“Las rentabilidades negativas de los bonos no son sostenibles y suponen una amenaza para el sistema bancario”

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Foto cedida

Cuando uno creía haberlo visto todo, aparece algo nuevo. Esto es lo que le ha ocurrido a Ken Leech, director de inversiones de Western Asset y gestor del Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond, uno de los fondos estrella de la entidad. Lanzado en Estados Unidos en 2012, se trata del producto que ha registrado un crecimiento patrimonial más rápido en la historia de Legg Mason Global AM. El producto, con un volumen de activos bajo gestión de 3.350 millones de euros, sigue una estrategia alternativa global macro con el objetivo de obtener la máxima rentabilidad total con una volatilidad máxima del 10%. En España, el fondo ya cuenta con más de 500 partícipes, lo que lo hace fiscalmente traspasable y está siendo visto como un producto que presenta la flexibilidad suficiente como para generar rentabilidades atractivas durante el ciclo del mercado.

En el actual entorno de mercado, en el equipo priorizan los mercados de deuda corporativa en general y, en particular, los bonos de empresas estadounidenses con calificación grado de inversión y determinados bonos de high yield. La deuda emergente denominada en dólares y en divisa local también les resulta interesante, sobre todo de países con fundamentales positivos como México, donde consideran que las reformas estructurales impulsan en gran medida las perspectivas. En lo que respecta a la deuda pública de países desarrollados, Leech cree que "las rentabilidades negativas de la deuda pública de ciertos países del núcleo europeo suponen una amenaza para el sistema bancario y es poco probable que sean sostenibles a medio y largo plazo".

La opinión de Leech es importante, teniendo en cuenta que bajo su responsabilidad está la supervisión de 441.000 millones de euros, que es el volumen en activos en renta fija que gestiona Western Asset. “Las rentabilidades negativas de la deuda pública suiza a 10 años y algunos bonos del Tesoro alemán que se están emitiendo son acontecimientos extraordinarios ante los que los inversores deberían ser muy cautos. A pesar de haber trabajado durante muchos años en el universo de la renta fija, jamás pensé que vería tipos de interés negativos. En Suiza, los bancos están pagando al banco central por depositar dinero en el mismo. Está claro que el Banco Nacional Suizo está haciendo todo lo posible por desalentar a los inversores a seguir asignando capital a la deuda suiza, especialmente al eliminar el tipo de cambio fijo con el euro a principios de año”.

A su juicio, las rentabilidades en rojo entrañan una amenaza mayor para el sector bancario, especialmente si siguen adentrándose en terreno negativo. “Existe un límite en cuanto a lo lejos que pueden llegar las rentabilidades negativas —de hecho creo que ya lo hemos alcanzado— porque en un momento determinado terminan suponiendo una amenaza para el sector bancario", confiesa. Por tanto, esperamos que los inversores den la espalda a las rentabilidades negativas en algún momento, especialmente a medida que nuestras propias perspectivas de crecimiento se tornen más positivas. Aunque la deuda pública suiza a 10 años ha mantenido los tipos negativos en lo que va de 2015, ya hay indicios de reversión de esta tendencia, puesto que las rentabilidades han pasado de su mínimo histórico del -0,26% en enero al -0,05% de finales de marzo”, explica.

Pero, incluso con estos potentes elementos como telón de fondo, el experto recuerda que nos encontramos claramente en uno de los puntos más bajos del ciclo. “Lo cierto es que los inversores en bonos de mercados desarrollados pueden vender deuda suiza o alemana y adquirir bonos del Tesoro estadounidense, que arrojan una rentabilidad de casi el 2%. ¿Por qué no lo hacen?”, se pregunta. Coherentes con su visión de mercado, en Western Asset siguen infraponderando la deuda pública de mercados desarrollados, en especial el bund alemán, al entender que existen mejores oportunidades en otros segmentos de la renta fija. “Somos optimistas y creemos que el crecimiento volverá a hacer acto de presencia a nivel mundial y, por tanto, creemos que la deuda corporativa superará a los bonos del Tesoro”, vaticina.