Los asesores creen que sus clientes son ahora más reacios a asumir riesgos

Los asesores financieros señalan que sus clientes se han vuelto más reacios a asumir riesgos y que ahora tienden más a preguntar sobre el riesgo que entrañan las distintas estrategias y productos. Es una de las conclusiones del estudio "Assesing and explaining risk: Investors’ expectations after the financial crisis", elaborado por Economist Intelligence Unit, a petición de Goldman Sachs AM, a partir de entrevistas a 289 inversores privados y asesores financieros de toda Europa sobre la actitud hacia el riesgo de los inversores europeos.

La encuesta refleja el impacto a largo plazo que ha tenido la crisis en la percepción de los inversores y asesores financieros del nivel de riesgo de las diferentes clases de activos y en cómo lo entienden y gestionan. Así, los inversores corporativos han empezado a usar un amplio rango de activos, más del que usaban hace 10 años, con el objetivo de diversificar los riesgos. Sin embargo, los inversores privados están divididos entre aceptar que la inversión es una actividad de largo plazo, aunque pierdan dinero a corto, y el deseo de evitar clases de activos en las que han perdido dinero en el pasado. “Los riesgos no pueden evitarse pero sí gestionarse, por ejemplo a través de la diversificación, y pueden ser también mejor entendidos", comenta Monica Woodley, editora en la Business Research division del EIU.

Entre las conclusiones del informe destaca el hecho de que sólo una minoría de los inversores (el 14%) cree que la reciente crisis ha sido tan mala como podía ser, pues el 28% cree que la volatilidad estuvo en línea con lo esperado y casi la mitad, el 41%, que simplemente fue “inusual” frente a su peor escenario contemplado. Además, los inversores se han dado cuenta de que los "refugios" no existen: así, los riesgos percibidos han aumentado en todas las clases de activos, incluso en renta fija. La mitad de los encuestados afirman que ven las acciones, bonos, propiedades, capital riesgo y hedge funds como más arriesgados que antes, con una sola excepción: las materias primas, pues sólo el 35% cree que ha aumentado la volatilidad en este activo.

Los asesores de Europa continental creen que la crisis afectó a sus clientes más de lo que ellos creen: nueve de cada 10 creen que la crisis impedirá que se logren los objetivos propuestos por sus clientes, algo en lo que se muestran de acuerdo seis de cada diez asesores británicos. Además, los particulares británicos creen que se han visto menos afectados por la crisis que sus homólogos continentales y están más abiertos a la hora de asumir riesgos para lograr sus objetivos que los demás. Así, un cuarto de los británicos, el 27% se describe como “aventurero”, frente al 9% continental, y el 64% está dispuesto a asumir riesgos, frente al 32% de los europeos. Además, los asesores financieros que piensan que los clientes han aumentado su aversión al riesgo son el 88% en Europa continentental y el 61% en Reino Unido.

Otra de las conclusioens es que los riesgos de inversión necesitan ser redefinidos y las expectativas de los inversores, realineadas con las condiciones de mercado.