ING IM: La Eurozona y su posible final

Kamil Molendys, Unsplash

¿Cuál será el escenario que prevalezca? Es complicado de predecir, según comenta la gestora en su último informe “Focus Point - Another Chapter on the Euro Sovereign Saga”: mientras ING IM tiene muchas esperanzas en que se encuentre una solución a largo plazo, incluso este escenario optimista se alcanzaría tras un camino largo, arduo y muy volátil. El camino estará sembrado de encrucijadas que llevarán al euro a diversos escenarios, desde la supervivencia tensa al colapso parcial. Por lo tanto, ING IM aconseja en este informe que los inversionistas no se cieguen con el final del euro. Por el contrario, deben monitorizar de cerca los acontecimientos y ser capaces de adaptarse a los escenarios que surjan por el camino.

Grecia vota su permanencia en el euro

A muy corto plazo ING IM sugiere que el abandono de Grecia del euro es una posibilidad. Primero vendrán las elecciones del 17 de junio, y luego con mucha probabilidad, otras elecciones en las que los griegos voten sobre su permanencia en la Eurozona. Primero tenemos que preguntarnos si Grecia permanecerá en el euro pero sobre todo, debemos plantearnos las consecuencias de que no lo haga.

El sistema financiero griego peligra

En el caso de que Grecia salga del euro es posible que los fondos procedentes de la UE y del FMI desaparezcan y no parece probable que el sistema privado esté dispuesto a reemplazarlos. Por el contrario, según opina ING IM, es previsible una salida masiva de fondos privados depositados en los bancos griegos buscando destinos más seguros. El gobierno impondría controles de capital y límites a la retirada de efectivo de los bancos, pero no hay nada pueda frenar por completo el dinero en pánico. Este escenario situaría el sistema financiero griego al borde del colapso con necesidad de recapitalizarse y acceder a cantidades ilimitadas de liquidez.

¿Volver al dracma?

Según apunta ING IM en su informe, el país no tendría otra opción que volver a reintroducir el dracma para recuperar la capacidad de proveer liquidez al sistema financiero y monetizar la deuda pública. Se sucedería una escalada de la inflación dado el bajo grado de credibilidad de la nuevo moneda que erosionaría en parte las ganancias de competitividad que se hubieran conquistado con una divisa débil como el dracma.

ING IM apunta que algunos expertos hablan de la posibilidad de introducir un comité monetario encargado de fijar la cotización de la divisa, pero esto eliminaría los “beneficios” de un banco central que pueda proporcionar liquidez al sistema bancario. En definitiva, se produciría un endurecimiento de las condiciones financieras y de la disponibilidad del crédito en Grecia que, combinados con la pérdida de confianza en el país, generarían una caída en picado del PIB. ING IM añade que en esta tesitura, no sería de extrañar una desintegración social y política del país.

El contagio es inevitable

Desde el punto de vista de ING IM, la salida de Grecia del euro provocaría un contagio sustancial a otros países periféricos, tanto a través de los mercados de deuda soberana como del sistema financiero, y también por medio de la economía real a medida que el sentimiento empresarial y del consumidor se traslade a otros países. Tampoco puede descartarse un contagio de las protestas sociales. Como respuesta (o meramente ante la amenaza) de estos hechos, ING IM cree que los fondos del ESM y del FMI, al igual que el BCE, prepararían una respuesta contundente para contener estos acontecimientos.

En el mejor de los casos, todo derivaría en una sistema bancario único europeo, con una supervisión coordinada y un marco legal único que condujera la recapitalización del sistema financiero. ING Investment Management ha argumentado con anterioridad que el talón de Aquiles de Europa es que la unión monetaria ha generado una integración financiera profunda sin estar acompañada de una unión regulatoria.

Seguimos improvisando

Lo descrito anteriormente, incluyendo la salida de Grecia del euro, se engloba en el escenario de “improvisación”, en el que ING IM sitúa a la Eurozona. En este escenario las autoridades, a la vista de las restricciones políticas a las que se enfrentan, van realizar reformas mínimas, aunque encaminadas a mejorar la integración del sistema en Europa. Según ING IM la salida de Grecia del euro no va a considerarse como el final de la Eurozona porque los restantes mercados periféricos se perciben de forma sustancialmente distinta en lo relativo a reformas estructurales y al cumplimiento de los objetivos de déficit. La salida de Grecia de la Eurozona no será el detonante de una solución rápida y completa al problema soberano del euro pero irónicamente, puede actuar como catalizador para acelerar el proceso.