De la encuesta se extraen varias conclusiones, entre ellos:
· Las compañías están financieramente más sanas que hace tres años, con balances más fuertes y planes de crecimiento, pero la incertidumbre macroeconómica y el miedo a la intervención de las autoridades les están disuadiendo de invertir y además perjudicando al crecimiento.
· La globalización está entrando en una nueva fase: los mercados emergentes han dejado de ser un centro de costes. Pocas son las empresas que miran ahora a los mercados emergentes simplemente como otra fuente de mano de obra barata. En lugar de eso, se están convirtiendo en una valiosa bolsa de clientes y en una parte importante de los planes de crecimiento de las empresas. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos, ya que el éxito de la recuperación depende del desacoplamiento exitoso de los países en desarrollo en un mundo que avanza cada vez más “a dos velocidades”.
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