Financière de l´Échiquier busca crecer fuera de Francia con una oferta más amplia y global

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Imagen cedida

Hace apenas unas semanas, Financière de l'Échiquier compró Acropole AM, gestora especializada en bonos convertibles, con el objetivo de ampliar su rango de productos (centrado en bonos corporativos y renta variable), pero también de hacer crecer su negocio, dentro y fuera de Francia, y acceder a nuevos clientes institucionales. Aunque la compra es muy reciente y se está trabajando en la fusión de los equipos, no descarta adquirir más gestoras en Francia, siempre que ofrezcan valor y algo nuevo para la entidad. “Hay muchas gestoras en venta, principalmente las pequeñas, en un contexto de consolidación del mercado de gestión en Francia”, explica Marc Craquelin (en la foto, a la izquierda), responsable de inversiones.

Pero, de momento, la entidad está inmersa en su siguiente paso de negocio, que consiste en la expansión de su oferta de renta variable, centrada antes en Europa, a nivel global. Prueba de ello es el reciente lanzamiento de su fondo de acciones de todo el mundo, Echiquier Global. “Cuando entiendes el resto del mundo, mejor puedes entender las grandes firmas europeas”, nutrientes de uno de sus fondos insignia, Echiquier Mayor. Para llegar fuera de Europa, no han contratado equipos sino que utilizan su concepto de oficina móvil o itinerante. “Pedimos a gestores y analistas que pasen unos meses en un país o región y se reúnan con compañías, algo que permite detectar inversiones además de adquirir un buen conocimiento del lugar”, indica.

Así, con su oferta renovada con fondos de bonos convertibles y renta variable global, la gestora se dispone a impulsar su crecimiento fuera de Francia. Aunque Jérôme Blanc, su responsable de desarrollo de negocio (en la foto, a la derecha), reconoce las dificultades, siendo una boutique de tamaño medio (con activos de 6.000 millones, contando con los 800 que ha aportado Acropole), también cree que pueden hacerlo gracias a la buena rentabilidad de sus productos y su baja volatilidad, en un entorno de búsqueda de retornos estables. De hecho, el 30% de los activos de la gestora ya está fuera de Francia, con Bélgica como primer mercado foráneo seguido por Italia, en los que ven más oportunidades. También se centrará en crecer en Suiza y Alemania.

Crecimiento del 25% en España

En España, son cautos en la medida en que el crecimiento es más complicado en un entorno en que los inversores se posicionan menos en acciones, pero no renuncian a ganar cuota de mercado y, en el futuro, a destinar un equipo de ventas cuando la economía y el sentimiento mejoren. “Tenemos 80 millones en activos y podríamos cerrar el año con 100”, explican, un alza del 25%. Actualmente, el equipo de ventas trabaja desde París y cuenta con una persona dedicada a Alemania, dos a Italia, una a Bélgica y otra a España y Suiza.

Gran rotación

A pesar de las dificultades, en la entidad creen que tienen una oportunidad gracias a su oferta de renta variable. “Los inversores han comprado muchos bonos en los últimos años pero empezamos a ver un cambio por parte de bancas privadas, asesores e inversores institucionales hacia las acciones, que están infravaloradas”, explica Blanc, que añade que en sus fondos de bolsa han captado 100  millones en los últimos meses. Con todo, matiza que la vuelta al activo está siendo progresiva, frente a una salida muy rápida iniciada hace cuatro años. Pero tiene todo el sentido.

“El inversor no es consciente del riesgo de la renta fija tras unos años de rally. Si la rentabilidad del bono alemán repunta, eso llevaría a fuertes pérdidas en las carteras. Además, los bonos corporativos no darán la misma rentabilidad que el año pasado”, advierte Craquelin –con la excepción de la oportunidad que aún existe en mercados como España o Italia, donde han posicionado su fondo de crédito, con la previsión de que siga la pacificación del mercado impulsada por Draghi–. Por eso apuesta por el cambio a las bolsas.

La recomendación de los expertos para este año son fondos de bolsa y también, para aquellos que no quieran dar el paso y salir de los bonos bruscamente, productos mixtos, como su fondo Arty, que ahora tiene cerca del 40% en bolsa (activo en el que puede invertir hasta el 50%), pero cuenta con flexibilidad suficiente para rotar posiciones si es necesario. El año pasado captó 100 millones.

Oportunidad como boutique y oportunidad legislativa

Para crecer, consideran que el formato boutique otorga una libertad muy valiosa a la hora de realizar las inversiones y no tener que ceñirse a los índices, a diferencia de los grandes bancos en los que el tracking error es una religión. Algo que, según Craquelin, no quiere decir que se asuma más riesgo. “Al contrario, nuestra volatilidad es menor”, explica. Otra de sus claves es la capacidad para trabajar en equipo, pues aunque una persona tome las decisiones, se comparte toda la información.

Con respecto al reto de venta que supone la prohibición de retrocesiones, Blanc considera que la medida puede ser positiva para las gestores independientes que no dependen de las mismas para colocar sus productos. “En un entorno de mayor transparencia será más fácil crecer”, dice. Ellos ya se han adaptado al entorno en Europa, donde países como Italia, Holanda o Reino Unido ya trabajan sin retrocesiones. En Italia eso ocurre desde 2008, momento en el que adaptaron sus clases de acciones, por lo que ya están preparados para asumir más cambios si son necesarios.