Aunque los países emergentes se están haciendo más ricos, su poder adquisitivo está muy lejos del que tienen los países desarrollados. Las personas con rentas medias son los verdaderos motores del consumo, más que el número siempre creciente de millonarios (aunque se trata de un grupo demográfico de una importancia en aumento). El PIB per cápita de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es aún muy inferior al de los países desarrollados. Según el Banco Mundial, Brasil y Rusia ocupan aproximadamente el puesto 50, mientras que China está en el 84 e India en el 123.
Es evidente que el nivel de vida de la población brasileña, estimada en 203 millones de personas (Oficina del Censo de Estados Unidos, julio de 2011), está muy por detrás del de las naciones desarrolladas. Los datos del Fondo Monetario Internacional muestran que el PIB per cápita de Brasil es de sólo 12.916 US$, en comparación con 39.604 US$ de Gran Bretaña y 48.147 US$ de Estados Unidos. El Ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, ha declarado que aun cuando Brasil puede llegar a ser más poderoso que algunas naciones europeas, “serán necesarios veinte o treinta años antes de que los brasileños puedan disfrutar de un nivel de vida europeo”.
Dicho esto, la renta per cápita brasileña casi se ha duplicado en los últimos cinco años, mientras que en Reino Unido está cayendo por el elevado desempleo y la desaceleración económica. El Banco Central do Brasil ha comunicado que entre 2003 y 2010, la economía brasileña ha crecido una media del 4% anual y el Ministro Mantega ha anticipado que Brasil será la quinta mayor economía mundial (puesto que ahora ocupa Francia) antes de 2015. Según Chris, “dado que la renta per cápita aumenta en Brasil y otras economías latinoamericanas se están expandiendo de forma similar, veremos un acusado incremento del valor de la cesta media de bienes de consumo.”
Como consecuencia de las menores estimaciones de crecimiento de la economía mundial, la tasa de crecimiento de las economías emergentes también se está desacelerando, si bien aún se prevé que se crezca a una tasa superior a la de los países desarrollados, por ejemplo en Brasil el gobierno ha apuntado a un crecimiento del 3,5% en 2012. La expansión de las economías y el incremento de la renta son los motivos de una inversión a largo plazo en los mercados emergentes, justificaciones que siguen vigentes.