Las cinco claves de inversión de 2010 según EDM

Las conclusiones obtenidas de las diferentes soluciones dadas a las crisis de Islandia e Irlanda, la evolución del euro, la necesidad de reforzar el criterio propio frente al de los mercados, una posible nueva burbuja fraguándose en el mercado del oro o el dividendo redescubierto… son algunas de las lecciones y temas de inversión de 2010 que EDM destaca en su memoria correspondiente al año 2010. Y que resultan de gran utilidad también este año.

Islandia versus Irlanda: una lección para meditar. La crisis en los dos países y la divergencia de su evolución son interesantes para EDM. “Con independencia de la oportunidad y la forma de manifestarlo, todo el que cree en la economía de libre mercado aceptará el criterio de que rentabilidad y riesgo son la cara y la cruz de la misma moneda y, en consecuencia, sería éticamente justo y económicamente eficiente que los inversores privados reciben el impacto de una reestructuración o de un simple rescate con pérdidas en su inversión. El inconveniente es que dificulta y encarece la colocación de bonos a emitir por los países, lo que aconsejaría eliminar para sus tenedores las consecuencias de un rescate con el dinero de los contribuyentes”, dice la gestora. Para EDM, la evolución de la crisis de Islandia e Irlanda complica el diagnóstico anterior, pues Islandia no garantizó la totalidad del pasivo de sus bancos y los tenedores de sus bonos perdieron su inversión, impagando sus deudas, pero hoy el rendimiento ha caído en picado y su PIB crece. Fueron, pues, los inversores privados y no los contribuyentes los que soportaron el coste de la crisis bancaria, mientras Irlanda, al asegurar todos los pasivos bancarios, socializó las pérdidas privadas, teniendo que adelantar las elecciones. “Una lección para meditar”, dice la gestora.

El euro en 2011: no hay que olvidarse del crecimiento económico. Después de lo ocurrido en referencia a la crisis de deuda soberana, EDM cree que la eurozona debe adoptar “drásticas medidas” para convencer acerca de su viabilidad. La gestora cree que la única salida es “más Europa”, pero matiza que la garantía de deuda pública no es más que una parte de la solución, pues, sin recuperación de la competitividad, es decir, sin crecimiento económico, “será políticamente difícil transitar por una solución alternativa: una agotadora y larga deflación que recomponga la competitividad perdida”.

Una nueva normalidad: lecciones para los inversores. Para EDM, una de las cuestiones centrales es la actitud de los inversores en un entorno incierto. “La actividad inversora requiere fortaleza de carácter para operar con un cierto equilibrio personal y moral que inmunice al inversor del espíritu gregario imperante en los mercados y en los medios”, dice la gestora. De hecho, señala que una parte del éxito de los inversores legendarios se ha debido a actuar a contracorriente en condiciones irracionales, algo que exige que se acepte la “nueva normalidad” del entorno económico, presidido por retornos modestos y elevada volatilidad.  “Ahora más que nunca se echa en falta un sistema financiero independiente”, dice EDM, que aconseja reforzar la confianza en el criterio propio, con virtudes como la convicción, la paciencia, los fundamentos y el realismo, huyendo de pecados como la histeria, la ansiedad, las modas y la ilusión.

El oro: ¿la nueva burbuja? Promovido por la desconfianza en el valor del dinero y las divisas, se ha erigido como un depósito y un valor refugio en momentos de gran incertidumbre, pero al igual que cualquier activo que se adquiere sin referencias de valor, sus precios son volátiles, “constituyendo potenciales burbujas de fácil creación”, dice la gestora. Desde EDM consideran que en cuanto se recupere la confianza en la solidez fiscal de los Gobiernos y/o los tipos de interés repunten, los precios del oro deberán bajar”.

El dividendo redescubierto: pájaro en mano en vez de ciento volando. La falta de visibilidad en el crecimiento de beneficios para las empresas cotizadas ha devuelto la atención sobre la importancia del dividendo como motor de los resultados de las inversiones en renta variable. Una situación sobre la que EDM hace dos reflexiones: la primera que la rentabilidad por dividendo supera el rendimiento de la deuda, por lo que las acciones están más baratas que la renta fija, lo que quiere decir que el periodo alcista para la deuda llega a su fin; la segunda es que un elevado dividendo por acción no la hace más rentable, sino sólo más segura.