Fidelity: “2016 promete ser un año mejor para las acciones que 2015”

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Si está pensando en mantener sus inversiones en renta variable el año que viene, adelante. Es el punto de vista de Dominic Rossi, director mundial de inversiones de renta variable de Fidelity International. El experto afirma que “2016 promete ser un año mejor para las acciones que 2015, cuando el crecimiento peor de lo previsto en los mercados emergentes provocó sacudidas en los mercados. Sin embargo, esta debilidad tiene un lado positivo que se materializará en los movimientos de los precios”. La visión del grupo es que el año que viene sea el consumo en el mundo desarrollado, especialmente en EE.UU., el que dé muestras de una importante fortaleza, “en parte debido al aumento de los salarios y el empleo, pero también porque los precios de muchos bienes y servicios están cayendo”. 

¿Deflación buena?

“La deflación es, en gran medida, una espada de doble filo: puede tener un impacto económico considerablemente negativo, pero también puede despertar fuerzas económicas regeneradoras”, comenta Rossi. Éste recuerda que, durante una primera fase, caída generalizada de los precios se traduce en un descenso del comercio, “como se ha podido constatar ampliamente en los malos datos de las exportaciones en todo el mundo y en los flujos de intercambios comerciales que registra, por ejemplo, la OCDE”. La visión de Fidelity al respecto es que los intercambios comerciales seguirán siendo débiles durante un futuro próximo, “ya que no es probable que China y el resto del mundo emergente protagonicen una recuperación económica fuerte a corto plazo”.

Dicho esto, Rossi pasa a centrarse en los efectos positivos de la deflación: “Las tendencias deflacionistas no sólo se han manifestado en los precios de las materias primas y el petróleo, sino también en otros muchos productos, lo que en sí mismo da un impulso a las rentas reales. En EE.UU. y, en menor medida, en el Reino Unido, la fortaleza continuada del mercado laboral, que se traduce en aumentos del empleo y los salarios, impulsa aún más las rentas reales”. El experto pone como ejemplo el efecto riqueza obtenido en 2015 por los consumidores estadounidenses gracias al abaratamiento de la energía y otros productos.

No obstante, observa que se incrementó tasa total de ahorro subió a pesar del aumento de las rentas reales, “lo que planteó un enigma a los inversores”. Desde Fidelity se muestran optimistas no obstante, dado que creen que “este efecto probablemente sea transitorio, y este año la mejoría del empleo se reflejará en los patrones de consumo, ya que el consumidor estadounidense volverá a gastar”. Por ejemplo, ya ven signos de esta tendencia en el repunte de las ventas de automóviles y la formación de hogares… aunque también se ciernen sombras sobre los patrones de consumo: “La influencia perturbadora de las compras en Internet hace que la interpretación de los datos de consumo sea más difícil que antes, lo que oscurece en cierta medida la fortaleza subyacente del gasto privado. Mientras, por ejemplo, empresas como Wallmart podrían presentar cifras de ventas decepcionantes, los negocios de venta por Internet como Amazon podrían registrar mejoras de las ventas”, alerta Rossi. Éste concluye este punto que “sin embargo, en el cómputo global los consumidores deberían sentirse más confiados para gastar sus ingresos extra inesperados y sus subidas salariales”.

¿EE.UU. o Europa? 

Por todos estos factores, Rossi infiere que “los consumidores estadounidenses entran en 2016 con más fortaleza que en toda la década anterior”. De hecho, la expectativa de su firma es que la recuperación del consumo estadounidense compense positivamente el efecto de la subida de los tipos de interés, por lo que el responsable avanza que “la economía interna podría perfectamente registrar una evolución sorprendentemente fuerte”. “Hasta cierto punto, la economía interna estadounidense también actuará como válvula de seguridad para la economía mundial, que sigue sufriendo por la atonía económica de otras regiones, especialmente en los mercados emergentes”, añade. 

La visión de Fidelity por regiones es que, dada fortaleza de la economía interna, Wall Street afrontará en mejor forma que otros mercados el ciclo de endurecimiento de la política monetaria. “Eso significa que, expresado en dólares, podemos seguir esperando un mejor comportamiento relativo del mercado estadounidense”, resume Rossi. 

Dicho esto, el responsable señala que Europa está mostrando una mejoría gradual: “Aunque aún es leve, la recuperación de la demanda interna en Europa parece más firme que en el pasado y, a diferencia de la percepción general, curiosamente se beneficiará de la oleada de inmigración desde la región del sureste europeo”. A esto añade el apoyo del BCE vía políticas acomodaticias, lo que interpreta como que “el riesgo de política monetaria para la recuperación interna es bajo, salvo por el riesgo perenne de la periferia en forma de tensiones repentinas en Grecia o Portugal”. Rossi también realiza la siguiente observación: “Aunque nunca se admitirá públicamente, me atrevería a decir que la debilidad del euro seguirá siendo un objetivo de la política monetaria del BCE. En este contexto, es improbable que el euro experimente un rebote importante y se convierta en un obstáculo para la recuperación económica”. 

Más precarias son las perspectivas para los mercados emergentes, que Rossi comenta en tercer lugar: “El crecimiento se está frenando y están surgiendo problemas estructurales, ahora que el ciclo de los tipos de interés de EE.UU. comienza a volverse contra ellos. Preveo más debilidad en las divisas emergentes y aprecio pocas probabilidades de que se recuperen los precios de las materias primas y acudan en su ayuda. Los riesgos de deflación están aumentando, especialmente en China, y se reforzarán los argumentos para aplicar un nuevo ajuste al yuan, especialmente si el dólar estadounidense sube”. 

El experto recuerda que los inversores deben distinguir dentro de los mercados emergentes entre la evolución de las bolsas y de la economía, “ya que sus trayectorias podrían ser divergentes”. La visión de Fidelity es que el periodo de ajuste que han experimentado los mercados emergentes en los últimos tres años podría estar cerca de su fin. “En términos absolutos, muchos inversores parecen haber tirado la toalla, y ese es el momento en el que los inversores cautelosos podrían empezar a buscar oportunidades”, observa Rossi. 

El experto puntualiza que cualquier estrategia de inversión basada en esta premisa de las primeras oportunidades tendrá que transitar por un entorno económico persistentemente difícil: “Los datos económicos procedentes de China seguirán deteriorándose, mientras que países como Brasil y Rusia seguirán mostrando una especial debilidad, lo que significa que las noticias en el plano empresarial y económico podrían no mejorar mucho, o nada en absoluto. Sin lugar a dudas, 2016 será otro año difícil desde esta perspectiva, pero las cotizaciones probablemente han descontado gran parte de las malas noticias”. La estrategia de la gestora se centra en aquellos países en vías de desarrollo que estén apostando por las reformas, “ya que estos países seguirán contando con la confianza de los inversores para abordar sus problemas estructurales”. 

¿Qué compañías deben seleccionar los inversores?

Fidelity también lanza un mensaje novedoso sobre tendencias que se desarrollarán en la renta variable durante el próximo ejercicio. Para la firma, la innovación será una tendencia clave. “Los innovadores revolucionarios van a cambiar el aspecto de los mercados en varias industrias”, declara Dominic Rossi. Éste afirma que ya se están observando este tipo de cambios en la tecnología (redes sociales, negocios basados en internet), en fármacos y avances en nuevas áreas terapéuticas (oncología) e incluso en los juegos y su aplicación online. “La innovación transformará las bolsas mundiales y creará un nuevo entorno en el que el liderazgo estadounidense seguirá prosperando. El Nasdaq será el epicentro de esta tendencia, ya que sigue estando en la mejor posición para beneficiarse de las fuerzas perturbadoras que emanan de la tecnología de la información y la biotecnología, sectores donde seguimos viendo una gran fortaleza en los beneficios”, añade el responsable. 

El punto de vista de Fidelity es que se producirá una divergencia entre fuentes de innovación y el resto de la economía. “Preveo que, dentro de poco, los inversores volverán a hablar de nuevo sobre valores de la "nueva" y la "vieja" economía, como hacían a finales de la década de 1990”, observa Rossi al respecto. En este entorno, desde la firma consideran que la gestión activa tiene más oportunidades que la gestión pasiva, dado que en el segundo caso “la exposición a los valores de la "vieja economía" es retrospectiva y antes o después dejará de estar en sintonía con el nuevo orden económico”. “El liderazgo de los valores y sectores relacionados con la innovación sigue siendo estrecho, pero es persistente, y será una fuente clave de rentabilidades para los inversores selectivos a largo plazo”, afirma Rossi a modo de conclusión.