Ideas de inversión de BlackRock para la segunda mitad del año

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Ante el cambio en la política monetaria  estadounidense, los fundamentales —tales como la productividad y el crecimiento de los beneficios—deberían recuperar protagonismo como motores de la rentabilidad de las inversiones. Es una de las principales ideas que barajan en BlackRock sobre las perspectivas de inversión de cara al segundo semestre del año, recogidas en el BlackRock Investment Institute, informe en el que la entidad ofrece una visión actualizada sobre las principales hipótesis económicas e ideas de inversión más importantes para el 2015, un año hasta ahora caracterizado por la divergencia en las políticas monetarias de los bancos centrales y en los precios de los activos a escala mundial. Y todo ello cuando algunos indicadores clave han entrado en terreno negativo.

Entre los ‘indicios negativos’ identificados por BlackRock se encuentra el descenso de la productividad, que afecta a las tasas de crecimiento, a las políticas monetarias y, en última instancia, a los márgenes empresariales. “Las elevadas valoraciones en algunos mercados y la incertidumbre sobre el ritmo al que normalizará su política la Fed requieren prudencia y una cuidadosa selección por países, sectores y activos —asegura Ewen Cameron Watt, director global de estrategias de inversión de la entidad—. Compensamos esto con la convicción de que los mercados alcistas suelen durar mucho más de lo esperado y, con ello, el correspondiente riesgo de perderse oportunidades. Las valoraciones de la renta variable desarrollada se mantienen en la media, con el mercado estadounidense a la cabeza —indica Cameron Watt—. La volatilidad de los bonos y las divisas ya ha aumentado, y esperamos presenciar esta tendencia también en las acciones. Esto podría suponer un desafío para las estrategias tradicionales de diversificación a través de bonos y acciones”.

Entre los activos que consideran actualmente presentan valoraciones muy elevadas se encuentra la deuda pública, que ronda precios récord. En este sentido, en BlackRock anticipan el fin de los tipos cercanos al 0%. En la firma prevén que la Fed aumente tipos en otoño, y que el Banco de Inglaterra siga el mismo camino en noviembre de 2015 o febrero de 2016. “Las políticas monetarias seguirán siendo más acomodaticias en el resto de regiones: se espera que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga su programa de compra de activos hasta septiembre de 2016, que el Banco de Japón continúe con su programa de relajación cuantitativa y que el Banco Popular de China continúe aplicando cada vez más medidas de estímulo en el país”. Según BlackRock, “resulta un poco precipitado declarar el fin de las políticas de expansión a escala mundial, pero merece la pena planteárselo, ya que los mercados tienden a adelantar acontecimientos”. Esto sugiere que los inversores pronto pasarán de centrarse en las políticas de los bancos centrales a otros fundamentales de inversión.

El despertar de los mercados globales de renta fija

BlackRock destaca que la inquietud de los mercados sobre la primera subida de tipos por parte de la Fed en nueve años está despertando a los mercados de renta fija, adormilados por la complacencia de casi una década de tipos cercanos a cero y dosis regulares de relajación cuantitativa. ¿Cómo reaccionarán los mercados de bonos cuando la Fed comience a normalizar su política? “Probablemente, una subida de tipos en septiembre afectará a los bonos con vencimientos cortos —afirma Russ Koesterich, director global de estrategias de inversión de la entidad—. No obstante, cualquier subida de los tipos largos debería verse atenuada por la avidez de rentabilidad de los inversores”. En la eurozona, la ‘generosidad’ del BCE ha provocado el desplome de los rendimientos de la renta fija. “Aunque los países que anteriormente arrojaban rentabilidades interesantes, como España, ya no ofrecen demasiado valor absoluto, siguen existiendo oportunidades, como la deuda pública portuguesa con vencimientos largos y la deuda bancaria subordinada”, señala Koesterich.

La subida de tipos amenazará a algunos títulos y beneficiará a otros

En general, las acciones parecen presentar valoraciones razonables en comparación con los bonos, si bien BlackRock advierte sobre la “renta variable estadounidense con valoraciones excesivas”, especialmente ante el contexto de subida de tipos en el país. “El impacto de la subida de tipos supondrá una amenaza para las clases de activos con reparto de dividendos y volatilidad reducida en EE.UU, tales como las empresas de suministros públicos, los fondos de inversión inmobiliaria y el consumo básico, mientras que beneficiará a los bancos, ya que el crecimiento de la concesión de préstamos tiende a aumentar en paralelo”, afirma Koesterich. ¿Y en lo que respecta a las bolsas europeas? En la gestora creen que la renta variable europea ha dejado de estar barata, si bien las previsiones de beneficios finalmente empiezan a aumentar gracias a la debilidad del euro, a la flexibilidad de las condiciones para la concesión de préstamos facilitadas por las compras de bonos del BCE y a las señales del crecimiento del crédito.

En Asia, BlackRock prioriza la renta variable japonesa dado que la debilidad del yen está impulsando las previsiones de beneficios, mientras el aumento de los dividendos y la recompra de acciones están ofreciendo un apoyo adicional. “En general, la renta variable asiática (Japón excluido) está en la cúspide de un repunte a largo plazo impulsado por las buenas valoraciones, la flexibilidad de las condiciones financieras y el dinamismo de las reformas que tienen como objetivo liberalizar economías como la india y la china”, comenta Cameron Watt. En términos generales, en la firma creen que los mercados emergentes están en mejor forma, pero habrá dispersión.

Aunque recuerdan que los anteriores ciclos de normalización de la política monetaria de la Fed desencadenaron crisis en los mercados de deuda emergentes, creen, sin embargo, que hoy en día este universo se encuentra mejor preparado, con menos deuda externa, unos mercados financieros con más profundidad y más margen para aplicar medidas de estímulo. “Las acciones de los mercados emergentes se encuentran en niveles razonables, pero no son una oportunidad manifiesta. Cuando parecen baratas, suele ser por un buen motivo—apunta Cameron Watt—. Entre los principales riesgos de los mercados emergentes se encuentran el crecimiento anémico de las exportaciones y la caída de la productividad. Preferimos los bonos denominados en divisas fuertes frente a los denominados en divisa local, ante la apreciación del dólar estadounidense frente a muchas divisas emergentes, y priorizamos países que estén aplicando reformas y con una inflación a la baja”.

Ideas de inversión de BlackRock para la segunda mitad de 2015

Con todo esto en la mano, en BlackRock priorizan la deuda corporativa estadounidense (alto rendimiento, hipotecas e incluso bonos con calificación Investment Grade) frente a la deuda pública. En la eurozona, optan por la deuda bancaria subordinada —favorecida por el programa de relajación cuantitativa del BCE— y algunos bonos periféricos con vencimientos largos. En cuanto al mercado estadounidense de renta variable, prefieren los sectores cíclicos, como el del consumo discrecional, el tecnológico y el financiero, frente a clases de activos similares a la renta fija (utilities y consumo básico).

Por otro lado, priorizan la renta variable europea (especialmente, los bancos) y japonesa (entidades financieras y empresas exportadoras), que se ven impulsadas por la debilidad de sus divisas y los estímulos monetarios. En este sentido, también prefieren la renta variable emergente de países que están aplicando reformas o políticas monetarias expansivas, especialmente en Asia. Asimismo, optan por los bonos emergentes denominados en divisas extranjeras frente a los denominados en divisa local, y se decantan por países que estén aplicando reformas y con una inflación a la baja, como la India, China y México.