J.P. Morgan AM cree que Europa tiene que llegar a “una solución creíble, contundente y rápida”

En J.P. Morgan Asset Managament se muestran optimistas de cara al cuarto trimestre de 2011 después de que este verano los mercados sufrieran una de las mayores caídas desde 2009, condicionados por un deterioro económico global y por una crisis europea que continúa en el punto de mira.

 

El crecimiento global estimado en la gestora estadounidense es del 4% anual para 2011 y 2012, frente a un 5,1% de 2010. El dato es positivo si se tienen en cuenta las últimas previsiones publicadas que vislumbraban un entorno económico mundial aún más desfavorable. Según Manuel Arroyo, Director de Estrategia de J.P. Morgan Asset Management España y Portugal, estas estimaciones están condicionadas a cómo los líderes europeos consigan contener la crisis de los países periféricos, al equilibro en la consolidación fiscal en los Estados Unidos y a la situación de los mercados financieros. El indicador avanzado en crecimiento global de J.P. Morgan AM no anticipa aún una recesión, sino una pausa en el ciclo expansivo.

 

En Estados Unidos, donde el crecimiento del PIB es ahora cercano al 3%, la preocupación de la alta tasa de paro continúa latente, así como los problemas estructurales de su economía. El aumento inesperado de la actividad manufacturera, la menor demanda externa o la esperada ralentización de la producción del sector automovilístico son algunas de las razones que apuntan a que la economía estadounidense sufrirá una desaceleración en los próximos trimestres.

 

Para J.P. Morgan las noticias positivas llegan desde Asia, donde China ha publicado un crecimiento del 9,1% en el tercer trimestre. Japón, por su parte, también ha anunciado un importante crecimiento en sus exportaciones.

 

Desde la gestora J.P. Morgan AM señalan que los datos de la zona euro decepcionan al mercado y la confianza de los consumidores sigue deteriorándose. La crisis en los países periféricos europeos tiene un impacto negativo en la actividad económica. Según Manuel Arroyo, en Europa tiene que llegar de manera inmediata a “una solución creíble, contundente y rápida”.

 

La situación actual de los mercados se traduce en una gestión de carteras donde va a predominar la volatilidad. Las valoraciones para la renta variable son favorables comparadas por ejemplo con la deuda corporativa de mayor calidad. En el plano regional, J.P. Morgan AM apuesta por EEUU y los mercados emergentes, aunque han disminuido su sobreponderación en activos de riesgo.