“La selección y el análisis bottom-up son clave en la inversión en deuda emergente”

Los inversionistas institucionales chilenos han dado un giro hacia emergentes en lo que va de año. De hecho, los datos sobre las carteras de las AFP de septiembre muestran como la inversión en fondos internacionales bonos emergentes superó a la de high yield y se situó como la más importante en renta fija extranjera. Uno de los fondos transnacionales registrados en la CCR chilena es el Emerging Market Corporate Bond de Threadneedle. Su manager, Zara Kazaryan, expone su visión sobre este activo, para el que espera volatilidad hasta final de año, pero ante el que se muestra optimista en el largo plazo.

La inestabilidad geopolítica y el final del programa de estímulo de la Reserva Federal son dos retos para los gestores de deuda corporativa, mientras que el crecimiento esperado en Estados Unidos supone un halo de esperanza de retornos estables en el medio y largo plazo, ya que repercutiría en los balances de las grandes empresas de los mercados emergentes, arguye Zara Kazaryan, que considera decisiva la filosofía de inversión basada en “la selección de valores y el análisis ascendente (bottom-up)”. Esta estrategia “representa el factor clave de la inversión en la deuda de los mercados emergentes”.

No obstante, este estilo no puede ser el único utilizado. “Sabemos que la deuda emergente es una clase de activo que tiene una alta correlación con los nuevos acontecimientos macroeconómicos que se producen a escala nacional e internacional. En términos generales, cualquier incidencia importante en el mundo repercute en la deuda corporativa de los mercados emergentes. Por lo tanto, al diseñar la cartera, combinamos el enfoque ascendente (bottom-up) con uno descendente (top-down)”. Así, para construir la cartera o realizar movimientos en ella Kazaryan explica: “No solo tenemos que decidir si deberíamos mantener una infraponderación o una sobreponderación en un país determinado, sino también evaluar la mejor forma de beneficiarse de los principales temas que influyen en ese país”. La idea es buscar “empresas con sólidos y estables fundamentales, que ofrezcan instrumentos con unos buenos datos técnicos, y cuyas valoraciones sean atractivas”.

En lo que va de año, la gestora de Threadneedle indica que han disminuido la sobreponderación al sector de alto rendimiento por tener valoraciones mucho más ajustadas, y porque considera que el mercado ya había descontado buena parte de la evolución alcista. “Nos hemos centrado en reducir nuestras posiciones en la deuda de alto rendimiento de los sectores del gas y el petróleo, así como en las telecomunicaciones, al tratarse de las áreas con mayor exposición en nuestra cartera, puesto que ofrecían la mayor estabilidad y la generación de efectivo más elevada. También se cuentan entre los sectores más importantes del alto rendimiento, lo que proporciona un gran abanico de alternativas. Esta reducción no vino motivada por un cambio en nuestras perspectivas con respecto a estos dos sectores”. Sin embargo, prosigue Kazaryan, como situación del escenario del petróleo, “estamos vigilando el resto de nuestras posiciones. De igual forma, hemos reducido nuestra exposición a la deuda emergente europea, donde cabe incluir la rusa y ucraniana puesto que, según nuestras estimaciones, los acontecimientos en Ucrania y la guerra de sanciones entre Rusia y Occidente tendrán un efecto negativo sobre las economías emergentes europeas. Actualmente, contamos con una ponderación de mercado en Ucrania, y mantenemos una sobreponderación marginal en Rusia”. Sobre las compañías rusas, comenta que por sí solas “están muy saneadas y ofrecen valor. Los problemas aparecen cuando se comienza a evaluar el riesgo soberano”.

A cambio de reducir la exposición a los países emergentes europeos, la han aumentado en otras regiones. El más beneficiado por los problemas de Ucrania, expone, ha sido Brasil. “Aumentamos la exposición a finales de la primavera, al anticipar que, con el aumento de la volatilidad del mercado ruso, el análisis técnico sería favorable a Brasil. También estimamos que tras el paquete de sanciones impuestas a Moscú, los importadores rusos buscarían nuevas fuentes de proteínas fuera de Europa y EE. UU. Pensamos que los Preguntas y respuestas – Deuda corporativa de mercados emergentes productores brasileños de proteínas sacarían partido de la coyuntura. También apreciamos los títulos con calificación investment grade y de alto rendimiento en el sector brasileño de las perforaciones petrolíferas”.

El Threadneedle Emerging Market Bond Fund también ha aumentado su exposición a la renta fija emitida por compañías asiáticas. “Hemos mantenido una posición históricamente infraponderada. Nos gustan ciertos sectores como el gas y el petróleo, tanto en el segmento de investment grade como de alto rendimiento, mientras que las empresas estatales aportan una estabilidad y un valor sustanciales. Los bonos en el sector tecnológico asiático también nos resultan interesantes, puesto que estas empresas muestran una muy buena salud y una gran liquidez. Asimismo, adoptamos una postura oportunista al invertir en sectores como el industrial y el inmobiliario en momentos distintos del año”.

Por último, Zara Kazaryan comenta que África suele ser un mercado que ofrece alta rentabilidad, aunque es un problema la escasez de empresas en las que invertir. “Contamos con exposición al grupo OCP, título cuasisoberano, radicado en Marruecos, que controla las mayores reservas mundiales de fosfatos. Durante la primavera, esta empresa de fertilizantes con integración vertical entró en el mercado con el primer bono de su historia”. “Desde hace tiempo –concluye-, el sector de los fertilizantes nos parece interesante, puesto que a más largo plazo, va a aprovechar el impulso de la demanda de alimentos que traerá consigo el crecimiento de la población mundial”.