Gonzalo Lardiés, Lola Solana e Iván Martín: tres gestores locales de renta variable para el siglo XXI

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Funds People

Tres son las características que comparten Gonzalo Lardiés, gestor del Alpha Plus Ibérico Acciones; Lola Solana, gestora del Santander Small Caps España, e Iván Martín, director de Inversiones de Magallanes Value Investors: son gestores de renta variable ibérica -dos de ellos, Solana y Martín, también de renta variable europea-, son fieles defensores de la gestión activa y, sobre todo, sus resultados son consistentes, un hecho diferencial que les llevó a ser protagonistas del libro Gestores Locales para el Siglo XXI, escrito por María Folqué y Montserrat Formoso, responsables del departamento de Análisis de Funds People. Aprovechando la presentación de este libro, que ya se encuentra a la venta en Amazon, en el Palacio de la Bolsa de Madrid, los tres gestores quisieron compartir su experiencia en estos años de gestión y dar a conocer su estilo de inversión.

Gestión local vs gestión internacional

La gestión local, en este caso la española, se encuentra “en la cuna de la gestión”, más si se la compara con otros países. “No hace falta mirar hacia Estados Unidos o Reino Unido, simplemente basta con echar un ojo a Francia o Alemania, mercados de nuestro entorno. En España”, critica Lardiés, “cuesta mucho sacar adelante proyectos y el sector falla bastante en masa crítica”. Y, pese a ello, la gestión local es de vital importancia para los inversores.

“Es fundamental”, defiende Solana, porque “es la que pone conocimiento político, regulatorio y macroeconómico del país”. Además, añade, “garantiza un acceso cercano a las compañías, a su management y a sus fábricas”, una consideración que, a juicio de Martín, se trata de una “ventaja competitiva innata”.

Gestión activa vs gestión pasiva

Uno de los temas más candentes en la industria de gestión de activos es la creciente popularidad y demanda de la gestión pasiva respecto a la gestión activa. Esta distinción previa entre dos bloques diferenciados podría ampliarse a tres segmentos en la práctica: “gestión activa, gestión pasiva y gestión low cost”, según Lardiés, quien cree que, con este panorama, “los inversores cada vez más se meten en una complicada vorágine” por la dificultad que entraña comparar entre estos estilos. Por eso, apunta, “hay que tener claro lo que te gusta de cada aspecto y saber diferenciarlo”.

Si algo tiene claro Martín es que “la gestión activa será mejor cuanto más gestión pasiva haya, porque así lucirá más. El problema surge cuando se vende gestión pasiva al mismo coste que la gestión activa”, pone en solfa. Solana confía en los beneficios de la gestión activa: “Conlleva mayores costes y más dedicación de tiempo, pero también añade más alfa y rentabilidad. En momentos bajistas”, recuerda, “con la gestión activa se pierde menos dinero”.

Evolución del inversor español

“Ya no sirve la gestión commodity. Los inversores quieren gestión especializada y activa, lo que no aceptan es perder dinero”, señala Solana. En estos años, se está incidiendo en un trasvase del enfoque entidad al enfoque gestor. “Ya no basta con confiar sólo en la entidad, también hay que confiar en el gestor o equipo gestor”, puntualiza. Los tipos de interés cercanos a cero han ayudado a ensalzar el rol del gestor. “El inversor se ha tenido que espabilar y, con el tipo de gestión que hacemos nosotros, se abre una ventana”, se alegra Lardiés, un sentimiento compartido por Martín: “Los inversores buscan que nos dediquemos a una sola cosa, lo que mejor sabemos hacer, que es gestionar, y eso es esperanzador”.