“Los bonos todavía no están bajo presión inflacionista”

En un escenario económico global en pleno proceso de mejora, con crecimiento tanto en el mundo desarrollado como emergente, la inflación subyacente aún no se ha generalizado debido a la recesión vivida en 2008 y 2009, lo que ha propiciado un aumento del apetito por los activos de riesgo en los últimos meses. En este contexto, Markus Krygier, director de inversiones adjunto de Amundi, está convencido de que los activos de renta fija “aún no se encuentran bajo la presión de la inflación”, y por tanto, tampoco ante subidas de tipos de interés. Con todo, la duración del fondo Amundi Oblig Internationales, un producto de renta fija global muy activo con la posibilidad de asignar de forma flexible la cartera hacia distintos activos como los bonos o las divisas y con distintas estrategias como las direccionales y las de valor relativo, está ligeramente infraponderado en duración.

La inflación no será un problema ni siquiera aunque la Fed decida este año poner en marcha su tercera ronda de relajación cuantitativa, algo que no creen que se produzca. “En este momento no pensamos que ocurra pero si nos equivocamos será ante el riesgo de deflación, pues el riesgo de inflación es muy limitado”, comenta.

En las posiciones actuales del fondo destacan las de valor relativo, que apuestan por el aplanamiento de la curva de rendimiento, pues la deuda pública de EEUU, Reino Unido o de países “core” europeos con vencimientos más largos ofrecen más rentabilidades que las emisiones a más corto plazo: de ahí que infrapondere los bonos del Tesoros a 5 años y sobrepondere los de 30. Otra de las claves de su cartera es la sobreponderación de crédito corporativo, compatible con un escenario más tolerante al riesgo que propiciará estrechamiento de diferenciales y que ofrece atractivo en sectores como el financiero, si bien se impone una mayor selección. Así, en la eurozona apuesta por algunas aseguradoras y bancos, teniendo en cuenta que la crisis ha dejado numerosas oportunidades que están aprovechando, aunque matiza que antes de la crisis ya tenían posiciones en la región.

“No niego que el actual contexto está favoreciendo un movimiento de los flujos de capital desde los mercados de renta fija hacia la renta variable, pero tampoco creo que el crédito pierda su atractivo, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos tres años ha ofrecido positivas rentabilidades y sigue teniendo potencial”, comenta Krygier. “Aún vemos oportunidades, aunque ahora somos más selectivos”, apostilla. Por ejemplo, los mercados en desarrollo ofrecen valor. Por eso es otra de sus apuestas, sobre todo por la deuda corporativa, pues cuenta con mejores diferenciales. “Han hecho sus deberes y se han recuperado más rápido de la crisis, por lo que los mercados se sienten cómodos”, afirma. Con respecto a la deuda emergente soberana de alta rentabilidad, se centra en Latinoamérica, en países como Venezuela, y también en Europa del Este.

Posiciones equilibradas y cubiertas con apuestas de valor relativo

Además de jugar a aplanamiento de la curva y apostar por deuda emergente y corporativa, el fondo utiliza otras fuentes adicionales de rentabilidad, como las posiciones en divisas, una forma de aprovechar el apetito hacia la renta variable y sacar partido a las particularidades de cada mercado. En positivo, el gestor destaca el peso mexciano o el won coreano gracias a su liquidez y en negativo apunta hacia el yen japonés –infraponderado frente al dólar-, el euro –infraponderado frente a divisas escandinavas como la corona noruega y sueca y también frente a la libra esterlina- o el dólar canadiense, que considera demasiado apreciado.

“Es una buena combinación que garantiza el equilibrio de un fondo centrado en activos con grado de inversión y que realiza su selección desde una estrategia top-down”, comenta el experto. Por ejemplo, su exposición estratégica a la periferia europea se combina con una posición de infraponderación del euro, que consideran sobrevaluado frente al dólar, lo que permite equilibrar la cartera. “Si nos equivocamos en la deuda, el mercado hará caer el euro y nos beneficiaremos”, afirma.

Con respecto a los problemas de deuda de la región, cree que traerán volatilidad a corto plazo Krygier está convencido de que hay valor a medio, por lo que recomienda paciencia. “No hay peligro de ruptura de la unión ni del euro y creemos que los políticos irán ofreciendo respuestas a los países que lo necesiten, aunque solucionar la crisis lleve su tiempo”, comenta. El experto asegura que no juegan al ping-pong con las malas noticias de los mercados y confían en el valor de sus posiciones aunque sólo sea visible en un plazo de tiempo más dilatado.

Además de sus apuestas estratégicas, el fondo cuenta con otras tácticas que ahora suponen casi un tercio de la cartera, pues están contribuyendo en gran medida a la rentabilidad. “La oportunidad depende de la volatilidad del mercado, y por eso ahora lo estamos explotando”, dice Krygier. El fondo es resultado de la implementación de los puntos de vista del equipo londinense, procedente de CAAM, con cualidades tanto macro como micro y cuantitativas.