Inversor Conservador: Su cartera ya ha hecho el trabajo de los próximos 10 años. Tenga en cuenta estos números.

Hemos construido 4 índices de referencia para 4 perfiles inversores:

1. Conservador: rango de inversión en renta variable (0-20%), renta fija (40-60%) y monetarios (20-60%). Con los puntos medios de cada rango construimos el índice de referencia (10%RV + 50%RF + 40%MON). El objetivo de rentabilidad del perfil está en el rango 0% (mantener nominal) y el +2% TAE (mantener poder adquisitivo).

2. Moderado: renta variable (10-30%), renta fija (50-70%) y monetarios (10-30%). Objetivo de rentabilidad 2%-4% TAE.

3. Dinámico: renta variable (20-60%), renta fija (35-65%) y monetarios (5-15%). Objetivo de rentabilidad 4%-6% TAE.

4. Arriesgado: renta variable (40-80%), renta fija (20-50%) y monetarios (0-10%). Objetivo de rentabilidad 6%-8% TAE.

 

GdCBlogCons

 

Análisis de los resultados de los últimos 5 años: 

  • Rentabilidad media anual: es creciente a medida que aumentan el riesgo de la cartera. El perfil conservador acumula un 3,98% TAE y el arriesgado un 6,84%.
  • Ratio de Sharpe: cuando relativizamos la rentabilidad por unidad de riesgo soportado (volatilidad) encontramos al perfil conservador en el primer lugar (Sharpe 1,17). Ha sido la cartera que mejor ha rentabilizado el riesgo asumido.
  • Objetivos: actualmente los 4 perfiles se encuentran dentro de los rangos objetivos. Pero hay uno que se desvía mucho del objetivo presupuestado. La cartera conservadora presenta un TAE de casi el 4% en los últimos 5 años ¡casi el doble de lo razonable para ese perfil! Si hubieras invertido 100.000 euros en una cartera conservadora en 2010, ahora la cartera debería estar valorada en el entorno de los 110.000 euros (2% TAE). Y lo que encontramos es una valoración superior a los 120.000 euros.

 

Enhorabuena si ha sido conservador en el último lustro. La deflación -o “desinflación”-, junto con la falta de pulso en demanda agregada y los diferentes programas de compras de activos de los bancos centrales han llevado a todo el universo de deuda pública (hábitat natural de la cartera conservadora) a cotizar muy por encima de la par, añadiendo a la “rentabilidad por cupón” la plusvalía correspondiente por la subida en las cotizaciones de los bonos. Atendiendo a la evolución de estas carteras conservadoras y su desviación (por encima) de los objetivos presupuestados, parecería razonable cristalizar las plusvalías por el exceso de rentabilidad frente a presupuesto. Siguiendo con el ejemplo, 120.000 euros (valor de cartera) – 110.000 euros (objetivo proyectado) = +10.000 euros de reembolso (plusvalía).

Y a la pregunta ¿pero y dónde lo invierto? En liquidez, en efectivo. Su cartera ya ha hecho el trabajo de los próximos 10 años. Aproveche ese adelanto de plusvalías para esperar con paciencia mejores precios para invertir en activos de renta fija. O puede dedicar una parte de esas plusvalías (el peso que se ajuste a su perfil de riesgo) a comprar algo del índice arriesgado (ver gráficos). Es el único perfil que tiene recorrido hasta llegar a la parte alta del rango de su presupuesta de rentabilidad objetivo.