Inflación

Kamil Molendys, Unsplash

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

Hablemos de inflación, como hicieron en Jackson Hole. El resto del blog no va a rimar, esto se lo podemos asegurar. A saber, resulta, que como nos recuerda Carmen Reihart (de Reinhart y Rogoff, los del 3%, no confundir con otros 3%), la mediana de la inflación de los 189 países de los que hay datos está por debajo del 2%, cifra menor a la de 2014 e inferior a la de las proyecciones del FMI. Y pensar que en los setenta y hasta principios de los 80, dos tercios de los países con datos tenían unos índices de precios al consumo por encima del 10%...Hoy sólo hay 14 casos entre los que se cuentan Venezuela y Argentina, cuyas autoridades no son propensas a la transparencia en cuestión de datos ni en otras muchas cuestiones, así como Rusia, Irán, Ucrania, Siria y algunos países africanos.  Si hasta Zimbabwe retira esos billetes de millones de millones, tras haber superado el segundo episodio de hiperinflación más sonado de los últimos 120 años. En 2008, tenía un inflación diaria del 98%, lo que suponía que los precios se doblaban cada 24,7 horas. La belleza del interés compuesto, dicen.

Total que aunque no sean mucho de coincidir, Reinhart y Martin Wolf se han unido en destacar esta semana que eso, que no hay inflación. Y si encima China se queda ploff y se toma un respiro en su cambio de modelo económico para volver a vender muy barato, pues a lo mejor habrá que esperar un poco más.

Y a tanta mente pensante le sumamos las declaraciones de Larry Summers, convertido en político monetario en la oposición, y del FMI instando a Fed y al BOE a ejercer de banqueros centrales del mundo mundial por el bien de los emergentes y así del suyo propio. Tanta presión intelectual, política y mediática abogando por no subir los tipos, o incluso por aplicar más estímulos, que harán de la Fed una institución muy valiente si finalmente opta por subir los tipos en unos días. Ay Janet qué nervios hija. Estamos en ascuas.

Al otro lado de la balanza los argumentos para el sí, sí a la subida de tipos se entiende. Riesgo de inestabilidad financiera ante la amenaza constante de formación de burbujas y, ya dentro de las teorías conspiranoicas, la necesidad de que exista margen de maniobra para la posible próxima recesión. Es decir, subir los tipos para poder volver a bajarlos.

Como grupos de presión en este lado de la balanza destacamos a los banqueros centrales de Suiza y los países emergentes, por ejemplo. Mientras en el país alpino rezan para que la Fed suba los tipos y que su política sea un poco menos reactiva a la generosidad de otros bancos centrales, en el bloque emergente lo que quieren es que se termine ya con la incertidumbre del cuándo sí o el cuándo no. No les culpamos. En palabras del Gobernador del Banco de Mexico, “la incertidumbre nos hace más daño sobre las divisas y las bolsas que la propia subida de tipos”.

En China el Primer Ministro ha estado ocupado en defender el honor de su país en los mercados financieros en la reunión de los Nuevos Campeones del Foro Económico Mundial. “China no es un peligro para la economía mundial sino una fuente de crecimiento”, dice, y que cuenta además “con un montón de herramientas para cumplir su objetivo”. Más tranquilos todos. Defensa del libre mercado incluida mientras en casa, y con la otra mano, se refuerzan los controles de capital para mitigar la continuo fuga de capitales.

Con todo ello el pesimismo va haciendo suelo con el ratio Bull/Bear de Investment Intelligence en mínimos de octubre de 2011. Sentimiento tan pesimista que invita al optimismo. ¿Tiempo para ser contrarian? Rubini, hoy desconocido, dice que lo de China ha sido pasarse de frenada y que la caída de  la bolsa de Shangai ha sido irracional y excesiva. Cuesta ver sin embargo, al público entrar en masa y hacer cartera sin aclararse la deriva de la Fed.

Menos preocupada estará la Reina de Inglaterra con su cartera. Activos inmobiliarios, mucha inversión en arte y joyas, pero con una cartera muy concentrada geográficamente en su propia isla, como no. Sus inversiones se han aireado a raíz de entrar en el récord de los Guiness con el reinado más longevo de la historia de más de 63 años, aprovechando también a dar a conocer el valor de la corona para el país. Entre la imagen de marca, merchandising, tirón turístico o patrimonio, The Firm alcanzaría un valor de unos 78.000 millones de euros, similar a la valoración del Banco Santander. Goods save the Queen.

Buena semana,