“La inversión en madera y bosques es más ventajosa a través de la renta variable”

La inversión en madera y bosques es más que una moda, es una inversión muy antigua y relacionada con la preservación de los recursos naturales. Christoph Butz, experto en sostenibilidad de Pictet AM y gestor de Pictet Timber, considera más ventajosa la inversión en este recurso a través de renta variable que a través de vehículos de capital riesgo en primer lugar por su no restricción a los inversores institucionales y, también y sobre todo actualmente, por las atractivas valoraciones que ofrecen en bolsa las compañías de grandes propietarios de bosques, de hasta el 40%. Y eso, sin contar con su atractiva rentabilidad de dividendo, de en torno al 3,5%. Eso sí, reconoce que el precio que tienen que pagar en el fondo que gestiona, el Pictet AM Timber –que invierte en firmas cotizadas-, es la volatilidad.

 

El fondo, que subía hasta abril, se vio afectado por la caída de las firmas europeas en cartera –con correcciones del 30% en lo que va de año, situándose en niveles de 2008, algo que considera exagerando y que abre la puerta a oportunidades- y también por acciones de firmas emergentes orientadas a las materias primas. Sin embargo, además de una clave de diversificación que hace invertir en toda la cadena de valor de la madera, incluye un factor estabilizador que consiste en tener una alta concentración en valores que llama “pure timberland” o “high timer value”, es decir, aquellos cuyo negocio en bosques con respecto al total supera el 60%.

 

“Aunque haya crisis inmobiliaria en mercados como el estadounidense, estas firmas no se ven obligadas a vender a precios distressed y son capaces de mantener el crecimiento exportando al mundo emergente”, explica el gestor. De hecho, la demanda emergente en un contexto de crecimiento demográfico es uno de sus catalizadores clave y si bien en el mundo desarrollado apuestan por grandes firmas dueñas de bosques, papeleras o de otro tipo con carácter exportador –sobre todo en EEUU y los países escandinavos, para evitar las crisis domésticas-, en los mercados emergentes –como Brasil o Chile- buscan compañías orientadas al comercio local.

 

En este segmento core, la visión macro y de corto plazo no importa tanto, pues el fondo sobrepondera el negocio de la madera de forma estructural, si bien existe el sector de “low timber value”, con valor en bosques menor al 20%, en el que juegan más las tendencias de corto plazo. Actualmente, están posicionados en empresas de embalaje orientadas al consumo, una posición defensiva frente a las firmas de embalaje industrial, más cíclicas. Entre sus posiciones está la española Ence.

 

La cartera, formada por entre 40 y 50 valores elegidos de un universo con una capitalización de 200.000 millones de dólares (aunque sólo la mitad tiene más parte de su negocio en bosques y madera), cuenta con filtros de liquidez para penalizar a las menos líquidas, razón por la que las posiciones mayoritarias están en compañías de tamaño grande y mediano.

 

El gestor, ingeniero forestal, señala también la importancia de la sostenibilidad en este tipo de inversión.