La gran lección que ha dejado 2016 para los gestores de renta variable: el caso del UBAM Europe Equity

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UBP

El UBAM Europe Equity es un fondo que ha presumido de batir sistemáticamente a su índice de referencia desde su lanzamiento. Este récord se rompió en 2016. “Finalmente hemos tenido un mal año”, admite con humildad Robert Jones, uno de sus gestores. Este fondo de UBP ha pasado de estar calificado como Consistentes Funds People en 2016 a figurar en la revisión de 2017 como Blockbuster Funds People.

Jones, que también es co responsable de renta variable, atribuye la rentabilidad inferior del fondo a tres factores. El primero, la rápida rotación que se produjo al principio de 2016, cuando los inversores vendieron valores defensivos y de calidad y compraron valores más cíclicos. “Nos llevó tiempo reaccionar, darnos cuenta de qué estaba pasando exactamente y realizar algunos cambios, aunque luego nos benefició en el segundo semestre de 2016”, admite Jones. Después de los cambios, se consiguió minimizar las pérdidas hasta un 3,5% en relación con el índice.

El segundo tema que perjudicó a la rentabilidad fue el Brexit: “Al igual que mucha gente, pensamos que el Brexit no iba a ocurrir. Nos habíamos posicionado con una alta exposición a valores británicos con exposición al mercado doméstico. En realidad estos valores lo han hecho bien con el paso del tiempo, pero la dislocación que se produjo inmediatamente después del Brexit causó que muchos se desplomaran y no todos se recuperaron”, explica el gestor.

El tercer error fue el posicionamiento  en bancos italianos: “En realidad lo habían hecho muy bien a lo largo de 2015, y nosotros estábamos expuestos a dos bancos de calidad”, aclara Jones. “Lo que no anticipamos es que el mercado arrastraría a la baja también a los bancos con modelos de negocio de buena calidad, junto con los bancos malos”, añade.

“Tristemente, para nosotros fue el final de nueve años consecutivos en los que batimos al índice, pero creo que hemos aprendido algo sobre los inversores. No importa cuánto tiempo lleves gestionando, sigues aprendiendo cosas nuevas”, reflexiona Jones. Lo que ha aprendido a la fuerza que “cuando la situación política se vuelve tan incierta, es mejor no tomar una postura”. Así, ha decidido que, a medida que se acerquen las elecciones francesas, va a tener un posicionamiento muy neutral, “simplemente porque hay muchas cosas que no sabemos y vemos que el resultado puede ser binario”. 

Fidelidad al proceso

“El año pasado no cambiamos nada de nuestro proceso de inversión”, aclara el gestor. Es un proceso que parte de un análisis bottom up, en el es muy relevante para la obtención de información mantener reuniones con las compañías en las que se invierte. “Visitamos a un montón de compañías todos los años, y le damos mucho valor a escuchar a los equipos directivos para saber qué está pasando”, afirma el gestor. Indica que el feedback que está recibiendo actualmente es de optimismo cauto: “Frente al contexto de caídas de los precios de materias primas, el crecimiento global en realidad lo ha hecho bastante bien. Incluso a pesar del riesgo político, el crecimiento europeo ha sido bueno y las empresas están dando muestras de confianza”, resume. Jones encuentra curiosa esta tendencia: “Frente las dudas en torno a la política, los beneficios están mejorando y las valoraciones siguen siendo atractivas en términos relativos; los ROE de Europa son menos de la mitad de lo que se está pagando en EE.UU., por lo que todavía está por venir la recuperación en términos de beneficios”.

De hecho, el gestor defiende que los fundamentales “en realidad son bastante buenos, particularmente en Europa”. Comenta que, a diferencia de años anteriores, el consenso ha empezado el año con unas expectativas de beneficios más realistas, y ahora espera un crecimiento en torno al 14% en Europa para 2017. Destaca asimismo la rentabilidad por flujos de caja de las empresas europeas, que les otorga una ventaja por valoración frente a las estadounidenses. Pone como ejemplo la comparación entre Total y Exxon: “Total cotiza con un descuento significativo respecto a Exxon, y fundamentalmente son negocios muy similares”.

Otra tendencia que Jones encuentra interesante es el efecto reflacionario: “Las empresas están hablando de la recuperación del precio de las materias primas, y de que finalmente van a tener habilidad para traspasar parte de esas subidas a sus clientes. Hemos oído por parte de varios grandes conglomerados industriales que está regresando el poder de fijación de precios, como por ejemplo Siemens”. Estas observaciones le llevan a concluir que “a pesar de las perspectivas políticas, el entorno es alentador”.

La gestión del UBAM Equity Europe también se caracteriza por la selección de valores – que suele aportar la mayor parte del alfa- a partir de temas de inversión. Actualmente la cartera refleja dos grandes temas. El predominante es la búsqueda de empresas que se vayan a beneficiar de la reflación. “Son valores más cíclicos; tenemos de sectores como el industrial y el financiero, pero incluso entre estos nombres preferimos a los que tengan mayor calidad. Por ejemplo, dentro del sector bancario preferimos a la banca minorista antes que a la banca de inversión. Preferimos nombres como Bankinter o ING, que tienen balances fuertes y una rentabilidad por dividendo atractiva”, resume el gestor.

Jones describe al segundo como calidad + crecimiento. “Durante mucho tiempo a lo largo de la crisis estuvimos muy entusiastas con las acciones que tenían un comportamiento parecido al de los bonos. Conservamos algunos nombres que nos gustan, pero hemos reducido posiciones porque las valoraciones son demasiado altas y el crecimiento no es suficiente para justificarlas”. Lo que busca el equipo son valores con sesgo calidad, pero que aún son capaces de hacer crecer su negocio. “Unilever o Nestlé son negocios de mucha calidad, pero sus acciones están cotizando a valoraciones muy elevadas y son compañías que no están creciendo en absoluto. Preferimos buscar compañías como Inditex o incluso de menor tamaño, como Remy Cointreau, que cotizan con valoraciones altas pero todavía tienen potencial”, resume.  

De esta forma, las mayores sobreponderaciones en cartera son valores financieros e industriales, mientras que infrapondera farmacéuticas y utilities, y refleja una postura cauta con el sector de telecomunicaciones.