Factores a tener en cuenta para invertir actualmente en renta variable

Andre__Themudo
Cedida

TRIBUNA de Andre Themudo, miembro del equipo de ventas de BlackRock Iberia. Comentario patrocinado por BlackRock.

Los principales factores de estilo de la renta variablevalue, quality, momentum, size y mínimum volatility— han evolucionado de maneras distintas en función de la fase del ciclo económico. Pero, ¿qué factores debemos tener en cuenta en la actualidad y cuáles funcionan mejor según la fase del ciclo económico que vivimos?

Es indudable que el entorno actual de bajas rentabilidades está planteando un continuo desafío para los inversores. Por ello, consideramos que invertir teniendo en cuenta los factores de estilo de la renta variable, mencionados anteriormente, puede ayudar a los inversores a incrementar la diversificación y de esta manera, potenciar su rentabilidad. Entonces, ¿en qué factores de la renta variable deberían centrarse en la actualidad para poder exprimir al máximo el mercado?

Los principales factores de estilo de la renta variable —value, quality, momentum, size y mínimum volatility— han evolucionado de diferentes formas en función de la fase del ciclo económico en la que estamos. Según apunta nuestro equipo de análisis sobre el rendimiento de las estrategias de factores, desde 1990 los inversores han obtenido mejores cifras de rentabilidad cuando se han expuesto al factor momentum en fases de expansión como la que estamos viviendo. Por ello, creemos que este factor es actualmente fundamental a la hora de conseguir rentabilidades, ya que consideramos que esta expansión económica podría prolongarse durante varios años. 

Captura_de_pantalla_2017-07-21_a_la_s__13

 

En el entorno económico actual, nos decantamos por el factor momentum, —aquellos valores que presentan una tendencia alcista—, aunque también pensamos que el value —los segmentos más baratos del mercado— podría evolucionar de forma positiva en los próximos trimestres en un contexto de expansión cíclica continuada como creemos que sucederá. En nuestra opinión, la actual coyuntura económica de expansión es favorable para los factores que asumen más riesgo y no tanto para los defensivos.

Según muestra el gráfico anterior, los factores de calidad y mínima volatilidad siempre han tendido a ofrecer rentabilidades superiores en épocas de ralentización económica. Sin embargo, consideramos que estos factores pueden brindar cierta diversificación a lo largo de todo el ciclo a modo de protección frente a la volatilidad. Por otro lado, El rendimiento del factor size puede depender, entre otras cosas, de la política estadounidense y si la reforma fiscal anunciada por la administración de Donald Trump sigue retrasándose, podría disminuir el interés en estas empresas más orientadas al mercado estadounidense.

Entonces, ¿cuáles son los riesgos los que se enfrentan los inversores? A nuestro juicio, deberían tener presente, en el factor momentum, la amplitud del mercado. Se trata de un parámetro sobre la sostenibilidad de la tendencia del mercado que cuantifica el número de valores al alza con respecto al número de valores a la baja. Nuestros análisis muestran que cerca del 80% de los títulos de los principales mercados de Estados Unidos, Europa y Japón se negociaban, a mediados de mayo, por encima de su media. Tal y como ponen de manifiesto nuestros análisis sobre el S&P 500 desde 1990, el mercado bursátil estadounidense se anotó sólidas ganancias en los seis a doce meses siguientes a este nivel de amplitud. Encontramos resultados similares en otros mercados. El marcado crecimiento de las ganancias en el primer trimestre de 2017 reforzó nuestra postura de que la amplitud de la rentabilidad de las acciones puede persistir.

Creemos que el principal riesgo que se cierne sobre el factor value es un cambio repentino en la coyuntura económica. Un descenso del crecimiento y la inflación debilitaría las perspectivas de los fundamentales de los valores más baratos.

Pensamos que ajustar la exposición a los distintos factores, en lugar de entrar y salir de ellos a corto plazo, puede contribuir a equilibrar las oportunidades a fin de mejorar la rentabilidad sin minar las ventajas a largo plazo de una cartera de factores diversificada.