Fondos de rentas: filosofía, posicionamiento y estructuración de la cartera del FF Global Income

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Foto cedida

El FF Global Income es uno de los fondos de rentas más populares de Fidelity Worldwide Investment. A través de unas fuentes de rentabilidad diversificadas, la cartera tiene como objetivo ofrecer un nivel estable de rentas a lo largo de un ciclo de mercado, manteniendo al mismo tiempo una calificación crediticia de grado de inversión. En el entorno actual, el rendimiento estimado es del 4% (después de comisiones), 100 puntos básicos más que los bonos con calificación BBB. Los cuatro componentes esenciales de la cartera son la deuda con grado de inversión, high yield global, los mercados emergentes y las posiciones satélite. “Nuestras inversiones en bonos corporativos de alta calidad crediticia constituyen los cimientos y el mayor componente de la cartera”, revela Peter Khan.

Según explica el responsable de la estrategia, dar un peso elevado a esta clase de activo es importante, ya que reduce la volatilidad, muestra una correlación entre baja y negativa con los activos de riesgo y genera rentas estables por su alta calidad crediticia y su bajo riesgo de impago. “Una vez puestos los cimientos, seguimos construyendo la cartera añadiendo nuestras ideas de mayor convicción en bonos de alto rendimiento y mercados emergentes. Las posiciones en estas áreas realzan las rentas, mejoran el potencial de revalorización del capital y tienen una duración menor comparada con la porción de alta calidad crediticia del fondo. El entorno actual de tipos ultrabajos hace que este grado de flexibilidad sea vital para mantener un nivel atractivo de rentas”.

Las posiciones satélite son el componente final. “Tienen la doble misión de mejorar las rentas y aumentar la diversificación. En esta área, buscamos las mejores oportunidades tácticas fuera de nuestro índice de referencia, como oportunidades en bonos chinos en yuanes, bonos convertibles, títulos emitidos por estados, instrumentos híbridos y bonos a tipo variable. El importe máximo de estas posiciones fuera del índice de referencia está limitado al 30% de los activos y la exposición varía en función de los ciclos crediticios y económicos. Las inversiones en estos mercados se toman mediante posiciones directas en títulos y mediante otros fondos de Fidelity. “Esto permite una mayor diversificación que una asignación de activos concentrada a través de títulos individuales. Por ejemplo, si decidimos asignar el 5% de los activos a bonos chinos en yuanes, en lugar de tomar un puñado de posiciones accedemos a esta clase de activo a través de un fondo diversificado gestionado por nuestros expertos locales asiáticos”, explica.

 

El fondo está diseñado para registrar una volatilidad similar a una cartera investment grade a lo largo de todo el ciclo de mercado, pero debería conseguir mayores rentas mediante inversiones en las ideas de mayor convicción de Fidelity dentro de los activos de renta fija, que son precisamente estas posiciones satélite en bonos denominados en yuanes e instrumentos híbridos. “En nuestro enfoque empleamos lo mejor de nuestros recursos en renta fija: un equipo internacional de análisis crediticio experimentado y una amplia gama de fondos de renta fija. La flexibilidad a la hora de asignar dinámicamente los activos en todo el espectro de la renta fija ayuda a gestionar la liquidez y puede contener la volatilidad del valor de las inversiones, así como mejorar las rentas”.

El proceso de inversión se divide en tres fases: asignación de activos con un enfoque descendente activo, selección de títulos con enfoque ascendente y verificación desde el punto de vista de las rentas y el riesgo. “Intentamos posicionar la cartera en torno a nuestro índice de referencia dependiendo de los ciclos crediticios y económicos. Nuestras decisiones de asignación de activos están basadas en una evaluación del entorno macroeconómico, los fundamentales crediticios, el sentimiento del mercado, los factores técnicos y la valoración”. Cuando se ha decidido la asignación de activos, pasan a la selección de títulos con enfoque ascendente. “Como el menú disponible en todo el mundo es amplio, filtramos de acuerdo con las convicciones de nuestro equipo, dando prioridad a los valores que tienen la capacidad para generar un nivel estable de rentas”.

Gestión del riesgo

El Indicador de Sentimiento de Riesgo (RSI) es la herramienta primaria que usan para contener las pérdidas de valor y para identificar periodos de tensiones en los mercados. “Utiliza indicadores de volatilidad implícita, de condiciones de financiación, de riesgos cambiarios y de acontecimientos extremos; oscila entre -100 (máxima intolerancia al riesgo) y +100 (máxima tolerancia al riesgo) e indica si debemos estar largos o cortos en el mercado. A este nivel también se tiene en cuenta la duración, pero debido a la combinación de productos con diferencial, la sensibilidad a los tipos de interés debería ser menor que la de los bonos de alta calidad crediticia”. También tienen flexibilidad para usar derivados.

Khan opina que los bancos centrales siguen obligando a los inversores a subir por la curva de riesgo en busca de mayores rendimientos y, desde esta perspectiva, está volviendo a entrar en bonos de alto rendimiento (reduciendo su infraponderación), prefiriendo títulos BB, bonos del sector financiero europeo y sectores orientados al consumo en EE.UU. “En los bonos de alta calidad crediticia hemos reducido nuestra asignación total, ya que las valoraciones son caras, pero preferimos duraciones más largas en EE.UU y duraciones más cortas en Europa, y hemos rotado hacia la deuda pública en detrimento de la deuda privada”, revela el gestor.

En el cómputo global, su posicionamiento es neutral en duración, pero si los tipos de interés de los bonos del Tesoro de EE.UU a 10 años caen por debajo del 1,5%, asegura que tratarían de reducir la duración para recortar su exposición al riesgo de tipos de interés. En cuanto a sus preferencias regionales, se inclinan por EE.UU, seguido de Asia y algunas zonas de Latinoamérica. “Nuestras posiciones en los mercados emergentes no han cambiado. Tenemos una exposición relativamente alta a los bonos de la periferia de la zona euro frente a los países centrales, ya que el programa de relajación cuantitativa de 1,1 billones de euros del BCE probablemente beneficie de forma desproporcionada al primer grupo”. Su hipótesis más optimista sería una renta del 4% (después de comisiones) durante los próximos doce meses.