La importancia de la ratio de Sharpe a la hora de seleccionar fondos

Javier_Trullols
Imagen cedida

Existen cinco variables esenciales a la hora de analizar y valorar un fondo de inversión: alpha, beta, coeficiente de determinación, desviación estándar y el más importante, el ratio de Sharpe. El ratio de Sharpe o índice de Sharpe se define como la relación existente entre el beneficio adicional de un fondo de inversión, medido como la diferencia entre la rentabilidad del fondo en concreto y la de un activo sin riesgo, y su volatilidad, medida como su desviación típica.

Entendemos como activo sin riesgo la rentabilidad de la deuda pública a corto plazo emitida por gobiernos y empresas del area geográfica que más se asimile a los activos en los que invierte el fondo. El ratio de Sharpe expresa la rentablidad obtenida por cada unidad de riesgo soportado por el fondo. El ratio de Sharpe fue creado por el Premio Nobel William Sharpe, graduado en la Universidad (IV League) de Stanford en Estados Unidos.

Del valor numérico del ratio de Sharpe podemos extraer algunas conclusiones. En términos de rentabilidad, mientras mayor sea el índice de Sharpe, mejor es la rentabilidad del fondo comparado directamente a la cantidad de riesgo que se ha asumido en la inversion. Si el índice o ratio de Sharpe es negativo, indica un rendimiento inferior a la rentabilidad sin riesgo. Todo ratio de Sharpe inferior a uno significa que el rendimiento del activo es inferior al riesgo que estamos asumiendo al invertir en un activo determinado. Cuando la volatilidad del fondo de inversión es grande, asumimos más riesgo y por ende el ratio de Sharpe será menor, a no ser que el rendimiento del fondo en concreto compense esa mayor rentabilidad.

Su importancia

Utilizamos el índice de Sharpe para mostrar hasta qué punto el inversor está dispuesto a asumir riesgo para obtener un mayor retorno a su inversion (ROI). Un error muy frecuente a la hora de elegir un fondo, tanto por parte del asesor como del inversor, es fijarse demasiado en las rentabilidades del fondo y no en los niveles de riesgo correspondientes. Evidentemente, un fondo de elevada rentabilidad llama la atención a cualquier inversor pero muy pocas veces nos paramos a pensar cuánto riesgo se asume para obtenerla.

Tomemos como un ejemplo un fondo de renta variable emergente y otro de renta variable americana. Es importante tener en cuenta que un fondo no es mejor solo por el mero hecho de haber conseguido una rentabilidad elevada en un periodo de tiempo. Para realmente juzgar la calidad del fondo habría que tener en cuenta el riesgo del fondo, no solo la rentabilidad.

El fondo de renta variable emergente asume mayor riesgo a la hora invertir en sus activos y algunas veces esta estrategia de inversion equivale a rentabilidades más elevadas. También, siguiendo el ejemplo anterior, esta estrategia de inversión puede resultar en pérdidas importantes para el inversor.  Es ahí justamente donde entra el ratio de Sharpe, donde mide la relación entre ambas variables, rentabilidad y riesgo.

La comparación

Cuando estamos dudando entre elegir un fondo u otro, uno de los factores a tener en cuenta es cuál de ellos presenta un mayor índice de Sharpe. El fondo con un ratio de Sharpe más elevado será aquel que nos proporcione mayor rentabilidad para un mismo nivel de riesgo. En el siguiente ejemplo comparamos dos fondos de la misma categoría:

 Rentabilidad 1 añoVolatilidad 1 añoLetras tres mesesRatio de SharpeMínimo añoMáximo año
fondo A20%17%6%(20-6)/17=0,82%-3%18%
fondo B26%25%6%(26-6)/25=0,80%-11%28%

El fondo A tiene una rentabilidad menor al fondo B, pero tiene un mayor ratio de Sharpe. En este ejemplo, podemos ver claramente que aunque el fondo B generó una mayor rentabilidad, tambien es cierto que la volatilidad fue más elevada y las pérdidas (-11%) fueron mayores.

En fin, el ratio de Sharpe es una herramienta muy importante a la hora de invertir en un fondo de inversión, pero también debemos fijarnos en otros factores que bien se lo explicará su asesor o usted ya tendrá conocimientos sobre el tema. Es muy importante fjarse en la relación entre el riesgo que estemos dispuesto a asumir versus la rentabilidad de la inversión.