La inversión en bonos bajo el nuevo escenario económico normal

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TRIBUNA de Morgane Delledonne, directora asociada y especialista en renta fija de ETF Securities. Comentario patrocinado por ETF Securities.

Casi una década después de la crisis financiera y tras un período prolongado de descenso de los tipos de interés, a muchos inversores les sigue quitando el sueño pensar en cuándo y cómo se revertirá la tendencia alcista en el mercado de bonos, cuánto tiempo durará su racha de rendimientos negativos y cuándo retornarán los tipos de interés normales.

Sin embargo, aún no estamos en ese punto. Muchas economías avanzadas siguen experimentando un crecimiento anémico, con tipos de interés bajos y un alto nivel de desempleo. A este escenario es a lo que llamamos la nueva normalidad, la cual requiere un alto nivel de flexibilización monetaria. Hemos notado que si bien los programas de flexibilización cuantitativa van a reactivar la economía en general, lo harán a un nivel moderado y lento.

Además, los obstáculos cíclicos y estructurales han provocado una caída de los tipos de interés reales a largo plazo desde la década de 1990, principalmente debido a las expectativas de una inflación cada vez menor y de bajos retornos en las inversiones. El consecuente aumento decreciente de la productividad en las economías avanzadas ejerce presión sobre los bancos centrales para mantener los tipos de interés nominales a largo plazo más bajos que en los ciclos anteriores. En este contexto, no se espera una reversión abrupta de esta tendencia en el mercado de bonos a corto plazo y creemos que las oportunidades de apreciación en la renta variable se mantendrán mientras los bancos centrales continúen expandiendo sus programas de compra de bonos.

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Este paradigma de la nueva normalidad requiere tipos de referencia más bajos que en el pasado. Uno de los ejemplos más destacados de esto es la disminución del tipo natural de interés estimado (es decir, el tipo de interés al que el PIB real tiende a crecer y la inflación es estable) en EE.UU en la última década. Históricamente, los ciclos de ajuste de la Fed provocaron un aumento medio de 380 puntos básicos de la tasa de fondos federales efectiva. Ahora, considerando la tasa sombra (shadow rate), la Fed ya ha aumentado sus tipos base en 337 puntos básicos desde el final del programa de flexibilización cuantitativa en noviembre de 2014, mucho antes de que la inflación comenzase a aumentar. Como resultado, la Fed alcanzaría su nivel natural de tipos de interés solamente aumentando la tasa de fondos federales en 25 o 50 puntos básicos.

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Los estímulos masivos de los bancos centrales también han distorsionado el mercado de renta fija. A causa de empujar constantemente al alza los precios de los activos (y a la baja los rendimientos), la economía global y el mercado se han vuelto cada vez más dependientes de estas medidas intervencionistas. Como resultado, cualquier cambio en las expectativas del mercado sobre la futura orientación de la política tiene como resultado altos niveles de volatilidad, ya que los inversores temen una parada repentina de esta tendencia alcista. Una serie de acontecimientos del mercado, tales como el Taper Tantrum (una especie sobrerreacción por la reducción paulatina de liquidez) en EE.UU a mediados de 2013 y más recientemente, el repunte de los bonos Gilt en Reino Unido y la venta masiva de los bonos del gobierno japonés (JGB), son ejemplos evidentes de la sensibilidad del mercado a los cambios de expectativas sobre la flexibilización cuantitativa (QE). Este cambio continuo entre períodos de aversión al riesgo y períodos de expansión, ha aumentado la volatilidad en la renta fija.

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Si bien el nuevo contexto normal que atravesamos actualmente, de un crecimiento lento, bajos rendimientos y alta volatilidad, favorece el riesgo de duración, limita la búsqueda de activos de riesgo. A excepción de  EE.UU, es probable que los bancos centrales de las economías desarrolladas sigan implementando medidas de estímulo hasta que repunte el crecimiento y la inflación, lo que generaría oportunidades de beneficios nominales en los bonos a largo plazo. Mientras tanto, la volatilidad debería permanecer elevada ya que los mercados se han vuelto cada vez más dependientes de estas medidas intervencionistas y cualquier suceso relacionado con la política monetaria, es visto como un riesgo potencial de pérdida súbita de esta tendencia alcista.