elevado nivel de paro, que obliga a muchos participes a rescatar su ahorro futuro para poder cubrir necesidades primarias urgentes. En nuestra opinión, en el momento que mejore esta variable, las salidas se reducirán sensiblemente, volviendo a niveles más normales”, dice Caturla.

 

Unas salidas que las nuevas entradas no han podido compensar ahora, debido a la alta tasa de paro y que llega al 50% entre los jóvenes, lo que les impide hacer aportaciones a planes de pensiones, algo mencionado también por De la Peña, que es moderadamente optimista pues ve otras fuentes de aportaciones. “Esta situación anticipa salidas por rescate de nuevos parados y resta ingresos de nuevas incorporaciones de jóvenes al carecer de ingresos por trabajo. Pero también es cierto que en los próximos meses, el ahorro a largo plazo destinado principalmente a adquisición de vivienda se va a diversificar. Además, la austeridad en que van a vivir las administraciones públicas tras los excesos cometidos va a empujar el desarrollo del complemento privado a las pensiones, en la que los planes de pensiones juegan una labor muy importante”, explica.

 

También Galán cree que la situación es susceptible de cambiar con una normalización económica debido al carácter de los flujos, principalmente financiero.
A estos factores demográficos y financieros, Cortés añade el factor de los rendimientos, muy moderados e incluso negativos en los últimos meses y años, lo que ha provocado una fuerte aversión al riesgo por parte de los inversores.

 

Fuente: Inverco