La sorpresa del recorte en los tipos del Banco Popular de China

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Cedida

El Banco Popular de China (“BPC”) anunció un recorte de 25 puntos básicos en los tipos de interés de referencia oficiales para préstamos y depósitos a partir del 8 de junio. Esta es la primera bajada de tipos del BPC en los últimos dos años y, aunque se adelantó a las expectativas del mercado, coincide en líneas generales con nuestra perspectiva.

El recorte de los tipos de interés es importante porque incluye características de la “liberalización de los tipos de interés”. Hace dos meses, cuando empezamos a anticipar una bajada de tipos, creímos que lo más probable sería un recorte “asimétrico” de tipos de interés. Previmos un proceso en dos fases: un recorte inicial del tipo de interés en préstamos, pero manteniendo el de los depósitos por el momento, hasta que se redujese más la inflación en un par de meses. El BPC sorprendió al mercado anunciando un recorte de 25 puntos básicos en ambos tipos de interés: préstamos y depósitos.

Al mismo tiempo, permitió que los bancos comerciales emitiesen unos tipos de interés en préstamos iguales o superiores a multiplicar por 0,8 los tipos de interés de referencia (antes el límite inferior estaba en multiplicar por 0,9 dichos tipos) y que emitiesen unos tipos de interés de los depósitos iguales o inferiores a multiplicar por 1,1 los tipos de referencia (antes no estaba permitido que los tipos de los depósitos superasen los valores de referencia).

Esta reforma aporta flexibilidad a los bancos comerciales para bajar los tipos de interés de los préstamos y mantener, al mismo tiempo, unos tipos de los depósitos reales sin cambios. En resumen, el anuncio del recorte de tipos logra básicamente el efecto de dos fases que habíamos previsto, pero en un proceso único.

Conviene advertir, sin embargo, que, aunque esta reforma respeta el objetivo marcado por el Gobierno en el 12º Plan Quinquenal, la “liberalización de los tipos de interés” es negativa para los bancos, ya que parten desde una posición relativamente peor.

Nuestra valoración

Desde abril hemos ido actualizando nuestra perspectiva de que una bajada de tipos de interés había pasado a ser una opción política más concreta que antes. A comienzos de año solo habíamos previsto la probabilidad de un recorte del coeficiente de reserva obligatoria. Nuestro cambio de opinión estuvo motivado por la relajación de la presión inflacionaria, una reducción significativa de los parámetros macroeconómicos y las comprobaciones básicas.

La bajada de tipos, junto con otros cambios políticos aplicados hasta la fecha, debería ayudar a poner en marcha la recuperación del crecimiento económico en la segunda mitad del año, tras la depresión del segundo trimestre. Esto no supone un cambio en nuestra opinión de que esperamos que la economía pase a la segunda parte de un proceso de aterrizaje suave de dos años (en lugar del aterrizaje precipitado que temen algunos inversores) y que el trimestre que acaba en junio debería ser el punto más bajo en el crecimiento del PIB.

El avance del PIB probablemente alcance su punto más bajo en el segundo trimestre, con un 7,5-8% interanual, y el crecimiento consecutivo del PIB será del 6-7% para el conjunto del primer y el segundo trimestre. Esperamos que el interanual remonte en la segunda mitad del año y en adelante. Parece probable que para todo el año supere el 8% interanual.

No descartamos la posibilidad de que se produzcan nuevas bajadas de tipos de interés en lo que queda de año gracias a la flexibilidad aportada por un IPC decreciente. Para los tres próximos meses, esperamos que el IPC caiga por debajo del 3% y que incluso se acerque al 2% en algunos meses.

Dentro del segundo trimestre, parece que abril ha sido el peor mes. Los datos macroeconómicos del mes de marzo fueron mejores que las comprobaciones básicas de los indicadores económicos fundamentales reales mientras que los de abril fueron peores. Asimismo, abril contó con dos días laborables menos de lo normal (el extenso período vacacional tradicional de mayo cayó en parte en abril, en lugar de producirse totalmente en mayo). La combinación de estos factores provocó una ralentización progresiva mayor de lo previsto de marzo a abril.

Por otra parte, mayo tuvo un par de días laborables más de lo normal, lo que significa que los valores de mayo no serán demasiado malos. El mes de junio debería normalizar la comparación en términos interanuales, aunque salga desfavorecido en una comparación consecutiva (debido a la distorsión mencionada del número de días laborables). En resumen, la contención debería seguir caracterizando los datos del segundo trimestre, a los que debería seguir una aceleración constante del crecimiento (es decir, no debería tratarse de un repunte) en la segunda mitad del año a medida que se manifieste el efecto de la flexibilidad macroeconómica controlada.

El mercado laboral sigue siendo muy bueno, si bien es cierto que hay indicios de debilitamiento. El Gobierno cree que no es necesario un estímulo similar al de 2008-2009, aunque se están haciendo algunos ajustes. En las últimas semanas se han adoptado algunas medidas incrementales de la política macroeconómica (incluida la medida más reciente de la bajada de los tipos de interés) que estimulan tanto la oferta (préstamos de los bancos) como la demanda (aprobaciones aceleradas de proyectos y ciertas políticas de estímulo del consumo).