Las ventajas de invertir en small caps de EE.UU., con Schroders

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TRIBUNA de Paula Mercado, directora de análisis de VDOS.

Si 2016 ha sido un año difícil para la renta variable, la de EE.UU. ha ignorado este hecho de forma notable. Aunque inferior a su crecimiento histórico medio, la tasa de crecimiento económico de la primera economía del mundo ha mostrado una evolución sostenida, apoyándose fundamentalmente en los sectores de consumo e inmobiliario. El dato de desempleo ha descendido por debajo del 5% y la inflación comienza a rozar el objetivo de su Banco Central, del 2%.

Así lo prueba la decisión de la Reserva Federal, con su decisión de continuar subiendo los tipos de interés oficiales. Y así lo demuestra también la evolución de los principales índices bursátiles de renta variable estadounidenses, rozando máximos históricos, en una subida que no ha hecho más que acentuarse desde la victoria del candidato republicano en las pasadas elecciones de noviembre. El NASDAQ roza los 5.500 puntos y el Dow los 30.000, sin dejar atrás a las empresas cotizadas de pequeña y mediana capitalización, con el Russell 2500 también en máximos históricos, por encima de los 1.300 puntos.

Beneficiándose de esta notablemente positiva evolución, la clase C de acumulación en dólares de Schroder ISF US Small & Mid-Cap Equity gana en el año un 23,43% por rentabilidad. El fondo se marca como objetivo lograr la revalorización del capital, principalmente a través de la inversión en valores de renta variable de pequeñas y medianas empresas estadounidenses. A estos efectos, se consideran pequeñas y medianas aquellas empresas que, en el momento de su adquisición, forman parte del 40% inferior de la clasificación por capitalización bursátil del mercado estadounidense.

Su enfoque de inversión se centra en tres tipos de empresas estadounidenses: empresas que muestran tendencias de sólido crecimiento y mejora en sus niveles de efectivo, que generan ganancias e ingresos fiables y que atraviesan un periodo de cambio. Siguiendo estas pautas, la gestora estima que pueden reducir el riesgo general y mejorar la rentabilidad para sus inversores de medio a largo plazo.

Con un patrimonio global bajo gestión de 1.701 millones de dólares (aproximadamente 1.626 millones de euros) la gestión del fondo toma como referencia el índice Russell 2500 TR Lagged, siendo Jenny Jones la encargada de su gestión.

Jenny B. Jones dirige el equipo de Renta Variable de Pequeña y Mediana capitalización, basado en Nueva York, puesto que ocupa desde su incorporación a Schroders en 2002, siendo responsable del fondo desde su lanzamiento. En 1996 fue nombrada Vicepresidente Senior de Morgan Stanley Investment Management, llegando a ser Directora Ejecutiva en el año 2000. Fue directora del departamento de Renta Variable de Pequeña Capitalización de EE.UU. en Oppenheimer Capital, L.P. y gestora de carteras en Mutual of America Life Insurance Co., tras haber sido Consultora Financiera de Shearson/American Express en 1982. Su carrera comenzó en 1980 cuando se incorporó a Drexel Burnham  como Comercial/Asistente del Estratega de Opciones. Se licenció con Honores en la Universidad de Yale y cuenta con un MBA por la Universidad de Nueva York.

El proceso de inversión sigue un enfoque fundamental bottom up. Se parte de una fase inicial de análisis por la que se generan nuevas ideas que sirven para identificar los candidatos que pueden pasar a formar parte de la cartera del fondo, a partir de las ideas de los analistas, apoyadas por material adicional y revisadas por el gestor del fondo y/o el director de análisis. Sobre la lista resultante, se lleva a cabo un concienzudo análisis fundamental de modelo de negocio, flujos financieros y de caja, historial del equipo directivo, competidores, valoración y precio objetivo, entre otros factores.

La ponderación de los sectores respecto al índice de referencia es de 10% en términos absolutos. Para diversificar las fuentes de alpha, se busca identificar empresas con un potencial de crecimiento aún no reflejado en su cotización, que sean estables y que estén pasando por un proceso de cambio. Se llega así a una cartera que incluye entre 90 y 120 valores, con una posición inicial de 0,5% y máxima de 5% para cada valor.

Las mayores posiciones en la cartera del fondo incluyen el fondo de la propia gestora Schroder ISF US Dollar Liquidity (3,10%) así como acciones del proveedor de servicios de restauración Aramark (3,40%) la empresa de repuestos del automóvil Advance Auto Parts (3,10%) la empresa de ropa de moda Philipps-Van Heusen (1,60%) y la empresa de subastas y servicios del sector automóvil Kar Auction Services (1,60%). Por sector, Servicios Financieros (28,10%) Consumo Discrecional (14,70%) Tecnología (11,70%) Salud (10,80%) y Productos Duraderos (14,50%) representan las mayores posiciones en la cartera del fondo.

La historia de rentabilidad del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2014 y 2015, batiendo al índice de su categoría durante 2016. A tres años, registra un dato de volatilidad de 13,18%, dato que a un año pasa a ser de 16,38%. En este último periodo, su Sharpe es 0,81 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, de 6,43%. La suscripción de la clase A institucional en dólares requiere una aportación de 500.000 dólares (aproximadamente 478.225 euros) aplicando a sus partícipes una comisión fija de 1% y de depósito de hasta 0,30%. Dispone también de una clase A en dólares para inversores individuales Schroder ISF US Small & Mid-Cap Equity A ACC USD cuya aportación mínima es de 1.000 dólares.

El equipo gestor mantiene su posicionamiento en inversiones que puedan continuar beneficiándose de una economía más insular, siempre sobre la base de la selección individual de valores a incluir en la cartera. Las compañías estadounidenses de pequeña capitalización pueden constituir un refugio, dada su reducida exposición global. Por otra parte, la reacción del mercado a la presidencia de Trump ha supuesto una estupenda oportunidad para encontrar gemas que habían sido descartadas y para vender percepciones excesivamente optimistas. El fortalecimiento del dólar posiblemente tenga un impacto negativo en las empresas de gran capitalización debido a su mayor exposición a ingresos internacionales.

Además, las small caps pueden ganar más con la bajada de impuestos prometida por Trump, con la renta variable en general beneficiándose tanto de la reducción de impuestos, como de los estímulos fiscales y la menor regulación, lo que puede explicar su rally postelectoral. Por el contrario, los bonos se beneficiarán en menor medida, por lo que su comportamiento ha sido peor. En cualquier caso, hay que considerar que la renta variable claramente ha superado todos sus máximos y a la nueva administración podría resultarle difícil cumplir con sus objetivos.

La selección individual (stock picking) y la diversificación de las fuentes del alpha, han sido la base para la gestión de este fondo, posicionándolo entre los mejores de su categoría a tres años y haciéndolo merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.

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