La clave de Capital Group: enfoque multigestor para reducir la volatilidad

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El fondo Capital Group European Growth and Income Fund cuenta con el sello Funds People con calificación de consistencia y superventas. Martyn Hole, Equity Investment Director en Capital Group, nos acerca el fondo.

Su presentación empieza por echar la vista atrás varias décadas, concretamente a la de los años 30 en la que se formó la compañía. Porque el estilo actual que caracteriza a sus fondos sólo se entiende bajo la filosofía que desde sus inicios ha imperado en la casa: visión de largo plazo y enfoque multigestor. Pioneros en el mercado financiero, el buque insignia de la gestora, su gestión de renta variable americana, llegó a Europa en 1962 con la apertura en Ginebra de su primera oficina en el Viejo Continente. El primer fondo en invertir su cartera en acciones europeas llegaría en la década de los 90.

Con todo este conocimiento lanzaron en 2002 el fondo Capital Group European Growth and Income Fund que invierte en empresas domiciliadas, o con su principal lugar de negocios, en Europa. El fondo se caracteriza por un enfoque multigestor que aúna distintos puntos de vista con los que observar una compañía. Concretamente tres, tanto como gestores que hay detrás de fondo. Son David Riley y Caroline Randall, liderados por Mark Denning con 34 años de experiencia en el sector, responsables, de forma independiente, sobre un tercio de la cartera.

No hay una distribución por sectores o zonas geográficas, sino que cada uno de los gestores tiene libertad en su inversión. Ello permite conciliar en un mismo fondo distintos enfoques (top-down, bottom-up), estilos (value, growth), o incluso distintas visiones del mercado. “Entre los gestores había distintas opiniones sobre la situación de China, o la evolución del precio del petróleo”, señala Hole, “para Riley importa más la macro mientras que para Denning es la micro el aspecto fundamental”. Para la entidad, tal como reflejan los resultados de su fondo americano, la cogestión deriva en una menor volatilidad en el largo plazo.

Porque ahí es donde ponen su foco: en el largo plazo. No solo a la hora de analizar e invertir en una compañía (la rotación media de la cartera ha sido del 28%), sino también en la forma que sus analistas han de trabajar, tanto que su remuneración no sólo es función de los resultados del último año, sino que se remonta a los tres, cinco y ocho últimos.

La cogestión no es la única particularidad de la entidad, también la estabilidad de los equipos de análisis. “Algunos analistas pasan a ser gestores, pero la mayoría se mantiene como analista del mismo sector durante toda su carrera, lo que proporciona un conocimiento del sector, las compañías y su equipo directivo muy profundo”, explica Hole. Detrás de ello una motivación: “No existe compensación adicional por ser gestor sobre ser analista”.

Los analistas exponen sus ideas semanalmente y los gestores escogen aquellas que les parecen más atractivas. Analistas no solo de renta variable sino también de renta fija, lo que implica enfrentar dos puntos de vista. “Los analistas de equity tienden a ser más optimistas, los de bonos ven el vaso medio vacío porque lo que les preocupa es que les devuelvan el dinero prestado”.

El resultado es una cartera relativamente concentrada con 76 valores, donde  las 20 primeras posiciones suman más del 54% del patrimonio. Se trata de un fondo de convicción en el que la distribución sectorial y geográfica es el resultado de la pura selección de valores. Aunque a veces la macro importa. “La macro es importante para gestionar, pero no forma parte del proceso de toma de decisiones”, señala.

La rentabilidad del 2016 penalizada por su infraponderación en metales y materiales, su mayor posicionamiento en industria y financiero. Un posicionamiento que se ha mantenido en el arranque del año aunque ya con otros resultados.