Las malas compañías (del gas)

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Ustedes y nosotras lo sabemos. Es algo casi imposible. Algo tan frustrante que te puede dejar secuelas psicológicas. Que te puede lanzar a los brazos del alcohol, o a la compra compulsiva de objetos inverosímiles en teletienda de madrugada. En efecto, intentar cambiar de compañía de servicios energéticos es así. Esos teléfonos interactivos que te piden para todo el número de cliente cuando todavía no eres cliente, por ejemplo. El absurdo como modus operandi. Dolor, da mucho dolor. Hoy en día Kafka hubiera trabajado en uno de esos call centers auto-referenciales. Pues imagínense que al otro lado de la línea estuviera un ex espía del KGB con tendencias expansivas y un montón de amigos camorristas. Si es que se te quitan las ganas, debe estar pensando Ángela cuando ve en su factura el desglose de  dónde viene la energía. Y es que no es tan fácil, tiene razón. A ver, se puede traer gas de otro lado, pero no es una solución tan inmediata. Ni tan sencilla. Se puede cambiar un poco el modelo, pero si ya no somos nucleares y estamos quitando las subvenciones a las renovables, pues… O también se puede buscar gas pizarra, aunque las regulaciones y la densidad de la población lo hagan harto más complicado que en la salvaje West Virginia.

Total, que como la solución no es inmediata, Vladimir sigue montando bronca, que así distrae al personal ruso de sus problemas domésticos. Una estrategia que por otra parte, suele tener cierto éxito y no sólo allí. Parece que muchos políticos empezaron su carrera como prestidigitadores. Mira, una vaca volando. Y zas, te quedas sin cartera. Bronca también hay en Venezuela, que no crean que nos olvidamos de tanta gente buena. El caso es que los economistas del país andan pidiéndole al gobierno que publique las estadísticas, aunque sean cocinadas, pero que las necesitan por aquello de hacer su trabajo. Es lo malo de la inflación muy alta, que queda fatal.

Mientras, en el bloque desarrollado andamos a vuelta con lo contrario, que tampoco luce bien: la evolución de la desinflación en baja inflación y cómo eso nos alerta de los riesgos de deflación. Muchos vocablos y de rima simple, tantos como casos de “precios por debajo de los objetivos de inflación” de los respectivos bancos centrales podemos contar. A quien le preocupa mucho este tema es a Christine Lagarde, que ha vuelto a la palestra con la primavera y acompañada del cuadro macro FMI esperado para los próximos años. Y a pesar de que son optimistas con el crecimiento económico para los próximos dos años (3,6% en 2014 y 3,9% en 2015), el escenario de precios reducidos es uno de los riesgos más señalados. Y como la Fed sigue prometiendo tipos bajos, y el BoJ ya está en otra liga y lo que le faltan son activos para comprar, pues Lagarde dirige sus advertencias hacia Frankfurt. Hoy mismo señalaba en una rueda de prensa que era cuestión de tiempo que el BCE flexibilizase su política monetaria. Igual se leyó el artículo de Reuters en el que según The Frankfurter Allgemeine Zeitung, el BCE estada modelizando los efectos de la compra de un billón de euros en activos como parte de un programa de expansión cuantitativa, estimando que en un año aumentaría la inflación en 0,2-0,8 puntos porcentuales.

De momento la renta fija periférica sigue subida al carro beneficiándose de esa disposición a “querer hacer” que envuelve a todos los banqueros centrales tras la efectividad de la retórica draghiniana. Tal efectividad, entre otras cosas, por supuesto, ha devuelto a los mercados de capitales a Grecia quien ayer emitió 3.000 millones de euros en deuda a 5 años.

Y mientras, la teoría va haciendo cábalas sobre las posibilidades de una mayor actuación del BCE. El cuándo podría ser, en junio -ya saben, una vez conocido el efecto Semana Santa y celebradas las elecciones europeas-; el cómo a través de compras de deuda pública, deuda privada corporativa, rebaja del tipo de la facilidad marginal de depósito hasta negativo, finalización de la esterilización del SMP, bajada del repo… Hay medidas más arriesgadas, como la que defiende Rafael Pampillón: reconocer que la inflación es un problema institucional que deriva de los errores en el diseño de la Zona Euro y avanzar decididamente a una unión bancaria. El riesgo es que te tachen de loco idealista, aunque que en materia de unión de Europa hacia un proyecto común, Putin está haciendo lo suyo.

Más sobre el FMI. Revisión a la baja del crecimiento de las economías emergentes (especialmente Rusia, Europa del Este y Latinoamérica) y pérdida de fuelle (si algún día realmente lo hubo) de la economía de Japón. Por el lado de las revisiones al alza, Alemania y España, aunque salvando las distancias, y siempre que la bajada de precios no complique el panorama.

Hasta aquí dio de sí la semana, la culpa es del fútbol. Disfruten las vacaciones y nos vemos en dos semanas. Aprovechen para reflexionar sobre las Europeas.

Haciendo campaña. "Y después de las Fallas a las procesiones de Semana Santa"

 

Buena semana.