Las gestoras nacionales analizan la utilidad del nuevo bono español ligado a la inflación europea

Banco
Gerard Girbes, Flickr, Creative Commons

Por primera vez en su historia, el Tesoro Público español lanzó ayer al mercado una emisión de bonos a diez años ligados a la inflación europea, que culminó con una colocación de 5.000 millones de euros, un cupón real del 1,80% y una rentabilidad real del 1,835% tras registrar una demanda de 20.300 millones.

Como ya explicara a comienzos de enero el Ministerio de Economía en la Estrategia de Financiación del Tesoro de 2014, la institución pretende, en el medio plazo, posicionarse como un emisor regular de este tipo de activos financieros. El objetivo es “diversificar su base inversora, alargar la vida media de la deuda del Estado en circulación y reducir los costes de financiación a medio y largo plazo”, detallaba entonces.

De esta forma, España accede al “club de los grandes emisores de bonos ligados a la inflación”, formado por países del entorno europeo como Italia, Francia o Alemania, recuerda Félix López, director de Inversiones de atl Capital. En su opinión, esta emisión “no es excepcional”. López está convencido de que el Tesoro sacará una curva ligada a la inflación, con emisiones a lo largo de los próximos meses de bonos a cinco años, primero, y a 15 años, después. Incluso, según sus estimaciones, entre un 5% y un 10% del volumen de deuda anual a financiar por el Tesoro podría estar copado por bonos ligados a la inflación, de tal forma que se pueda “abrir el abanico de futuribles inversores en deuda española”.

La emisión de ayer resulta muy positiva para compañías aseguradoras y gestoras de pensiones, cree Javier Casal, subdirector de Deuda Pública de Ahorro Corporación, ya que, por su política de inversión, logran cubrirse así de la incertidumbre para el futuro. “En 2015 y, sobre todo, en 2016 se puede alcanzar el 2% de inflación armonizada” que el BCE desea, estima Casal. Esto implica que, a corto plazo, el Tesoro pague menos por los cupones iniciales del bono y, a medida que se avance en el tiempo y aumente la inflación, pague más por ellos, hecho que se traduce en un abaratamiento en los costes de financiación de la curva pública española.

Esta emisión es una “petición que los inversores llevábamos haciendo muchos años”, recuerda Lluc Sas, responsable de Renta Fija y Garantizados de Sabadell Inversión, quien califica a la colocación como “exitosa”. De acuerdo a sus proyecciones, la inflación de la zona euro -sin tabaco- en 2014 puede marcar el 1,3%. Sas cree que el paso dado por el Tesoro es propicio para aquellos inversores que esperan durante los próximos diez años una inflación mayor que la que el mercado descuenta hoy por hoy.

El director de Inversiones de Caja España Fondos, David Azcona, se muestra algo más receloso ante la emisión de ayer. Considera que “han encarecido la colocación final y eso no ha dejado tan buen sabor de boca a los inversores”. Por lo que respecta a su gestora, piensa que “es muy importante el crear una curva líquida”. “Hasta entonces, no valoramos la idea de entrar”, anticipa Azcona. “A medio plazo, el Tesoro sólo ha dejado caer que procederá a la emisión de un vértice adicional, algo insuficiente para nosotros”, justifica el director de Inversiones de Caja España Fondos. En estos momentos, su firma está invertida en bonos ligados a la inflación americanos (TIPS, por sus siglas en inglés). “Deben mejorar las expectativas económicas en Europa para decidirnos a virar hacia el Viejo Continente”, reconoce Azcona.