La volatilidad no deja ver el bosque: consejos de Fidelity para lidiar con la incertidumbre y gráficos ilustrativos

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Vcuevas, Flickr Creative Commons

Antes de dejarse llevar por los miedos y empezar a vender, los inversores deberían tener en mente una canción de Bob Dylan: “Don’t think twice, it’s alright”. No lo piense dos veces, así está bien. En un contexto de fuertes ventas en distintas clases de activos de todo el mundo, darle vueltas a las posiciones en cartera puede ser contraproducente, al llevar a muchos a vender en el momento menos indicado. “Los mercados experimentarán momentos de muy alta volatilidad. Los contratiempos pueden venir de la incertidumbre económica creada por cambios en las políticas fiscales o monetarias, al contagio financiero, tensiones geopolíticas o simples cambios en el sentimiento inversor. Es importante no dejarse llevar emocionalmente por los episodios de volatilidad y, en su lugar, ver éstos como oportunidades de adquirir los activos a un menor precio”, aconsejan los expertos de Fidelity Worldwide Investment

Desde la gestora se encargan de recordar a los inversores que “la volatilidad es inevitable en los mercados y una parte inherente a la inversión”. También se ha de tener en cuenta que estas oscilaciones son “resultado de la reacción de los inversores a los cambios económicos, políticos y corporativos”. Por todo ello, el consejo para quien tenga que afrontar periodos de alto voltaje como el actual es que esté preparado para afrontar subidas y bajadas acentuadas después de tomar una decisión de inversión: “El estado mental es clave. Cuando estamos preparados para los episodios de volatilidad, es más probable que reaccionemos racionalmente y permanezcamos enfocados en nuestros objetivos a largo plazo”, indican desde la gestora. 

También juega a favor del inversor tener un sentido de la oportunidad entrenado para operar en condiciones de fuerte incertidumbre. Al fin y al cabo, tal y como recuerdan desde Fidelity, “las correcciones son una parte normal de los mercados alcistas y a menudo pueden ser un buen momento para invertir en acciones, pues las valoraciones son más atractivas”. Ponen como ejemplo el siguiente gráfico, que muestra la evolución del índice S&P 500 en los últimos diez años. Tal y como reflejan las correcciones históricas registradas en 2009, 2011 y 2012, la habilidad para mantener la cabeza fría y comprar cuando los demás venden genera réditos a largo plazo.

Desde la gestora aportan otros dos gráficos que refutan esta tesis; por ejemplo, quien hubiera invertido en 1988 y hubiese aguantado hasta 2014, al más puro estilo Warren Buffett, habría disfrutado de una revalorización del 733%. Si, en cambio, se hubiera perdido tan sólo los cinco mejores días registrados en este periodo, las ganancias habrían descendido hasta el 452%.

Otro ejemplo: quien hubiera comprado exposición al Dax 30 en 1987, habría obtenido una rentabilidad superior al 1.000% en marzo de este año. El único índice que contradice este principio largoplacista es el Nikkei, que registra pérdidas en todos los periodos estudiados. No obstante, la conclusión que se puede extraer al observar otros selectivos es que “perderse los mejores días del mercado puede impactar realmente las rentabilidades a largo plazo”, aseveran desde la firma. 

Aunque útil, el largoplacismo no es la única herramienta disponible para atravesar periodos de fuerte volatilidad. Desde Fidelity también hacen una apuesta fuerte por la gestión activa como herramienta para la generación de alfa en todos los ciclos posibles del mercado: “Debido a que analizamos empresas de abajo a arriba, estamos bien posicionados para realizar inversiones atractivas a largo plazo cuando otros inversores entran en pánico, especialmente durante los picos de volatilidad de mercado”. “El valor añadido por evitar algunos de los peores valores del mercado va creciendo con el paso del tiempo, haciendo muy atractivas para los inversores finales a las estrategias basadas en el análisis”, concluyen desde la gestora.