Los inversores institucionales, hedge funds y fondos soberanos tuvieron el 80% de la deuda emergente en 2012

Kamil Molendys, Unsplash

"Hay un billón de razones por las que a los mercados emergentes les debe interesar quién posee su deuda", ya que es la cifra invertida en los últimos años. Así empieza el último informe realizado por los analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que investigan quiénes son los que invierten en estos activos, por cuánto tiempo y por qué cambia con el paso del tiempo. Interrogantes que pueden arrojar luz sobre los riesgos que supone invertir en este mercado, ya que, como indican, "la salida de capital de un país que se produce de forma súbita puede hacer mucho daño".

Según las estimaciones del FMI, sólo en el período comprendido entre 2010 y 2012, medio billón de dólares en inversión extranjera se enfocó en la deuda gubernamental de los mercados emergentes. La mayor parte con origen en las instituciones financieras extranjeras que no son bancos (grandes inversionistas institucionales, hedge funds, fondos soberanos), quienes "llegaron a tener cerca de 800.000 millones de dólares de la deuda, o que es lo mimso, el 80% del total a finales de 2012", indican los analistas.

También calcularon que los bancos centrales extranjeros llegaron a tener un volumen de deuda valorada en 40.000-80.000 millones de dólares, y sus tenencias se concentraban en siete países: Brasil, China, Indonesia, Polonia, Malasia, México y Sudráfrica.

Antes, durante y después de la crisis global

Los analistas autores del estudio indican que antes de la crisis, los inversionistas internacionales mostraron una diferenciación moderada entre los países: algunos recibieron flujos de capital y otros registraron salidas. Una diferenciación que se volvió mucho más nítida durante la crisis financiera. "Sin embargo, durante el tercer período (2010-12), se encontró que los flujos de inversión extranjera llegaron a ser casi siempre positivas y mucho menos diferenciadas".

"Parte de estas entradas se pueden explicar en cuanto a la mejora de los fundamentos económicos en varios mercados emergentes durante dicho período. Cinco de estos mercados alcanzaron o recuperaron el grado de inversión, como es el caso de Colombia, Indonesia, Latvia, Romania y Uruguay", explican. Asimismo, indican que muchos países emergentes salieron bien parados de la crisis, lo que incrementó las expectativas sobre una posible apreciación de las divisas en los mercados emergentes, captando mayor una mayor atención por parte de los inversionistas extranjeros. A esto hay que añadir que "muchos países que incluso experimentaron rebajas de rating o simplemente no mejoraron su situación en ese período, continuaron con flujos positivos de capital debido al entorno de tipo de interés cercanas al cero en los países desarrollados", explican.

Los más propensos a sufrir tras una salida de la inversión

Por otra parte, el estudio también analiza la sensibilidad de los países emergentes ante la salida de inversionistas extranjeros. Egipto, Lituania y Polonia serían los primeros en sentir el golpe, seguidos por México, Argentina, Hungría y Ucrania. Asimismo, los países con menos deuda, con necesidades de financiamiento más bajas, con sistemas de banca local fuertes y con buenos colchones de liquidez; tendrían mejores posibilidades de soportar un revés en el sentimiento del inversionista, explicaron los autores.

Para llegar a estas conclusiones, los analistas del FMI estudiaron los datos de 24 mercados emergentes, y siguieron la misma paroximación empleada en un estudio previo sobre quiénes invertían en la deuda gubernamental de los países desarrollados. Los datos van desde el 2004 a junio del año pasado. A través de este link podrá acceder al análisis del FMI en su totalidad (en Inglés).

El análisis, que no representa necesariamente la visión del FMI, mostró que los inversionistas institucionales tienen una presencia particularmente significativa en México, Perú, Uruguay, Lituania y Hungría.