La Fed siembra la confusión sobre la subida de tipos con su política de comunicación

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Brookingsinst

Los mercados han estado nerviosos esta semana, tras las recientes declaraciones de William Dudley y Dennis Lockhart, presidentes respectivamente de la Fed de Nueva York y de Atlanta. Ambos han sugerido en los últimos días que existe margen para subir los tipos de interés al menos una vez este año. Dudley, que es además miembro con derecho a voto del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC), ha indicado que cree posible que la subida se escenifique en la reunión programada para septiembre.

La publicación de las actas de la Fed de julio ha abierto la controversia por el cambio en el tono empleado y el mensaje entre líneas. Desde Groupama AM consideran que “las actas tampoco recogen una clara postura dovish”. Esto supone un giro respecto a las tres últimas reuniones, al deducirse dos puntos de vista que mantienen divididos a los miembros del FOMC: “De un lado, aquellos que optan por un posicionamiento prudente a la espera de más indicadores que confirmen la tendencia positiva sobre el crecimiento del empleo, y de otro lado, aquellos que mostraron su inquietud con las posibles consecuencias que tendrá para la estabilidad financiera unos tipos anormalmente bajos”.

Según la firma francesa las actas de julio reflejan un equilibrio de la balanza, pero “puede decantarse hacia un lado u otro rápidamente”: los datos macro tras el Brexit han sido positivos en general, el último informe de empleo ha revelado un fuerte crecimiento, el entorno financiero se ha relajado tras los test de estrés y los principales indicadores avanzados muestran más estabilización del momento doméstico y un entorno global estable.

“La hipótesis de una subida en septiembre aún es posible: si la Fed quiere mantener su escenario central de una subida para 2016, debería aprovechar la oportunidad ya que la ventana se está cerrando”, declaran los analistas de la entidad. Éstos asignan una probabilidad del 50% a una subida de tipos en septiembre y otro 50% a una subida en diciembre. Creen que aportará más claridad sobre la decisión final de la entidad la publicación del dato de empleo correspondiente al mes de agosto o la intervención de Janet Yellen en la reunión anual de banqueros centrales en Jackson Hole, el 26 de agosto.  

Septiembre es todavía pronto

“La Fed no ha señalizado su deseo de subir tipos. El dato de empleo es alentador. Pero las presiones inflacionarias, aunque al alza, siguen siendo modestas. Algunos datos sugieren que la tasa de desempleo podría caer más sin desencadenar una inflación significativa”, observa Richard Turnill, estratega global de BlackRock. En su opinión, los inversores no deberían esperar grandes cosas de la reunión del mes que viene: “Pensamos que la Fed puede estar dispuesta a dejar que la economía se caliente más antes de subir tipos”.

Phil Poole, responsable global de análisis de Deutsche AM, recuerda que el Brexit sigue siendo una gran fuente de preocupación, aunque los primeros datos macro posteriores no hayan sido negativos: “Los bancos centrales claramente se refieren al voto a favor del Brexit como una carga, porque les requiere acolchar las repercusiones económicas del referéndum”. La visión de Poole es que la Fed subirá el precio oficial del dinero de forma muy moderada: “Como mucho, esperaríamos dos subidas de 25 puntos básicos cada una para mediados de 2017”.

Richard Clarida, asesor estratégico global de PIMCO, se muestra muy crítico con el documento publicado por la Fed. Opina que su contenido se contradice con el mensaje expuesto en las actas correspondientes a las reuniones de abril y junio, que reflejaban la preocupación por parte de algunos miembros del FOMC de que los participantes del mercado no hubieran evaluado correctamente el impacto de una subida de los tipos de interés, y mostraban la voluntad de la Fed de mejorar su política de comunicación para señalizar el momento de una subida de la forma más clara posible.

“Quizás el problema no sea una comunicación inadecuada, sino la necesidad de una comunicación transparente que esta Fed no tiene como herramienta para reaccionar”, afirma Clarida. Dicho de otra manera, el experto cree que “quizá el problema sea que el FOMC tienen 16 canales de reacción individuales más la reacción de la presidenta, que no quiere o no puede persuadir al FOMC entero”.

Clarida cree que las actas de julio confirman esta impresión: “Nos dicen que algunos miembros del FOMC con derecho a voto quieren subir los tipos de interés pronto, y que un par de participantes – que puede incluir a los miembros sin derecho a voto- querían subir los tipos en la reunión de julio. Sin embargo, al menos un par de miembros querían esperar a más pruebas de que la inflación subiría al 2% de forma sostenible”.

La conclusión a la que llega el asesor tras la lectura del documento es que “esta es una Fed que continúa siendo mitificada porque sigue siendo malentendida por los participantes del mercado y los observadores”.  Dados los mensajes contradictorios, Clarida coincide en que aportará más claridad el discurso de Yellen en Jackson Hole, aunque opina que la indicación de que se pudiera endurecer la política monetaria pronto “no parece que sea en septiembre”.