La gestión flexible en los mercados turbulentos: ¿desafío o aprobación?

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¿Fue 2011 un año terrible para los fondos de gestión flexible? Si leemos un informe reciente de Fitch Rating (Special Report : Flexible Allocation Funds, 6 de febrero de 2012), dicha categoría de fondos no lo habría hecho mejor que los fondos diversificados tradicionales en 2011, decepcionando a los inversores que buscaban en estos productos la protección contra las perturbaciones del mercado y la asimetría en las rentabilidades. Sólo 1/3 de los fondos han superado los fondos diversificados tradicionales, y menos del 10% de los fondos han sido capaces de ofrecer rentabilidades positivas. ¿Debemos entonces considerar que la gestión flexible nos ha decepcionado?

Para explicar esos resultados contradictorios habría que recordar en primer lugar lo difícil que fue el año 2011: comenzó muy fuerte por las perspectivas de una mejora macroeconómica a nivel global, los mercados tuvieron que hacer frente a 3 “golpes” importantes: a) la primavera árabe y el alza de los precios del petróleo, b) el tsunami japonés y su impacto en la cadena de producción global, c) la primera quiebra de un Estado desarrollado en Europa, Grecia, junto con un contagio a Europa y la rebaja de la calificación crediticia de EE.UU. por parte de S&P... Sólo las medidas no convencionales adoptadas por los bancos centrales (la operación Twist en EE.UU., la flexibilización cuantitativa en Japón e Inglaterra, LTRO 1 y 2 en Europa ...), los progresos en la gobernanza de Europa (Pacto Fiscal) y los resultados macro y microeconómicos sólidos en EE.UU. permitieron devolver un poco de confianza a los mercados tras el verano de 2011.

Pocos gestores han podido navegar con éxito en un entorno tan "político" e impredecible, como se demuestra también por los pobres resultados obtenidos por los mejores gestores de hedge funds. Por ejemplo, el gestor estrella John Paulson obtuvo en 2011 rentabilidades entre -20 y -50% en sus fondos. En este juego, los fondos de gestión flexible, que pueden ser considerados como la versión “líquida" de los hedge funds, del tipo Global Macro, no fueron en realidad tan malos….

Desde ese punto de vista, y teniendo en cuenta que los mercados siguen turbulentos y parece que seguirán así varios años, la necesidad de que los clientes puedan disponer de soluciones flexibles, oportunistas, con el riesgo controlado crecerá con fuerza. La gestión flexible se caracteriza por ser una gestión que incluye de manera estructural una "protección" para limitar las pérdidas de la cartera en el caso de shocks de mercados adversos. Por ejemplo, los gestores flexibles deben ser capaces de desensibilizar rápidamente las carteras cuando los mercados se ponen difíciles. Ante la falta de visibilidad sobre la recuperación macroeconómica y sobre la solución de la crisis de deuda en la eurozona, una gestión capaz de modular el nivel de riesgo asumido en función de las condiciones del mercado sigue siendo la forma más segura de proteger el capital y de proporcionar buenos resultados a largo plazo a los clientes.

Para entender mejor los resultados del estudio de Fitch, hay que tener en cuenta que este estudio se limitó únicamente al año 2011, sobre un universo con gran cantidad de fondos, muchos de los cuales fueron lanzados después de 2008 para satisfacer la demanda de los inversores por este tipo de productos. Los enfoques son a menudo muy diferentes: cuantitativos, discrecionales, mixtos... Sin embargo, la gestión flexible no se puede improvisar, y varios shocks de mercado son necesarios para endurecer el equipo y el proceso de inversión de gestión flexible.

Para muchos fondos el año 2011 fue el "bautismo de fuego" y la oportunidad de revelar las capacidades reales de sus procesos de inversión. Recordemos que una de las principales expectativas de los inversores vis-a-vis este tipo de producto es su capacidad para amortiguar las caídas de los mercados. Para los fondos que se lanzaron después de la crisis de Lehman y que no habían sido sometidos a caídas de mercado significativas, la tentación era grande para apuntar a la mejor rentabilidad posible, a veces en detrimento del control de riesgos.

Fitch señala también en su estudio que la reducción del riesgo en las carteras probablemente era más fácil decirlo que hacerlo en 2011. Por lo tanto, ¡ese es el reto! Y no es coincidencia que los mejores fondos de gestión flexible en 2011 son justamente los que fueron capaces de asumir las pérdidas y reducir el riesgo cuando se precipitaron los acontecimientos. La mayor parte de estos fondos ya habían sufrido la tormenta en 2008-2009 y fueron capaces de capitalizar la experiencia adquirida en 2011. Algunos productos recientes se encuentran todavía en la fase de aprendizaje, y esto puede explicar, en parte, algunos resultados decepcionantes.

Ello hace que sea el inversor final el responsable de seleccionar muy cuidadosamente los equipos y los procesos de inversión sólidos y fiables en este universo.

Más que un cuestionamiento de la gestión flexible, que ha mostrado en un período más largo su superioridad a la gestión diversificada tradicional en los mercados de estrés y volátiles, y que seguirá atrayendo importantes flujos de activos, las turbulencias de los mercados de 2011 y principios de 2012 son sobre todo una oportunidad para validar, en condiciones de mercado complejas, la calidad de los procesos de gestión aplicados por las diferentes gestoras. También es una oportunidad para constatar las diferencias de enfoque y filosofía en función de los resultados ofrecidos cuando “el viento sopla en la dirección contraria”. El banco de pruebas, de alguna manera, para los inversores a cargo de la selección de estos fondos.